lunes, 4 de mayo de 2020

MEDIPUB: Bulos, debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades (I) Por Orestes Martí.


Fundadores del Proyecto MEDIPUB en Canarias

MEDIPUB: Bulos, debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades (I)
Por Orestes Martí.
Las Palmas de Gran Canaria
2020-5-02

Ayer día 1 de mayo de 2020, llegó a nuestro poder un mensaje que hablaba sobre un “B U L O” que varios “medios de prensa” estaban difundiendo y en el cual -según el mensaje recibido- se afirmaba que “Las empresas españolas de biotecnología han dicho basta”. Según el remitente del mencionado mensaje -compartido en las RRSS- se trataba de una AFIRMACIÓN FALSA “lo cual es muy grave por poner falsamente en duda la intención honesta del gobierno en sus actuaciones”…. “LA VERDAD ES: El diario NIUS Diario publica de boca de Belén Barreiro, vicepresidenta de la Asociación Española de Bioempresas que la iniciativa de la unión de empresas españolas de biotecnología fue del gobierno:
“Esta historia comienza con la llamada de un ex astronauta, ahora ministro de Ciencia e Innovación. Fue Pedro Duque quien se puso en contacto con diferentes empresas biotecnológicas españolas para hacerles una propuesta. La respuesta no fue otra que un “sí” unánime.”…..

Nosotros inmediatamente recordamos la propuesta hecha recientemente sobre la posibilidad real de continuar desarrollando el histórico Proyecto MEDIPUB Canarias-Cuba y comenzar a producir fármacos y biopreparados en la Comunidad Autónoma de Canarias, cuestión que abordamos en una “Serie” junto al periodista Fernando Alemán con el título “MEDIPUB: COVID-19: Situación actual y Cooperación Internacional

También recordamos -a partir de una solicitud expresa de criterios y opiniones sobre las posibles “Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades” (DAFO) sobre la propuesta- haber recibido un extraordinario conjunto de trabajos sobre el tema; algunos de ellos, desde una visión estratégicamente coincidente, pero además con la virtud de elaborarse con un enfoque histórico teórico de indudable valor práctico.

Así que hemos decidido compartir algunos de tales trabajos y criterios, comenzando por el que amablemente nos hizo llegar Tifariti M.D.NUESTRO NORTE ES EL SUR (I)

Se habla y escribe mucho sobre la Cooperación Sur Sur (CSS): académicos, políticos, organizaciones, periodistas y líderes religiosos, entre otros, incluyen en sus agendas de estudio o de acción el tema. Hay divergencias en los enfoques y en la estrategia, pero se coincide en la necesidad impostergable de acelerar estas relaciones que favorecen el desarrollo de los países ubicados en el Atlántico Sur.

Para la comprensión de este asunto, de vital importancia en la actualidad, es necesario el recuento histórico, el análisis de las causas que provocaron una desigualdad, casi abismal, entre las naciones hegemónicas y sus excolonias. También es útil sistematizar el conocimiento sobre cómo ha evolucionado la Cooperación Internacional, Norte-Sur, Sur-Sur y Triangular, identificar ejemplos y proponer, en el caso de Canarias, las posibilidades que tiene el archipiélago para insertarse en estos vínculos.

Abordaremos estos temas en una serie de cuatro trabajos.

MARGINANDO A MEDIO MUNDO
Con la expansión de Europa hacía al Atlántico Sur, en busca de nuevas rutas comerciales, preciados metales y materias prima, comenzó el saqueo de las riquezas naturales de América, Asia y África. El sometimiento llevó a la esclavitud y el exterminio a la mayor parte de la población autóctona de las regiones conquistadas. Posibilitó a las metrópolis recursos para el desarrollo capitalista y condenó al atraso económico a las colonias por un período de varias centurias; incluso hasta después de su liberación nacional, pues los monopolios extranjeros continuaron la política de depredación.

Si bien el siglo XIX, se caracterizó por el carácter hegemónico de Europa en las esferas económica, tecnológica, política y militar, la pasada centuria fue testigo de la irrupción y dominio de Estados Unidos, quien se impuso a pesar de la Unión Soviética y los demás países socialistas quienes, finalmente, sucumbieron desgastados por la Guerra Fría, traiciones y por sus propios errores internos en la construcción de sociedades más justas.

En el intermedio hubo guerras mundiales, más alentadas por el apetito económico que por cuestiones políticas o ideológicas. Se efectuó, en el Sur, un proceso descolonizador. Fue la época de las guerrillas, de tomar el poder por vías violentas. La Revolución china (1949) y diez años después la cubana (1959), fueron hitos relevantes. En el caso de la primera supondría, al paso del tiempo, la conversión a una potencia emergente de un país gigantesco por su extensión geográfica, densidad demográfica y recursos naturales, pero sumido en la pobreza, con hambrunas que mataban a millones.

