miércoles, 23 de junio de 2021

Espíritus materializados, gracias a la Red de redes. Por Orestes Martí

En su casa de San Antonio de los Baños. Lúcida como de costumbre y lista para dar un consejo y aportar su sabiduría de siglos.
 
Espíritus materializados, gracias a la Red de redes.
Por Orestes Martí

Hay personas que son realmente inolvidables y en tal categoría y en su “apartado magisterial”-junto a los profesores Silvio González Brito; Pedro Ramón Domínguez, Fermoselles Bacardí; María del Carmen Echazábal; Nidia Manent; Félix Romero de la Osa y Alberto Carrasco entre otros- estará siempre presente la etérea “Maestra de maestros” Catalina Chávez Monterrey.

Recientemente encontré un interesante trabajo -oh, maravilla de la Red de redes- que quisiera compartir con los queridos lectores. Agregaré -como siempre- algunos materiales sobre el tema principal, avisando de antemano que las notas de ECURED obviamente son bastante viejas y algunas de las personas que aparecen opinando sobre Catalina, ya tampoco se encuentran físicamente entre nosotros.


La centenaria ariguanabense Catalina Chávez Monterrey
tiene dos oficios y dos vidas: maestra y espiritista.

Daniel Reyes García, estudiante de primer año de Periodismo, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana.

Con 103 años, Catalina Chávez Monterrey es una ilustre ariguanabense, siempre lo ha sido, o al menos el tiempo ya es eterno para contabilizarlo. Los alumnos la recuerdan por el cariño, bondad, y excelentes clases. Algunos aún mantienen relación con ella. Otras personas la conocen por una segunda vocación, el espiritismo, la visitan para saber qué les depara el futuro. Para ella, ambas facetas son igual de importantes.


Catalina a los seis años de edad (Foto: Cortesía de la entrevistada). En foto destacada: Centenaria de edad, Catalina muestra una energía inaudita para el adulto mayor (Foto: Daniel Reyes García).

A pesar de ser testigo de más de una centuria, la fuerza y claridad mental de una joven adulta la acompañan. Los años solo han afectado la piel -haciéndola más fina y arrugada- y su voz que ahora es temblorosa.

“Verte me ha hecho echar para atrás el calendario”, dijo apenas puse un pie en su humilde casa. Después de la presentación, enseguida comentó acerca de los miembros de mi familia. Nos sentamos en un sofá de madera, ubicado en la sala, y allí comencé a indagar acerca de su enigmática vida.

Al hablar de la infancia, los ojos se cierran, tratando de traerla al presente: “Nací en una finquita por la carretera de Güira, el 30 de abril de 1914. A los dos años perdí a mi padre por el tumor que se le formó tras una caída”.

En esos días, la tía se había casado con un profesor y Catalina corrió hacia donde él estaba, para pedirle que fuera su guía, su papá. “Hace cien años y lo recuerdo perfectamente. Él me crió y me formó, inculcándome la profesión de maestro”.

Se graduó de la Escuela Normal para Maestros de La Habana en 1937. Fue profesora de Español y Gramática desde La Laguna, la escuela más pobre del entonces distrito, hasta el Instituto de Superación Educacional de La Habana, donde se jubiló a los 68 años tras 45 lustros de absoluta entrega al magisterio.


Al centro, la maestra espiritista junto a sus alumnas de la Escuela Primaria Superior de San Antonio de los Baños (Foto: Cortesía de la entrevistada).

Al inquirir sobre sus educandos más destacados, responde: “Puedo jactarme de decir que el 90 por ciento de mis alumnos fueron triunfadores porque los enseñé a vivir. No te voy a dar ningún nombre; si es barrendero sigue siendo mi alumno y si son ministros y generales, también”.

Esta pedagoga centenaria está orgullosa de que, en las postrimerías de la vida, los estudiantes la recuerdan y ayudan en la medida de sus posibilidades. “¡Eso vale más que todo el dinero del mundo!”, exclama sin vacilación.

