Pueblos: AMLO dijo: …. y Silvio dijo
Por Orestes Martí Las Palmas de Gran Canaria 2020-6-15
Ayer dimos inicio a esta serie, publicando “Pueblos:
Putin dijo…”; debo admitir que recibimos algunos mensajes de
nuestros lectores solicitando la intervención completa y de ser posible en
vídeo. Desgraciadamente no hemos podido obtener esa información en
castellano y no nos ha parecido adecuado publicarla -por ahora-, en otro
idioma, aunque existen algunos “cortes” que tal vez con posterioridad las
agencias rusas publiquen en español.
Entonces, hoy vamos a publicar lo que dijo el presidente de México Andrés
Manuel López Obrador (AMLO) sobre el candente tema de la pandemia COVID-19 y
lo que ha publicado (incluido el material fílmico) bajo el título de
“Decálogo para salir del coronavirus y enfrentar la nueva realidad”
y también vamos a publicar un enlace a una interesante entrevista que le
hiciera la publicación argentina Página 12 al trovador cubano.
Luego de largos, dolorosos e
inciertos días por la pandemia COVID-19, me atrevo a sugerir de
manera respetuosa algunas actitudes que podríamos experimentar para
salir con seguridad a la calle, realizar nuestras actividades de
siempre y vivir sin miedos ni temores. Como consta, sin
autoritarismo de nuestra parte, la mayoría de la gente, de manera
muy disciplinada e incluso estoica, ha obedecido las indicaciones de
las autoridades políticas y sanitarias: se permanece en casa, se
guarda la sana distancia y se aplican como nunca medidas de higiene
personal. Todo ello ha sido fundamental para evitar un crecimiento
exponencial de los contagios, para no saturar los hospitales y para
salvar el mayor número de vidas que ha sido médica y humanamente
posible. Considero que ya hemos tenido el tiempo suficiente para
familiarizarnos con las recomendaciones médicas y las disposiciones
sanitarias y que ahora es momento de ponerlas en práctica siguiendo
nuestro propio criterio. En esta etapa hacia la nueva normalidad,
debemos recobrar a plenitud el sentido de la libertad y decidir
nosotros mismos, con base en lo que hemos aprendido, cómo
protegernos del contagio y de la enfermedad. A mi ver y entender
debemos asumir la construcción de la nueva normalidad con estas
acciones y actitudes:
1. Mantengámonos siempre informados de las disposiciones sanitarias;
sigamos acatando las recomendaciones para cuidarnos y minimizar el
riesgo del contagio, pero hagámoslo con independencia, criterio y
responsabilidad.
2. Actuemos con optimismo. El buen estado de ánimo ayuda a enfrentar
mejor las adversidades.
3. Demos la espalda al egoísmo y al individualismo y seamos
solidarios y humanos. Si tenemos más de lo que necesitamos,
procuremos compartirlo. Nada produce más dicha que la práctica de la
fraternidad.
4. No nos dejemos envolver por lo material. Alejémonos del
consumismo. La felicidad no reside en la acumulación de bienes
materiales ni se consigue con lujos, extravagancias y frivolidades.
Sólo siendo buenos podemos ser felices.
5. Recordemos que ante el peligro de contagio y de la enfermedad, la
mejor medicina es la prevención. Además de adoptar las medidas tan
claramente divulgadas por las autoridades sanitarias, cuidemos
nuestra salud tratando de bajar de peso y procurando vivir en calma
y sin angustias, es decir, sin eso que ahora se conoce como estrés.
6. Defendamos el derecho a gozar del cielo, del sol, del aire puro,
de la flora y la fauna y de toda la naturaleza.
7. Alimentémonos bien; optemos por lo natural, lo fresco y
nutritivo. Una de las alternativas es el maíz, el frijol, las
verduras, las frutas de temporada, el atún y las proteínas obtenidas
de animales de patio y de potreros, no engordados con hormonas;
evitemos el consumo de los llamados productos chatarra elaborados
con exceso de azúcares, harinas, sales, químicos y grasas. Tomemos
mucha agua pura; si tienes adicción al tabaco o al alcohol busca
tratamiento para eliminarlos.
8. Hagamos ejercicio acorde a nuestra edad o condición física.
Párate, camina, corre, estirate, medita y aplica todo lo que
consideres que le hace bien a tu cuerpo.
9. Eliminemos las actitudes racistas, clasistas, sexistas y
discriminatorias en general. Reforcemos nuestros valores culturales,
las lenguas, las costumbres, las tradiciones, la organización social
comunitaria y sigamos cuidando a nuestros adultos mayores. El
coronavirus nos recordó que es mejor cuidar a los ancianos en
nuestras casas que tenerlos en asilos, por confortables que éstos
sean, porque nada sustituye al amor. No olvidemos que la familia
mexicana es la mejor institución de seguridad social en el país. En
nuestra América, como lo canta Rubén Blades, “a pesar de los
problemas, familia es familia y cariño es cariño”.