La revolución ocurrida en la isla caribeña, a solo 90 millas de Estados Unidos, transmitió un ejemplo demoledor y, como si ello no bastara, decidió ser un actor en la descolonización de otras naciones. Tanto China como Cuba desempeñan en la actualidad un rol significativo en la Cooperación Sur Sur (CSS).

A grandes rasgos, en este contexto, la idea de la cooperación internacional tomó cuerpo en un proceso lento. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se considera que el plan Marshall, concebido por Estados Unidos para la reconstrucción de Europa, después de la derrota del fascismo, fue el primer instrumento de cooperación con dimensiones internacionales. En 1946, se creó el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). Los antiguos ministerios de colonias, se transformaron en ministerios de cooperación.

Se creó la Liga Árabe, la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Africana, entre otros. Aunque, algunas de las organizaciones, en especial la OEA, es lamentable, reprodujeron mecanismos de dominación que todavía hoy lastran las buenas intenciones. Predominaba entonces la Cooperación Norte Sur.

(…) los mayores flujos de ayuda del Banco Mundial a las ex colonias y otros países del Tercer Mundo se destinaron a grandes obras de infraestructura física que requerían capital, maquinaria y tecnología de los países industrializados. La visión que subyacía a estas iniciativas era que imprimirían dinamismo en la economía de los países receptores, lo cual les permitiría superar la postración, el hambre y la pobreza. La agenda social vendría por sí sola como consecuencia de los cambios en la economía, y su gestión correría por cuenta de los gobiernos nacionales [Mónica Hirst, p.17)]

El resultado esperado de esta cooperación no fue el esperado.

Los proyectos de asistencia obedecían a diagnósticos de necesidades elaborados por técnicos de los países donantes, que además de tener un limitado conocimiento de los destinatarios rara vez tomaban en cuenta las capacidades y expectativas de las comunidades locales, cuyas vidas se verían profundamente afectadas por la ayuda, muchas veces negativamente. [Mónica Hirst, p.17)]

EL PUNTO DE PARTIDAA partir de la Conferencia de Bandung (1955), a la cual asistieron países africanos y asiáticos interesados en la colaboración económica y cultural, comienza a articularse la Cooperación Sur Sur (CSS). Allí se acordó promover el Movimiento de los Países No Alineados, que tendría entre sus principios el anticolonialismo y la neutralidad en la Guerra Fría. El camino a transitar no sería de rosas.
Las estructuras económicas, políticas y sociales implantadas en épocas coloniales, trajeron como consecuencia, en gran medida, que los países en desarrollo de América Latina, África y Asia se hubiesen mantenido en una situación de aislamiento unos de otros, con una insignificante vinculación comercial, en medio de un profundo desconocimiento recíproco y soportando una serie de recelos y conflictos mutuos, que también constituyeron factores de subdesarrollo, de atraso y de dependencia externa [Mónica Hirts, p. 85].En el año 1960 se crea la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la cual tenía como objetivo el seguimiento y evaluación de políticas de desarrollo de los países miembros, analizando y dirigiendo recomendaciones para los programas de ayuda a cada país en particular. La Cooperación Sur Sur, alcanzó un nivel de institucionalidad en 1964, con la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).Otro hecho relevante lo constituyó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo celebrada en Buenos Aires, Argentina, en 1978. El resultado de esta reunión, conocido como el Plan de Acción de Buenos Aires (PABA), estableció los principios y objetivos sobre los que se asienta la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo.

Sin embargo, se evalúan los años ochenta y noventa como décadas perdidas. La deuda externa de los países del llamado Tercer Mundo, asfixiaba a sus maltrechas economías. El orden desigual, injusto, en las relaciones entre países ricos y pobres, demostraba la urgencia de cambios.

No puede olvidarse, en este breve recuento, el efecto negativo para la CSS provocado por el denominado Consenso de Washington, formado por elFondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y por el Tesoro de Estados Unidos, tres instituciones con sede en la capital de Estados Unidos. El paquete de medidas, formuladas en 1989, con el fin de oxigenar a las economías de los países subdesarrollados, proponían liberalizar el comercio exterior y el sistema financiero, la privatización de las empresas públicas, entre otras. La disminución del papel del estado y el libre mercado empeoraría la situación: aumentó la desigualdad, no se consiguió el crecimiento económico, ausencia de progresos sociales, deterioro de los derechos humanos.