Catalina, además del magisterio, también incursiona en el mundo espiritual. “Desde pequeña tengo contactos con el otro lado”, expresa mientras recuerda un sinnúmero de vivencias en este campo.


La ariguanabense participando en un Congreso Mundial de Espiritismo
 (Foto: Cortesía de la entrevistada).

“Una vez, en la escuela había terminado mi turno de Gramática y el timbre no sonaba. Súbitamente fui tocada por mis amigos “invisibles” y dije a los alumnos que iba a leerles la buenaventura. Predije el futuro de cada uno de ellos. Quedaron hipnotizados, y lo más interesante es que se ha cumplido todo lo que vaticiné”, evoca.

La profesora espiritista no está sola en estos andares: “Yo tenía un grupo de amigos que investigábamos el campo espiritual, pero al final dejamos de hacerlo. Seguí buscando sola. Hace como cuatro años, otros profesionales se me unieron y formamos una nueva agrupación”.

Sonríe y dice que todas sus historias son verificables con testigos. Indago acerca de lo que haría en otra vida. Enérgica y rauda, revela: “En todas mis futuras reencarnaciones volvería a ser maestra y espiritista”.

Ariguanabo, Catalina Chávez, Espiritismo, Magisterio, San Antonio de los Baños

RELACIONADO:

ECURED: Catalina Chávez Monterrey. Destacada maestra cubana.

Sumario

1 Síntesis biográfica
√√ 1.1 Infancia
√√ 1.2 Estudios
√√ 1.3 Trayectoria laboral
2 Anécdotas
3 Opiniones
4 Mensaje de Catalina a los maestros
5 Reconocimientos
6 Fuente

Síntesis biográfica

Nació el 30 de abril de 1914 con la Primera Guerra Mundial, en una humilde casa de campo situada en la carretera de Güira de Melena en las canteras que existían después de la línea, a la izquierda, en una finquita propiedad de sus padres Julián Chávez y Julia Monterrey Perdomo. Cata, como todos le llaman cariñosamente, fue la cuarta hija de cinco descendientes que concibió este joven matrimonio prematuramente truncado por la muerte de su padre, teniendo ella muy poca edad, ante este acontecimiento tan triste que marcó para siempre su vida y la desoladora situación económica de su madre, fue acogida en el seno familiar de la tía materna Rosa María Monterrey y su esposo, de profesión maestro, Julio Fornells, a quien ella considera sus verdaderos padres porque fueron quienes la criaron y educaron con verdadero amor.

Infancia

Tuvo una infancia feliz, en el nuevo hogar tenía su cuarto donde jugaba con sus muñecas y otros niños con los que compartía sus diversiones y fantasías infantiles, su vocación de maestra vive con ella, porque desde muy pequeñita su entretenimiento preferido era jugar a la escuelita y siempre era la que daba las clases.

Estudios

Sus primeros estudios los realizó en la Escuela Pública #8 hasta el cuarto grado (esta quedaba cerca de la Punta de Rosa), quinto y sexto grados los realizó en la Escuela Pública #5 y séptimo y octavo en la Escuela Primaria Superior #1 Domingo Lence (por donde está hoy La Placita). Al terminar el octavo grado se presentó a examen de ingreso en la Escuela Normal para Maestros de La Habana, con apenas 14 años se ganó la beca e ingresó en este centro de enseñanza. Llegaron días difíciles y para combatir al Gobierno de Machado los estudiantes se lanzaron a la calle en huelga y fueron cerrados todos los centros docentes. A la caída de la dictadura se reabrieron y pudo graduarse en el año 1937.

