Por Orestes Martí y Fernando Alemán.
+El 10 de noviembre de 2019, el primer presidente indígena electo democráticamente en el Estado Plurinacional de Bolivia, -también lo es de Sudamérica- Evo Morales Ayma, anunciaba su renuncia al cargo, como consecuencia de la presión de un sector del ejército y una violenta ola de protestas orquestada por sectores de la oligarquía nacional en connivencia con empresarios vinculados a grupos religiosos, algunas transnacionales financieras y -como no podía ser de otra manera- la influencia de “quien ya ustedes se imaginan”, de la mano de la Organización de Estados Americanos (más conocida por sus siglas OEA) y de su Secretario General Luis Almagro.
No vamos a abundar en el cada vez más evidente papel jugado tanto por la OEA como por don Luis en los hechos que se produjeron antes, durante y después del golpe de Estado:
Tampoco en el papel jugado por los diferentes países en el escenario mundial ni regional (nada del apoyo recibido de gobiernos neoliberales, -incluido el posible técnico material- como el de Argentina, ni de las actitudes dignas y humanas, como el de México). Aunque no hay duda alguna de que lo que afirma una expresión popular -“le puso la tapa al pomo”- si que sus consecuencias le ha traído a la mencionada Organización con su histórica actuación:
Información relacionada:
Serie: “Se agudizan las contradicciones entre los polos”
Noticias:
√ Venezuela pide investigar a secretario de OEA por golpe en Bolivia
√ Implementarán en Bolivia sugerencias de informe sobre golpe de Estado
√ Presentarán a la ONU informe sobre golpe de Estado en Bolivia
√ Piden en Bolivia implementar acciones ante hechos de 2019
√ Arce ratifica compromiso para recuperar memoria histórica en Bolivia
√ Grupo de expertos califica hechos de 2019 en Bolivia de masacres
Opiniones:
√ La discriminación y el racismo se convirtieron en voluntad de Estado
Por: Araceli Carrizo Richelet y Juan Manuel P. Domínguez
Twitter:
|
Vídeos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario