Jornada Internacional por el 167 natalicio de José Martí: Quintana, el historiador Por Orestes Martí Las Palmas de Gran Canaria 2020-02-09
En Noticias martianas anunciamos la participación — en el marco de la Jornada Internacional por el 167 natalicio del Héroe nacional de Cuba y en el Programa para la Comunidad Autónoma de Canarias- del destacado intelectual cubano y Vicepresidente de la Asociación Cultural Silvestre de Balboa, José Antonio Quintana.
Hay un momento en esa entrevista que realmente me impactó profundamente, pues desde hace mucho tiempo sostengo la misma tesis; cito: “EUSEBIO LEAL: Bueno, pero es lógico, eran seres humanos. Por favor, hemos convertido en divinidades a los patriotas y les pedimos que no pueden cometer errores, les pedimos que tienen que ser perfectos. Decimos que no se pueden decir ciertas cosas porque no estamos preparados para escucharlas, aquí lo que hay que hablar de la historia, de la Patria, con la cabeza descubierta…….”Hace unos días también, publicamos el trabajo “Jornada Internacional por el 167 natalicio de José Martí: Eusebio” con una entrevista aparecida en la Revista Semanario Opus Habana (Vol. XXII №4 /2020) a la que -por suerte para nosotros y para los miembros del “Servicio Mail” que la Red Social Integrada de Educación, Ciencia y Cultura de TESORO brinda a través de su Grupo Google- (1) tenemos acceso en formato digital. Hace algún tiempo que un escritor a quien conozco profundamente tiene la intención de publicar algunos datos e informaciones sobre la Historia de Cuba, que no han sido abordados -en su opinión- de una manera objetiva; en algunos casos precisamente por esa “deshumanización histórica” de aquellos patriotas y en otros por una manipulación -intencionada o no- de hechos y realidades. Hemos decidido publicar un interesante trabajo de Quintana García que cumple -en nuestra opinión- con varios de los presupuestos antes mencionados y al mismo tiempo, permite a nuestros lectores, ir percatándose del “calibre” del amigo Quintana. Por JOSÉ ANTONIO QUINTANA GARCÍA • Detalles biográficos de la mujer que confeccionó la bandera enarbolada por las tropas de Céspedes el 10 de Octubre de 1868 (Publicado el 11 de octubre de 2014 en el periódico “INVASOR”. Ciego de Ávila, Cuba) DE CANDELARIA Acosta, Cambula, amante de Carlos Manuel de Céspedes (2), la mujer que diseñó la primera bandera de la Revolución el 10 de Octubre de 1868, no se ha escrito lo suficiente. Quizás el motivo sea lo que Jorge Luis Borges calificó como “el pudor de la historia”. El idilio comenzó antes del alzamiento, cuando ella tenía apenas 17 años. Había nacido en Veguita, Manzanillo, el 2 de febrero de 1851. Su padre, Juan Acosta, era el mayoral de La Demajagua y vivía con su familia muy cerca de la mansión de Céspedes, viudo desde 1867, año en que comenzó la relación íntima. Cambula era de piel blanca y pelo rubio platinado, según testimonios de la época. El líder independentista, inspirado en su belleza, le compuso una canción, pero el llamado de la Patria interrumpió el apasionado romance y le encargó que hiciera la bandera que ondearía el día del levantamiento armado. El emblema tuvo como modelo la enseña nacional de Chile. Ella relató a un periodista, años después, detalles del hecho: “Él mismo me pintó en un papel el diseño, indicándome los colores que debía llevar (…) Yo entonces desbaraté mi mosquitero, que tenía tela roja, descosí un vestido azul de mi uso y con una pieza blanca que tenía sin usar, me puse a hacer la bandera en la sala de mi casa, cosiéndola a mano. “La estrella la dibujó en un papel Emilio Tamayo, un joven que había venido a unirse a la acción revolucionaria (…) Cuando la bandera estuvo terminada, Carlos Manuel me dijo, poco más o menos, lo siguiente: “Tómala, dásela a Tamayo y grítale a nuestras fuerzas que antes mueran que entregarla al enemigo.” EL DESTINO DE UNA MUJER Cuando el 17 de octubre de 1868 fue cañoneada e incendiada la propiedad azucarera del Padre de la Patria, esta mujer tuvo que irse a Manzanillo. Perseguida por los españoles, logró escapar y establecerse en campamentos insurrectos en la Sierra Maestra y en la zona de Las Tunas, donde Céspedes la visitó reiteradamente. Ellos tuvieron dos hijos. En la manigua, les nació una niña: Carmita. Aunque él se casó con la hermosa camagüeyana Ana Céspedes, a quien conoció en Guáimaro en abril de 1869; la relación con Cambula se mantuvo y debió intensificarse cuando Anita emigró a fines de 1870. Para evitar los peligros de la guerra, Céspedes también dispuso que Candelaria se refugiara en Jamaica. Sobre dicha salida, escribió en una carta: “Yo en conciencia no podía oponerme, ella cedió lastimosamente y yo le cedí el caballo africano para el viaje. Creo que en todo cumplí con mi deber.” Cambula realizó el viaje en estado de gestación (igual le sucedió a Anita). En Kingston vio la luz Carlos Manuel, en 1872. Durante su estancia en la capital jamaicana, estableció frecuente correspondencia con Céspedes. Él no la olvidaba, en su diario apuntó el 9 de septiembre:“Hoy hace un año que no veo a Cambula, ni a mi hijita, este tiempo me he hallado solo en el mundo, como si hubieran muerto todas las personas que me profesaban y a quienes yo profesaba un verdadero cariño.” A Cuba regresó en 1881 y fijó su residencia en una humilde vivienda de Santiago de Cuba. Se unió, en 1885, al catalán Antonio Acosta y de esta relación nacieron Ernesto Amado e Isabel Acosta. Sus últimos días transcurrieron en La Habana. Allí le fue otorgada en el mes de enero de 1935 la Orden Carlos Manuel de Céspedes, máxima condecoración que entregaba el gobierno de la República. Falleció el 23 de mayo de ese año. Trasladaron sus restos al panteón familiar, muy cerca de la tumba del hombre del ’68. NOTAS: (1) Para inscribirse/publicar en el grupo, enviar un correo electrónico a hermes-cultural@googlegroups.com (2) Carlos Manuel de Céspedes RELACIONADO:
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martes, 11 de febrero de 2020
Jornada Internacional por el 167 natalicio de José Martí: Quintana, el historiador Por Orestes Martí
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