Trayectoria laboral

Ella prefiere decir que tuvo un segundo nacimiento el 1 de diciembre de 1937 porque ese fue el día en que por primera vez se enfrentó a un grupo de muchachitos que no sabían ni leer, ni escribir en la Escuela Rural #30, enclavada a orillas de la laguna Ariguanabo, su tarea empezaba. Y mientras sus padres vivirían ese día era festivo en el seno familiar. Le hacían regalos, había invitados y se celebraba como si realmente habría nacido ese día. Todavía hoy, pasados tantos años, para ella es una fecha inolvidable que disfruta plenamente. Después de 3 cursos en esa escuela pasó a la Escuela #11, también rural, donde laboró 6 ó 7 años.

Al nacer la plaza del Grupo 1 (Español) en la Escuela Primaria Superior “Domingo Lence fue nombrada para ocupar el cargo hasta el año en que se establecieron los ISE municipales y le asignaron la tarea de dar clases a los maestros de la Región Ariguanabo.

Después del Triunfo de la Revolución realizó varios cursos para equiparar el título de maestro normalista y catalogarla como universitaria. Posteriormente fue elegida para impartir clases en el ISE Provincial sin dejar de hacerlo en el municipal, es decir, simultaneaba ambas tareas. Al dividirse la antigua Provincia de La Habana en Provincia Ciudad de La Habana y Provincia de La Habana trabajó en las dos y además en su ISE Municipal. Al ser elegida la Metodóloga de la Región Ariguanabo para ocupar otras tareas, ocupó su lugar durante tres cursos sin abandonar las actividades ya mencionadas anteriormente.

El INDER municipal que no tenía nada que ver con el ISE necesitó un profesor de Español y muy gustosamente sacrificó su día libre que era el sábado, para impartir clases a los profesores de Educación Física de este municipio. Así se mantuvo hasta su jubilación, con 50 años de labor ininterrumpida. Ya jubilada formó parte muy activa de la Campaña por el 9no grado y dio clases en varios centros de trabajo con muy buenos resultados.

Cuando tenía 91 años asistió a un curso de post grado de gramática de la Universidad de La Habana y se encontró la grata sorpresa de que el profesor había sido alumno suyo.

En la actualidad, con 98 años, todavía asesora a varios maestros y alumnos que van hacia ella para aclarar dudas, no ha dejado de estudiar y esto constituye para ella un placer porque, a pesar de la edad, todavía es útil a estos muchachos que son maestros relevos.

Todos los años se reúne con antiguos alumnos, antes lo hacían una vez, ahora lo hacen dos veces, y hasta participan otras personas que la quieren y admiran por su tenacidad, entrega, amor, vitalidad y lucidez, se divierten mucho recordando travesuras, alegrías y tristezas de aquellos tiempos, pero también hablan del presente, qué hacen, cómo les va con la familia, el trabajo y hasta realizan comprobaciones de gramática. Lo que le llena de orgullo y satisfacción es saber que cuenta con el amor y el respeto de todos en la comunidad y porque no, gran parte de Cuba y el exterior.

Anécdotas

√ Yo decidí ser maestra porque papá me cogía de la mano y me decía: “Vamos a buscar a los niños para enseñarlos a leer y a escribir que es importante para la vida.”

La familia de los niños que vivían en estos barrios cogían cartones de cajas, pedazos de madera vieja y hacían un cuarto para poder vivir, vivían muy mal, esto fue para los años 1919 ó 1920. Papá iba delante y los niños iban detrás, los sentaba en el patio de la casa y yo con ellos, así aprendí a leer y a escribir, también lo ayudaba y toda mi vida enseñé, esa vocación de maestra la saqué yo por él.

Mi padre que se desempeñaba como secretario de la Junta de Educación, recibió de manos del superintendente mi nombramiento para la Escuela Nº 3 de este distrito, enclavada a dos cuadras de mi domicilio. Él me trajo el nombramiento sin muestras de alegría y me dio un sabio consejo. Me dijo textualmente: “Hija, yo creo que debes agradecerle a nuestro amigo ese nombramiento; pero debes rehusarlo y pedirle en cambio que te nombre en la escuela más difícil del Distrito que es la Nº 30 de la Laguna”

Lo miré asombrada porque sabía que realmente era una escuela de muy difícil acceso sin vías de comunicación. Mi sabio padre se echó a reír y solo me dijo: “Allí pasarás mucho trabajo; pero aprenderás a ser maestra” No lo pensé más y acepté su sugerencia y así fue como, en lugar de acomodarme, empecé a ser maestra, ¡Cómo se lo agradezco!

