Venezuela
El golpe de Estado silencioso
Julio Escalona
No es tiempo de recular
Concluido y publicado mi trabajo, Geopolítica del Caos Planetario, me pareció imprescindible escribir lo que a continuación diré. Me recordé de Alí primera y pensé que “no es tiempo de recular”...
Casualmente hoy cumplo 65 años de incansable lucha revolucionaria, cuando un 12 de febrero de 1953, salí formando parte de una marcha de los estudiantes del Liceo Pedro Gual y la Escuela de Derecho, ambos de Valencia. Tenía 15 años y ese día, el dolor de mi patria, aherrojada por la dictadura de Pérez Jiménez, tocó a mi puerta. La abrí de par en par. Repito, tenía 15 años y ya los jóvenes y adolescentes de mi generación habían probado las cárceles perezjimenistas y las torturas de la Seguridad Nacional. Ya había leído la proclama de José Félix Ribas en La Victoria y ese “Necesario es Vencer” se me quedó metido en el alma y el corazón y no he querido sacármelo más nunca. Un día, que espero se demore, porque me faltan cosas por hacer en este mundo, desde mi tumba, con el permiso de Dios, lo seguiré repitiendo, uniéndome a las voces de Jorge Rodríguez, Víctor Soto, Américo Silva, Francisco Prada, Alexander Alzolay y de aquellos cuyos nombres siempre estarán presentes el día de la victoria cuando el pueblo pase revista a la lista de los mártires y héroes de la patria. La vida dirá si estaré ahí, pero ese no es el motivo por el cual continúo luchando. Uno no lucha por estar en tal o cual lista, se lucha para cumplir un deber con la patria, con la humanidad, con el planeta y con ese sol que generosamente nos ilumina todos los días. No se puede dejar de cumplir con ese deber, sin esperar nada a cambio, ese es el amor altruista.
Ese amor altruista fue lo que me guio hace 65 años, cuando la dictadura era superpoderosa y la guerra de Corea había empujado un nuevo ciclo petrolero, que le daba un preciado combustible a los que ya habían aprendido a vivir de la renta petrolera entregando migajas de demagogia a los pobres de la tierra. Yo sabía que esa marcha estudiantil no derrocaría a la dictadura, pero era una semilla. No tenía idea de cuando fructificaría. Pero en mi cabeza retumbaba la historia de la gesta de unos de estudiantes que contra todo pronóstico, decidieron enfrentar a Boves y lo derrotaron. También sabía que José Félix Ribas había muerto poco tiempo después sin poder ver el final. Por lo tanto, sabía y sé que esta lucha es larga, muy larga. En eso he estado, estoy y estaré.
Por ahora hay que seguir y seguiré. Nadie sabe, ni debe preocuparse por eso, cuando le llega el “último suspiro” (Buñuel). En mi caso particular, nunca he estado preocupado por eso. En todo caso, la vida no se termina en este plano de la existencia. Sigue más allá y ahí estaremos.
¿Un golpe de Estado silencioso?
La 5° columna tiene que ver con lo que creo es un golpe de estado silencioso que se desarrolla en nuestra patria. Disfrazado de ineficiencia burocrática, va golpeando la moral de la población. A lo mejor es eso, pero es un hecho demasiado reiterativo y sus efectos son devastadores sobre la moral de la población. Conscientemente o no, tiene efectos que favorecen la agresión imperial.
Bajando por la autopista hacia La Guaira hubo un accidente que dañó uno de los túneles, lo que obligó a regular el tránsito, lo que de por sí, creo malestar en la población. Eso había ocurrido hace varios días. Durante unos minutos unos vehículos subían y otros bajaban.Una tarde, que se convirtió en noche, en proceso de desarrollo del accidente mencionado, iba viajando, con David Paravisini, hacia La Guaira con la finalidad de participar en una asamblea. La Guardia Nacional, sin explicación alguna, decidió dar paso sólo a los que venían subiendo por la autopista. Eso duró más o menos dos horas, la cola llegó hasta Catia. Por supuesto, la gente no sólo comenzó a hablar mal de la Guardia Nacional, no sólo del gobierno, sino, a partir de un momento, se fue generando rabia contra el presidente Maduro.
