Pueblos: mensajes navideños Continuamos con los mensajes que nos llegan a través de nuestra plataforma de InfoCom (RedFICP); hoy publicamos -a sugerencia de varios lectores- la valoración hecha por el Periodista Ernesto Hernández Lacher, de la Redacción Internacional de Prensa Latina, con el título “Conflictos y protestas sociales más allá del 2020 en Europa”. La Habana (Prensa Latina) Conflictos territoriales y marítimos, posturas divergentes dentro de la Unión Europea (UE) y fuertes cuestionamientos a países del bloque por políticas internas, matizaron el 2020 en el viejo continente.Grecia y Turquía protagonizaron la extensión de un diferendo de larga data por el control de los recursos en el mar Mediterráneo, donde confluyen las costas de otras 19 naciones. El diferendo llegó al paroxismo cuando en agosto el gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el envío del buque Oruc Reis a esas aguas para comenzar acciones de prospección petrolera, que provocó enfrentamientos entre ambos países. Tanto la UE, en la que Grecia milita, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte, a la que ambos pertenecen, mediaron en el conflicto para intentar calmar los ánimos y evitar un enfrentamiento a gran escala, inconveniente sobre todo para la alianza militar. En agosto el vicepresidente turco, Fuat Oktay advirtió sobre la determinación de Atenas de aumentar las fronteras marítimas de las islas griegas de seis a doce millas náuticas, algo que consideró como una provocación. Un mes más tarde el presidente del Consejo Europeo (CE), Charles Michel, ratificó su apoyo a Grecia, lo cual quedó validado en diciembre tras la aprobación de otro paquete de sanciones contra el país euroasiático. El presidente Erdogan, quien en este conflicto cuenta con el apoyo de sectores de la oposición interna, afirmó que las acciones de protección de los recursos naturales que Ankara considera suyos en la zona puede incluir el uso de la fuerza. Otra arista del diferendo bilateral tiene como centro a los migrantes luego de que en febrero el mandatario turco abriera las fronteras terrestres de su país para permitir el libre flujo de indocumentados hacia Grecia, en momentos en que la Covid-19 comenzaba a afectar al continente. La situación provocó fuertes tensiones en la zona limítrofe, abusos contra los migrantes de uno y otro lado de la frontera y nuevamente la intervención de la UE. ACUERDO MIGRATORIO EUROPEO Entre los hechos más trascendentes en Europa este año estuvo, precisamente, el nuevo acuerdo migratorio rubricado en septiembre. Esta herramienta distribuye responsabilidades, refuerza los controles fronterizos y fortalece los mecanismos de reenvío de migrantes irregulares a sus países de origen, según la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. De esta forma, el bloque regional intentó sortear la persistente negativa de República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría y otros estados opuestos a acoger a los migrantes, y que resultó en el incumplimiento de las cuotas de reubicación decididas después de 2015. Estos últimos países constituyen noticia en los días finales de este año por su negativa a rubricar el plan de recuperación económica para el 2021 bajo el argumento de que condicionaba el otorgamiento de fondos al respeto al Estado de derecho. VIOLACIONES DEL ESTADO DE DERECHO, PROTESTAS Y PEDIDOS DE DIMISIÓN Europa vivió también en 2020 violaciones del Estado de derecho, protestas y pedidos de dimisión, reflejado en varios países del bloque comunitario. En Polonia el gobierno del presidente Andrzej Duda, reelecto este año, recibió duras críticas de la comunidad internacional y de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) por lo que consideran como violaciones de las libertades individuales y otros temas de política interna. Los cuestionamientos responden a posturas lesivas al Estado de derecho que politizan el poder legal y destruyen la independencia de los tribunales en el país, según directivos regionales y fuentes de las ONG. También condenan la falta de libertad de los medios de comunicación, la eliminación de los jueces del debate público, la introducción de sanciones disciplinarias para los magistrados y la legalidad de los nombramientos judiciales. A esos reclamos se suma el rechazo popular a la nueva ley de aborto aprobada en octubre con 455 votos a favor, 145 en contra y 71 abstenciones. El Parlamento Europeo condenó mediante una resolución la violencia policial contra los manifestantes opuestos a la normativa y denunció el uso de la fuerza por oficiales y grupos de extrema derecha que atacaron a los presentes en las protestas realizadas cada semana.
La directiva fue impulsada por el ultraconservador partido Ley y
Justicia en el poder y reduce a dos los escenarios en los que se
permite la interrupción del embarazo: peligro de muerte para la mujer y
gestación resultante de una violación o incesto. |
Red FICP
Canal de la Red de la Federación Internacional de Comunicadores Populares
ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE LA RED DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE COMUNICADORES POPULARES (RedFICP)