√ En una semana por aquel entonces tenía que estudiar a Nicolás Guillén y empecé a recitar el poema “Sensebayá la Culebra”, dice un alumno del aula, maestra a esta poesía se le puede poner música y comenzaron a tocar en las mesas, logrando cierto compás al oído, pero pasaba un hombre por la orilla de la cerca y se quedó escuchando, momentos después la directora vino a ver, qué pasaba, entonces le dije, es la mejor clase que yo he dado, luego se fue. Al rato regresó de nuevo con el hombre de la cerca que al momento se presenta, era el inspector general José Antonio Cubero y dice: “Esta es la mejor clase que yo he escuchado en mi vida en toda la isla”.

Desde entonces uno de esos alumnos nombrado Omar, hoy secretario de la facultad de este pueblo cada vez que me ve, me pregunta ¿Y Sensebayá la Culebra?, quiere decir que la clase llegó y quedó grabada para siempre en estos niños.

√ Algo que marcó un hito en mi labor como maestra fue el día en la escuela primaria superior, lo que se le llama hoy secundaria básica, había un grupo de alumnos muy majaderos del grupo 7mo. A, el claustro no resistía a estos alumnos y decidieron expulsarlos de la escuela por su mala conducta, yo me opuse, pero, era yo contra casi todo el mundo, entonces fui a La Habana a la Dirección Provincial y dije al que estaba a cargo en aquel entonces, que no estaba de acuerdo con esta medida, les pedí ser la maestra del grupo y encausarlo, el me miró y me dijo: “Si estás de acuerdo, yo lo estoy”.

Viré para la escuela e hice saber que el grupo era mío, los llamé, trabajé y conversé mucho con ellos. Hoy día todos han sido, el que no es profesional, es una persona útil a la patria, a la revolución, si yo no los hubiera acogido en mi pecho se hubieran convertido en bandoleros, malas personas, y sabe dios, qué hubiera sido de ellos, logré, a fuerza de amor y dedicación, que rectificaran y en la actualidad casi todos son profesionales de bien ganado prestigio, entiendo que esta fue una acción de las más fructíferas que tuve como profesional.

√ En el año 1950 convocaron a los alumnos de las escuelas primarias a un Concurso Nacional de Español sobre el Centenario de la Bandera cubana, los alumnos de mi escuela participaron en este certamen y los tres primeros premios recayeron en tres de mis alumnos de la ‘’Escuela Primaria Superior Domingo Lence’’ de este municipio. En un acto solemne en el Ministerio de Educación, al que asistió el ministro, fueron otorgados los premios a mis alumnos y fui sorprendida cuando me llamaron al escenario y me entregaron la primera medalla del Centenario de la Bandera, no me lo imaginaba, casi me desmayo.

√ Cuando trabajaba en el INDER municipal, recuerdo aquellos sábados y vuelve a mi mente algo que me hace sonreír y que además le halaga.

Iba a comenzar la clase y sorpresivamente aparecieron en la puerta del aula como diez o doce personas, para mí, desconocidas me pidieron permiso para entrar, me quedé perpleja sin saber qué hacer cuando vi al metodólogo de Educación Física. Eran todos los dirigentes del INDER Nacional que venían a presenciar cómo se estaban superando los maestros. Retomé el hilo de la clase y continué mi tarea, aún no había terminado cuando fue interrumpida por uno de los visitantes con unas palabras que en la actualidad me halagan. Dijo textualmente el señor:

Profesora, si yo hubiera tenido una maestra como usted no me hubiera costado tanto trabajo aprobar el Español.