EL NUEVO MILENIOLa desaparición del campo socialista en Europa, en la década de 1990, produjo cambios en el sistema de las relaciones internacionales evidenciado con “la naturaleza, las fuentes y las pautas de distribución del poder. A causa de estos procesos las políticas de cooperación experimentaron de nuevo cambios importantes en su racionalidad y motivaciones, corrientes de recursos, y actores relevantes… [Analilia Huitrón, 2016, p. 130]En los albores del siglo XXI, dentro de la expansión neoliberal, surgieron relaciones fuera de la institucionalidad tradicional.

Las contradicciones internas del discurso desarrollista marcaron ciertos límites a la institucionalidad imperante, frente a lo cual el mantenimiento de ciertas estructuras anacrónicas fue el germen de las ideas que plantearon la necesidad de mecanismos de cooperación alternativos. Así, la cooperación sur sur (CSS) y la cooperación triangular (CT) representaron una respuesta pragmática al interés por una cooperación cualitativamente más amplia y horizontal, que dejase de lado las contradicciones del sistema tradicional. [Diego Sebastián Crescentino, p.1]En el panorama mundial la emergencia de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), impulsaría las nuevas estrategias de cooperación bajo los principios de co-responsabilidad, solidaridad y beneficio mutuo.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), aprobados en la Cumbre del 2000, pretenden: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH-SIDA y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, y fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Ese sería y es el derrotero que marca el camino de la Cooperación Sur Sur y Triangular en estos momentos.

Los cambios y dimensiones en el nuevo sistema de cooperación han sido resumidos así:
1.- Orientaciones renovadas centradas en el enfoque del desarrollo humano y en la construcción de capacidades, superando el abordaje economicista predominante.
2.- Ampliación de temáticas en una agenda que se enriqueció, pero se hizo también más compleja, por la superposición de campos muy diversos de actuación: género, gobernanza, derechos humanos, medio ambiente, bienes públicos, etc.
3.- Nuevos instrumentos y mecanismos diseñados para hacer más participativa y eficaz la lucha contra la pobreza, el nuevo “mantra” de la cooperación en la post-guerra fría, a la vez que se favorecía su alineamiento con las prioridades de los países en desarrollo.
4.- Formas complementarias de financiación para generar recursos y vías adicionales a la AOD, movilizando al sector privado en alianzas con el sector público en pro del desarrollo, agregando otros flujos financieros, como las remesas, para multiplicar el impacto de la ayuda.
5.- Una nueva agenda que enfatiza la eficacia y calidad en la gestión de la ayuda ofrecida y recibida, a partir de una serie de principios anunciados en el punto 43 de la Conferencia de Naciones Unidas para la Financiación del Desarrollo de Monterrey (2002) y establecidos con posterioridad por los donantes del CAD, por las instituciones financieras multilaterales y por algunos países receptores, los “socios” en la nueva jerga, en las Declaraciones de Roma (2003), París (2005), Accra (2008) y Busan (2011).
6.- La proliferación de agentes de la cooperación, especialmente de la filantropía y del llamado “Sur Global”, con la entrada en escena de los emergentes, en su mayoría países de renta media (PRM) que incrementaron su oferta cooperativa a través de la CSS y la diversificaron con nuevas modalidades como la cooperación triangular (Ctr), concentrándose en países y sectores de actuación olvidados por los donantes tradicionales o reservados habitualmente a las agencias del CAD. [Bruno Ayllón Pino, et al: p.7]


Para dar continuidad al tema, en el segundo artículo ilustraremos mediante ejemplos cómo se ha articulado la Cooperación Sur Sur, y la Triangular hasta el presente.
Tifariti M.D.

BIBLIOGRAFÍA MÍNIMA
Ayllón Pino, Bruno (coordinador): La Cooperación Sur-Sur en la gobernanza del desarrollo: nuevas configuraciones de la arquitectura de ayuda
Crescentino, Diego Sebastián: La Cooperación Sur Sur: Agentes Políticos y Entidades Supranacionales en Sudamérica (2000–2015),
Freres, Christian: Cooperación Sur-Sur: un elemento clave para el despegue del Atlántico Sur
Hirts, Mónica y Blanca Antonini: Pasado y presente de la Cooperación Norte-Sur, en Documentos del Trabajo sobre la Cooperación Sur-Sur.
Huitrón, Analilia: “La cooperación Sur-Sur: agente de cambio en la nueva arquitectura del sistema internacional de cooperación para el desarrollo”.Revista internacional de cooperación y desarrollo. 3 (1): 127–155.
Tifariti M.D.

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