Educación, Ciencia
y Cultura: Maestros Orestes Martí. |
La idea de contar con maestros armados en las escuelas cobró
fuerza tras la masacre en Pakland, Florida, y continúa presente hoy en Estados
Unidos a través de figuras como el presidente, Donald Trump.
El viernes pasado, al intervenir por segundo año consecutivo en la convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mandatario republicano reiteró la postura de que para enfrentar los tiroteos en los centros docentes la respuesta sería contar con más armas en esos lugares.
'Creemos con firmeza en permitir que maestros altamente capacitados porten armas ocultas', expresó el presidente ante un público que lo aclamó en varias ocasiones por sus promesas de defender la Segunda Enmienda, que establece el derecho de los estadounidenses a portar tales artefactos.
Para apoyar sus comentarios sobre el tema, el republicano llegó a referirse a los atentados terroristas ocurridos en París, Francia, el 13 de noviembre de 2015, que dejaron más de 130 muertos y cientos de heridos.
Criticó que la capital francesa tiene estrictas leyes de control de armas, y apuntó que si una persona hubiera estado con uno de esos artefactos para apuntar a algún terrorista, la historia habría sido diferente.
Es esa misma línea de pensamiento la que esgrime el gobernante al referirse al tema de los docentes con armas, bajo el argumento de que los profesores aman a sus estudiantes 'y no van a dejar que nadie les haga daño'.
Asimismo, se pronunció a favor de abolir las zonas libres de armas como una forma de detener los asesinatos masivos.
'No hay señales más atractivas para un asesino en masa que un letrero que declara: Esta escuela es una zona libre de armas', apuntó el jefe de Estado ante la NRA, que ha sido blanco de muchas críticas tras el tiroteo que dejó 17 muertos en una secundaria de Parkland en febrero pasado.
Los comentarios de Trump, sin embargo, chocan con datos como los difundidos recientemente por la agencia Associated Press, según los cuales, desde 2014 se reportaron más de 30 accidentes relacionados con armas de fuego llevadas a una escuela por agentes del orden o educadores.
Tales cifras, obtenidas a partir de informes de la organización sin fines de lucro Archivo de la Violencia Armada, indican que los incidentes estuvieron vinculados con armas disparadas por error, descargadas por estudiantes curiosos o ingobernables, o dejadas sin vigilancia en baños y otros lugares.
Luego del tiroteo en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, los sobrevivientes de la masacre y otros sectores impulsaron un movimiento nacional destinado a existir mayores medidas de control de armas.
Del lado opuesto, la NRA y sectores conservadores se dedicaron a desestimar la necesidad de reglas más estrictas y trataron de llevar el debate hacia la salud mental de los atacantes y la pertinencia de más seguridad en las escuelas.
El viernes pasado, al intervenir por segundo año consecutivo en la convención de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mandatario republicano reiteró la postura de que para enfrentar los tiroteos en los centros docentes la respuesta sería contar con más armas en esos lugares.
'Creemos con firmeza en permitir que maestros altamente capacitados porten armas ocultas', expresó el presidente ante un público que lo aclamó en varias ocasiones por sus promesas de defender la Segunda Enmienda, que establece el derecho de los estadounidenses a portar tales artefactos.
Para apoyar sus comentarios sobre el tema, el republicano llegó a referirse a los atentados terroristas ocurridos en París, Francia, el 13 de noviembre de 2015, que dejaron más de 130 muertos y cientos de heridos.
Criticó que la capital francesa tiene estrictas leyes de control de armas, y apuntó que si una persona hubiera estado con uno de esos artefactos para apuntar a algún terrorista, la historia habría sido diferente.
Es esa misma línea de pensamiento la que esgrime el gobernante al referirse al tema de los docentes con armas, bajo el argumento de que los profesores aman a sus estudiantes 'y no van a dejar que nadie les haga daño'.
Asimismo, se pronunció a favor de abolir las zonas libres de armas como una forma de detener los asesinatos masivos.
'No hay señales más atractivas para un asesino en masa que un letrero que declara: Esta escuela es una zona libre de armas', apuntó el jefe de Estado ante la NRA, que ha sido blanco de muchas críticas tras el tiroteo que dejó 17 muertos en una secundaria de Parkland en febrero pasado.
Los comentarios de Trump, sin embargo, chocan con datos como los difundidos recientemente por la agencia Associated Press, según los cuales, desde 2014 se reportaron más de 30 accidentes relacionados con armas de fuego llevadas a una escuela por agentes del orden o educadores.
Tales cifras, obtenidas a partir de informes de la organización sin fines de lucro Archivo de la Violencia Armada, indican que los incidentes estuvieron vinculados con armas disparadas por error, descargadas por estudiantes curiosos o ingobernables, o dejadas sin vigilancia en baños y otros lugares.
Luego del tiroteo en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, los sobrevivientes de la masacre y otros sectores impulsaron un movimiento nacional destinado a existir mayores medidas de control de armas.
Del lado opuesto, la NRA y sectores conservadores se dedicaron a desestimar la necesidad de reglas más estrictas y trataron de llevar el debate hacia la salud mental de los atacantes y la pertinencia de más seguridad en las escuelas.
En los dos meses posteriores a la matanza del 14 de febrero, los legisladores republicanos de 14 estados del país introdujeron propuestas para armar a los maestros y al personal de los centros educativos.
Según el diario The Washington Post, a pesar de que Trump y la NRA
apoyaron y alentaron ese tipo de leyes, solo uno de esos esfuerzos tuvo éxito
-en Florida, para armar a entrenadores y consejeros, no a profesores-, y hay
pocas indicaciones de que las demás se promulguen.
Quienes rechazan poner esos artefactos en manos de los educadores,
incluidos los sindicatos de docentes y los activistas del control de armas, han
luchado contra ese tipo de proyecto.
Esos grupos consideran como necesarias legislaciones destinadas a
fortalecer la verificación de antecedentes en la compra de armas, elevar la edad
mínima para adquirirlas o prohibir la comercialización de rifles de asalto,
entre otras medidas.
Para esas personas, la NRA defiende la posibilidad de armar al menos a una
pequeña porción de los 3,2 millones de maestros del país por la gran ayuda
financiera que representaría para los fabricantes de esos objetos, indicó el
Post.
Ana Coca, una maestra bilingüe en el Distrito Escolar Independiente de
Dallas, Texas, estuvo entre un grupo de docentes que protestaron el viernes
contra la presencia del presidente en la convención de la NRA.
Citada por la agencia UPI, consideró que el costo de capacitar a los
educadores para llevar armas no puede justificarse mientras se recortan recursos
para escuelas públicas en el estado.
Manifestó, además, que una medida de ese tipo podría dañar la relación
entre estudiantes y profesores, cuando estos últimos buscan ganarse el respeto
de sus alumnos y construir vínculos con ellos.
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