Un ministro decide visitar un operativo de distribución de alimentos promovido por los claps. Había una participación de cientos de personas que viven la escasez de alimentos. Entonces, durante más de una hora, mientras duró la visita del ministro, se dio la orden de suspender la distribución de alimentos. Bajo el sol, un día domingo, cientos de personas se quedaron haciendo cola hasta que la comitiva de vehículos con aire acondicionado que acompañaba al ministro, se marchó. De nuevo, rabia contra el presidente Maduro.
Como todos sabemos hechos similares ocurren con frecuencia. ¿Son sólo ineficiencia o parte de un plan? En todo caso, golpean la moral de la población y desacreditan al gobierno.En la industria petrolera siguen sucediéndose accidentes que implican costos y paralizan la producción. Entonces, mientras los precios del petróleo suben, esos accidentes paralizan la producción ¿Paro petrolero-golpe de Estado silencioso?
Claro que hay burocracia, claro que hay ineficiencia, pero creo que la frecuencia de estos hechos en plena crisis, debe llamar la atención. Yo creo que no es casual. Cierro este cuento diciendo que el Complejo Refinador de Paraguaná, está semidestruido por falta de mantenimiento. ¿Quién es el responsable?
Hasta ahora nadie, aun cuando los trabajadores sí lo saben y lo dicen.Esto parece un thriller, pero no lo es. Creo que forma parte de la ofensiva imperial que está detrás de los dólares preferenciales que se continúan entregando a empresarios que organizan el golpe de estado y se les menciona como candidatos a la presidencia de la república (¿se votará por un empresario responsable del dolor, del hambre de nuestro pueblo, pero que la mediática nacional-mundial convierte en “héroe” nacional?). De los alimentos y materias primas importadas con dólares preferenciales, que se entregan a los canales privados de distribución (que organizan el contrabando, el “bachaqueo” corporativo, el acaparamiento, la especulación). De los alimentos que se pierden… Hay que abrir los ojos para derrotarlos.
Ya he sufrido agresiones por denunciar estos hechos ¿vienen otras mientras la conspiración toma cuerpo y amenaza con derrocar al gobierno bolivariano? Se sabe quiénes son los responsables. Tome nota presidente Maduro.
La conspiración y la agresión esta vez van a llegar hasta el final, a menos que la vayamos derrotando en las fases de preparación, Esa fase de preparación está plenamente en marcha y es el momento de comenzar a frustrarla. No podemos esperar a que lance el último zarpazo pues puede ser tarde.
Fue muy importante que a Tillerson no le fuera tal como él lo esperaba en la gira por la región latinocaribeña. Brasil no se sumó, pese a Temer. Puedo especular que ello podría tener que ver con la pertenencia de Brasil a los Brics, donde están Rusia y China y también Sudáfrica. Un organismo multilateral que se ha opuesto, en general, a las políticas injerencistas. Menos olvidar que hoy día China es esencial en las inversiones para el desarrollo que se realizan en la región latinocaribeña. Hoy día EEUU no juega solo y ese reconocimiento ha llevado a las fuertes declaraciones de las autoridades estadounidenses contra China y Rusia. El mundo pluripolar y multicéntrico es una realidad y a pesar del despecho que ello le causa, no puede sino aceptarlo. Por eso ha tomado el camino del desorden y el caos planetario.
Donde tuvo éxito, como era de esperarse, fue en Colombia. Por ahí puede llegar ayuda de otros países. También es seria la situación por el lado de Guyana, donde de hecho manda Tillerson. No hay que olvidar que los planes para la balcanización de nuestra patria están en marcha, lo que implicaría desmembrarnos por el occidente, tomando la zona petrolera, Los Andes y parte .de los llanos occidentales.
Importantes zonas agrícolas. Desmembrarnos por el este tomando la Faja del Orinoco, el Arco Minero, el bosque de Uverito y nuestra selva amazónica. La región central, sede de las instituciones públicas quedaría aislada. Desmembrada, privada de las riquezas naturales, sometida al sabotaje de los servicios públicos, sin alimentos, atacada militarmente y con brotes de saqueos, vandalismo, etc.
Este es el plan. Podemos derrotarlo, pero ello depende de las medidas que se tomen ahora y los golpes que vayamos dando, sobre todo a la quinta columna.