Le di las gracias por su elogio al cual se sumaron el resto de los visitantes. Hoy lo recuerdo con cariño y todavía me río por lo que pasó.

Opiniones

Gladis Elena González Chávez — hija: con sus ojos verdes y llenos de lágrimas me dice, — Como madre es muy buena, como maestra la mejor, sus alumnos le llamaban el Jardín Botánico, pues siempre entraba al aula con una flor en la parte del corazón y diciendo una poesía o un verso para llamar la atención de todos y comenzar la clase, estoy orgullosa de tener la madre que tengo, no tengo palabras para decir lo que para mí significa ella y su presencia.

Félix Romero de la Osa — alumno y compañero de trabajo: Catalina o Cata, como profesora era un ejemplo, jamás la vi encolerizarse, nunca la oí gritar, hablaba pausadamente, amaba y ama mucho las flores y en sus clases, antes de comenzar el contenido había siempre un sencillo desfile de un pequeño grupo de alumnos que les llevaban flores.

En el orden técnico profesional, preparaba muy bien sus clases, utilizando con inteligencia los ejemplos de la vida diaria para reforzar el contenido, cuando fuimos compañeros de trabajo tuve la oportunidad de estar más cerca de ella y observar su excelente calidad humana, le gustaba conocer los problemas e inquietudes de cada uno de sus alumnos y hacía lo que estuviera a su alcance para ayudar en algo y remediar la situación cuando era necesario.

Hoy con 98 años siempre tiene un asiento reservado en las actividades que realizan los alumnos de épocas pasadas en interesantes encuentros para recordar los años inolvidables de la juventud.

Enrique Sainz de la Torre Hernández (Quike) — alumno y compañero de trabajo: fue y es una maestra muy consciente, con muy buena forma con sus alumnos, es como escribió Martí, ‘’…enseñar puede cualquiera, educar solo, quien sea un evangelio vivo… ’’, y ella nació con eso, es muy cariñosa, afable y servicial, muy enamorada de la naturaleza y de las flores, como compañera de trabajo muy preocupada y responsable. Se ha ganado el cariño y respeto de todos.

David Rodríguez (se hace llamar, nieto postizo): como Cata no hay paralelo, es la mejor persona que ha podido existir, bondadosa, afable, cariñosa…

Mensaje de Catalina a los maestros

A todos los que decidan ser maestros les diría que recuerden que lo más importante que hay son los niños y a ellos hay que dedicarles todo el amor y la atención que merecen, tienen que pensar que todos esos niños son hijos, no alumnos y darles lo que como madre o padre ellos darían a sus hijos.

Hay que recordar siempre que la enseñanza es darse por entero, así lo hice y lo he hecho durante muchos años, hoy estoy satisfecha con los resultados y me siento realizada como profesional, es mi consejo de anciana maestra a todos fundamentalmente a Los Pinos Nuevos, como dijo José Martí.

Reconocimientos

En su largo pero fructífero tiempo de trabajo ha recibido muchas condecoraciones, medallas y reconocimientos que considera que son inmerecidos porque lo único que ha hecho es cumplir con su deber como maestra y como cubana.

Guardando como un tesoro todas las condecoraciones y diplomas que les han sido otorgados; considera un orgullo la medalla del Centenario de la Bandera Cubana, entregada en el año 1950, es para ella algo muy especial que recuerda con íntimo placer y hasta con un poquito de orgullo.

También recibió reconocimiento como:

√ Hijos Distinguidos de San Antonio de los Baños.
√ Distinción por la Educación Cubana.
√ Distinción Rafael María de Mendive.

Fuente

Entrevistas realizadas a Catalina Chávez Monterrey, familiares, alumnos y otras personas de la Comunidad.



Libro "Vivencias" de Catalina Chávez Monterrey. Tomado del Perfil del hermano Alejandro Eddy Delgado Torres (El Ariguanabense)


Libro "Vivencias" de Catalina Chávez Monterrey. Toma de pantalla de su entrevista




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