miércoles, 2 de mayo de 2018

Guerra y paz: lo desconocido (I) Orestes Martí

Guerra y paz: lo desconocido (I)
Orestes Martí
Cinco lugares donde podría estallar una gran guerra (y que posiblemente no conozcas)
José Negrón Valera
(Sputnik)
No acaparan grandes titulares y puede que incluso jamás hayas escuchado hablar de ellos, sin embargo, el mundo se encuentra minado de conflictos cuyo desenlace es difícil de prever.

"Entramos en la tercera guerra mundial, solo que luchamos en pequeños pedazos, en capítulos", advertía en 2014 el papa Francisco puede que no haya mejor manera para definir el panorama.

La guerra hoy


No sería esta afirmación la única cosa significativa que diría el líder de la iglesia católica al respecto de los conflictos mundiales.

En febrero de 2017, nuevamente llamaría la atención mediática al considerar que "la próxima guerra mundial sería por agua". Una declaración que al desplegar el mapa de los conflictos adquiere especial relevancia.

"No solo se trata del agua, también es el control de rutas comerciales, acceso a recursos energéticos e incluso la influencia geopolítica. Todo ello son causas de severas fricciones", recalca Carlos Quintero Regos, especialista en Derecho y Política Internacional y profesor de Historia de la Guerra, a quien entrevistamos en exclusiva para Sputnik.

A juicio de Quintero, existen al menos cinco zonas del planeta que no generan grandes coberturas mediáticas, pero que adquieren grandes significados a la hora de evaluar las potenciales amenazas para la paz.

Sin embargo no desea extenderse en los detalles sin antes apuntar que las guerras en la actualidad han mutado en al menos tres aspectos "su metodología, las formas de financiamiento y la manera en que se desarrollan en tiempo y espacio".

En un pasado reciente, los métodos de lucha y los modos de financiación estaban caracterizados por el empleo de medios y armas convencionales, el respeto a ciertos protocolos y a ver a los países como principales motores de sustento económico.

Sin embargo, a medida que avanzamos en el siglo XXI, Quintero Regos observa que "lo irregular es la principal característica", especialmente en el empleo de armas no convencionales y acciones que rebasan cualquier protocolo internacional, como en el caso de Siria "donde Occidente ha recurrido al terrorismo" y al "cobro de impuestos, royalties, tráfico de alimentos, de armas, de drogas" para soportar las acciones bélicas.

En el caso de las acciones tácticas, Quintero Regos observa que en un pasado reciente se contaba con una declaración de inicio y fin de las hostilidades, así como un espacio definido donde se llevaban a cabo los combates.

"En la actualidad no sabemos con exactitud cuándo formalmente comienzan las hostilidades y cuando terminan. De igual forma, no hay delimitación precisa del área de conflicto", apunta.

Estas características se constituyen en el cristal desde donde debemos evaluar, los cinco futuros escenarios de conflicto.

Nagorno Karabaj (Armenia vs. Azerbaiyán)

El conflicto gira en torno al control de un enclave denominado Nagorno Karabaj o los Altos de Karabaj. En esta región hay una población de mayoría armenia (se estima en un 94%) que siempre ha luchado por independizarse.

La zona ha sido escenario de conflictos, especialmente durante coyunturas clave como la disolución del Imperio ruso (1918) así como de la Unión Soviética (1991). En 1988 estalló una guerra que dejó entre 20.000 y 30.000 muertos y más de un millón de desplazados. Concluyó con la independencia de facto de Nagorno Karabaj y la creación de un órgano de vigilancia de los acuerdos de paz, conformado por Rusia, Estados Unidos y Francia y conocido como Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). En 2016 hubo una nueva escalada del conflicto que dejó un centenar de muertos. Sin embargo, la intervención diplomática de Rusia, ha permitido que una de las zonas "más militarizadas de Europa", se mantenga en estos momentos en una tensa calma.

Quintero Regos considera que en el caso de un conflicto "Estados Unidos sería particularmente proclive a apoyar a Azerbaiyán considerando las reservas petroleras de ese país y para proteger el importante oleoducto BTC que permite extraer el petróleo del mar Caspio, sin pasar por territorio ruso

Transnistria (Moldavia vs. República Moldava Pridnestroviana)

Otra zona de conflicto que emerge con la desaparición de la Unión Soviética es la frontera entre Transnistria y Moldavia. Para el analista, Quintero Regos, la principal diferencia radica en que en Transnistria existe una población que se identifica culturalmente con los rusos.

Por supuesto, que al ser una región separatista de Moldavia, no reconocida por gran parte de la comunidad internacional, se han ejercido grandes presiones en conjunto con Ucrania para evitar el desarrollo de este separatismo. Sin embargo, de facto, Transnistria se mantiene en una condición de independencia, con un gobierno, ejército e incluso moneda propia.

Para el analista Quintero Regos, en el caso de que escalaran los conflictos, países como Estados Unidos apoyarían a Moldavia. Sobre todo por la política norteamericana de querer usar los países de Europa del Este como "muro de contención frente a Rusia".

Sin embargo, la situación a lo interno del país no es del todo alentadora considerando que "en Moldavia hay grandes grupos que aspiran a la unificación con Rumanía", por lo que abrir frentes de guerra no resultaría muy conveniente en los actuales momentos.

Amu Daria (Tayikistán y Uzbekistán)

Un conflicto en función de la construcción de la represa hidroeléctrica Roghun en el río Amu Daria. Uzbekistán tiene una importante dependencia de la producción de algodón y gran parte de los cultivos se riegan del caudal de este río. La construcción de esta represa para generar energía eléctrica en Tayikistán es una gran amenaza para la supervivencia de su vecino.
En 2012, Uzbekistán dejó de exportar gas a Tayikistán, lo que generó intensas fricciones diplomáticas en ambos países, al punto de que el entonces líder uzbeko Islam Karímov declaró que "Todo puede agravarse tanto que puede provocar no solo enfrentamientos serios, sino incluso guerras".

Quintero Regos acota que a pesar de la actual distensión, como consecuencia de un nuevo liderazgo político en Uzbekistán, el conflicto está lejos de solventarse por cuanto los planes de la represa no se detienen y los recursos hídricos de la zona son limitados. 
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