La derrota del golpe de Estado y el paro petrolero silenciosos, apoyados y en plena ejecución por la 5° columna, es clave para nuestra victoria.
Creo que la 5° columna está en plena acción y mi impresión es que podría estar derrotándonos o por lo menos, no ha sido controlada y tiene las manos sueltas o casi sueltas. Es mi impresión y la de sectores populares ¿Será así?
Lo cierto es que la primera línea de la agresión imperial está conformada por la batalla diplomática y la acción de la 5° columna. Si nos derrotan en la batalla política y diplomática y la 5° columna se anota victorias importantes y en esas condiciones se desencadena la siguiente fase de la guerra, que estará encabezada por Colombia y es probable que por una acción desde Guyana o más probable, una “rebelión” de las fuerzas que están sembradas en el Estado Bolívar (sede de la Faja Petrolífera del Orinoco y del Arco Minero), nuestra situación se vería seriamente comprometida.
La batalla política y diplomática ha sido bien conducida por el presidente Maduro y creo que en esa esfera no nos han podido derrotar, pero la pelea es peleando y sigue una dura batalla siendo uno de sus epicentros la OEA y la próxima VIII cumbre de las Américas, que se realizará en Lima durante los días 13 y 14 de abril de este año. Probablemente se planteen dos temas fundamentales: la legitimidad de la Asamblea Nacional Constituyente y la legitimidad de las elecciones para presidente de la república, que deben realizarse el próximo 22 de abril. Este sería un debate claramente injerencista, pero va a tratar de ser impuesto por EEUU y sus aliados. Esto es lo que la diplomacia venezolana debe evitar. Ese enfrentamiento es crucial y puede ser decisivo. Creo que se puede observar los riesgos y peligros que estamos cabalgando.
Pero una de mis mayores preocupaciones es el poder de la 5° columna. Es un cáncer que ha infiltrado, a mi parecer, áreas claves de la sociedad y del gobierno. Cada día, cada hora, cada minuto se están dando luchas decisivas. Esta es la verdad y es verdad que si alguna batalla no podemos perder es esta. Por ahí se nos puede escapar la patria. Confío en que estemos realmente protegidos pues la escalada de la guerra avanza sin cesar.
La organización popular, el poder popular, las asambleas de ciudadanas y ciudadanos, son claves para derrotar la 5° columna, la corrupción, la ineficiencia y sostener y reforzar la moral de la población
Este punto le voy a dar un desarrollo particular luego. Pero debo decir que la clave de la victoria está en el fortalecimiento de la moral y la unidad del pueblo. Mientras la moral sea alta y haya menos fracturas en el seno del pueblo, estamos en condiciones de triunfar.
Creo que es equivocado decir que no hay que pedirle al presidente que resuelva el problema de los precios. Claro que hay que exigirlo pues esa es una de las principales armas de guerra, es una de las que más golpean la moral de la población y más degenera hacia conductas egocéntricas y soluciones individuales. Por supuesto, el presidente no lo puede hacer solo. Es clave la organización popular.
Finalmente, por ahora, no habrá victoria si no avanzamos en la producción y la consigna todas las manos a la siembra es correcta, es necesaria y es una manera de pedir justicia contra los responsables del fracaso agrícola durante casi 18 años de gobierno. Pero el tiempo se acorta. Vamos a aprovechar y multiplicar el tiempo con la convicción de que vamos a triunfar. En las dificultades, siempre tendremos en la reserva la caballería de Campo Elías y como en aquel ya legendario 12 de febrero de 1814, entrar en el momento decisivo y decidir la victoria de la patria.
El pueblo puede estar golpeado. No es para menos. Ha soportado y soporta lo que en nuestra historia no hemos vivido. He hablado descarnadamente tratando de no subestimar lo que está ocurriendo y llamando la atención con fuerza como exhortando a la lucha sin cuartel. No tengo dudas en que ganaremos. Estoy llamando la atención para que no nos confiemos y nos preparemos para tempos difíciles pues la batalla es compleja y nos enfrentamos a reconocidos criminales como Trump y Tillerson. No les tenemos miedo y los vamos a derrotar. Los malos no ganarán.
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La crisis y la misión dual
del pueblo venezolano
Homar Garcés
En Venezuela (dígase lo que se diga en sentido opuesto) se presencia una contradicción histórica innegable. Basta contrastar el discurso oficial -desde el instante en que Hugo Chávez enunciara el inicio del socialismo del siglo 21 bajo su presidencia- con lo realmente existente. Objetivamente. Sin sectarismo alguno. En un primer plano, resalta la persistencia de las estructuras que caracterizan el Estado burgués liberal. Luego (aunque se piense algo exagerado), el desarrollo de las fuerzas productivas siguen manifestándose a favor de la lógica capitalista en vez de apuntar a la construcción de su alternativa, el nuevo socialismo. A ello se suma quizás el factor de mayor incidencia: la carencia de una conciencia colectiva compatible con los diversos postulados hasta ahora enarbolados, los cuales debieran expresarse -de un modo creciente y amplio- en la hegemonía de un poder popular verdaderamente soberano. Todo esto en medio de los efectos negativos de una crisis económica que, si bien es cierto fuera inducida y patrocinada sin miramientos desde la derecha opositora, no deja de ser responsabilidad de quienes dirigen la nación al no prever y adoptar medidas excepcionales puntuales que la impidieran.
En conjunto, esta contradicción histórica innegable ha engendrado, entre otras consecuencias visibles, la percepción errónea que todo ocurre gracias al empeño “desfasado” de construir el socialismo, siendo éste una “ideología fracasada”; haciendo cuenta de lo acontecido en la extinta Unión Soviética después de 70 años vigencia, así como en la evolución de China, Vietnam y Cuba hacia formas abiertamente capitalistas. Esta degradación de lo que sería el socialismo revolucionario sirve de caldo de cultivo para que algunos se desengañen amargamente de esta opción.
En síntesis, lo que debió resultar, en una progresión sostenida, una transformación del modelo de sociedad instaurado desde hace más de un siglo atrás, ha desembocado, por distintas vías, en su negación más absoluta. Indudablemente, surgirán y ganarán espacios las voces disidentes que proclamen todo lo contrario y alaben la idoneidad de aquellos que manejan los asuntos del Estado y le endosan toda la culpa al imperialismo gringo y a sus lacayos locales. Ante dicho panorama, surge una importante interrogante sobre qué hacer (y cómo hacer). La posición más cómoda sería achacarle todo a Maduro y a su entorno, y esperar que la oposición (sola o acompañando al gobierno) resuelva. De los militares no se podrá esperar nada diferente. Sin embargo, desde un punto de vista positivo, podría afirmarse que las penurias económicas que sufre la población venezolana representan (o representarían) la oportunidad de iniciar realmente una revolución popular, esta vez con un grado mayor de conciencia colectiva respecto a la naturaleza de las diversas estructuras políticas, económicas, sociales y culturales sobre las cuales se erigió el modelo de sociedad vigente.
En tal sentido, las metas y la acción histórica que tendrían que trazarse los sectores populares están irrevocablemente predeterminadas por sus mismas condiciones de vida, aun cuando sean, en un primer momento, de carácter meramente reivindicativo. No hay de otra. Les corresponde a los sectores populares, por tanto, una misión dual: una, destructora de todas las estructuras que obstaculizan el desenvolvimiento de su plena soberanía, otra, regenerativa que prefigure el modelo civilizatorio donde se manifieste en toda su dimensión creadora (y re-creadora) esta misma soberanía. La emancipación real y el mejoramiento sustancial de las condiciones materiales de vida del pueblo quedan, en consecuencia, en sus propias manos, lo que debiera incentivarse al máximo en vez de sometérsele al clientelismo político tradicional. Esto, sin duda, supone una ruptura en relación con la concepción y el manejo habituales de la política, siendo éste el factor de mayor impacto en el destino común de venezolanas y venezolanos, tanto la representada por el chavismo gobernante como por la representada por la oposición de derecha; lo que daría origen a la conformación de un nuevo orden político, una nueva moral, una nueva cultura y, por supuesto, una nueva subjetividad histórica. Una ruptura que abarque, además, la resistencia a la continuidad del sistema capitalista por otros medios, habiéndose demostrado que éste sólo beneficia -desde siglos- casi exclusivamente a una minoría privilegiada, independientemente del cariz ideológico con que se revista.
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