10. Tengas o no una religión, seas creyente o no, busca un camino de
espiritualidad, un ideal, una utopía, un sueño, un propósito en la
vida, algo que te fortalezca en lo interno, en tu autoestima, y que
te mantenga activo, entusiasmado, alegre, luchando, trabajando y
amando a los seres queridos, al prójimo, a la naturaleza y a la
patria.
Palacio Nacional, 12 de junio de 2020
Toma de pantalla |
Entrevista con el cantautor
cubano, que sacó un nuevo disco
Silvio Rodríguez: “La pandemia mostró lo que somos”
El músico habla sobre las circunstancias en las que llegó a concebir
este nuevo conjunto de canciones, en un mundo convulsionado y aislado.
Para la espera, recién lanzado en plataformas digitales, es un trabajo
intimista en el que Silvio reflexiona sobre las esperas, los ciclos y
sus finales, el amor y la muerte. “Nunca canté canciones con las que no
estuviera de acuerdo”, señala.
Por Sergio Sánchez
…. “-De cada una de las cosas que espero podrían salir canciones,
libros, óperas, bibliotecas… Para uno mismo no se espera mucho, sobre
todo después de los 70, pero justo porque se ha llegado a una edad,
justo porque el tiempo transcurrido ha sido décadas de vida en una era
apasionante, es un mundo lo que cabe esperar, un mundo nuevo. Un mundo
que no renuncia a nada de lo que lo funda, mucho menos a sus
imperfecciones, y que justo por ellas proclama su razón, su derecho, su
necesidad de nacer, o renacer. No creo que esa mañana la traiga la
pandemia; la traen muchas cosas anteriores. La pandemia sólo nos ha
mostrado con especial claridad lo que en conjunto somos; cómo cada uno,
sin excepción, está(mos) sometido(s) a las mismas leyes naturales. Ese
es el sentido de revelación que tiene todo esto; esa es la enseñanza;
eso es lo que nos hará repartir –o no — la conmiseración, la
solidaridad, y también lo que hace cada vez más claro el egoísmo….
“En todas partes la prensa insiste en lo que habrá después. No recuerdo
lo que me pasó por la mente en aquel instante, pero es obvio que la
libertad, así como la verdad, son conceptos relativos, circunstanciales;
porque nunca se tiene (y mucho menos es necesaria o justa) toda la
libertad, como tampoco es abarcable toda la verdad. Son como estaciones
de un camino –nunca estaciones terminales sino de tránsito–. Pareciera
que aún estamos lejos de un mundo en que el peso total de esos conceptos
lleguen a estremecernos como especie, porque son demasiadas las
urgencias; la vida humana aún está en terapia intensiva y depende de
respiradores artificiales que no tenemos, o no los suficientes.
“Estamos siempre buscando verdades. Tampoco soy un obseso de la verdad,
me basta que haya algunas verdades básicas, que son útiles”, dice
Rodríguez en la entrevista para prensa que publicó en su blog. “La
solidaridad es una verdad, ser capaz de ponerte al lado del otro. La
compasión, que nos hace verdaderamente humanos. Pero la verdad se parece
a lo que escribió Eduardo Galeano sobre la utopía, citando a Fernando
Birri: sirve para caminar. La verdad es ir, es caminar, la
intranquilidad, no conformarse. En Cuba no somos nada perfectos, y uno
de nuestros grandes problemas fue la idea de ‘ya llegamos’. Para algunos
ahora lo único que hay que hacer es defender el poder. Ha sido espantoso
porque nos ha enquistado. Todo lo que cristaliza es muerte.”
Y analiza el pasado y presente de Cuba: “En los 60 y los 70 parecía que
lo que vendría iba a ser distinto. Había un Tercer Mundo buscando, y
parecía que llegaríamos a un lugar donde habría menos prejuicios, menos
guerra, que se iban a aprovechar los recursos en cosas más nobles. ¿Por
cuántas guerras hemos pasado en los últimos cincuenta años? ¿Cuánto ha
sido el gasto en armas y aparatos para destruir a la gente? ¡Y no hay
para dónde irse! Me costaría trabajo cantarla ahora. Ahora hay que
cantar otra cosa”.
“Hay muchos pensadores de distinto calibre y tendencias reflexionando
sobre lo que estamos viviendo. Yo personalmente no creo que el mundo
vaya a cambiar mucho. Vamos a tratar de volver a ser nosotros, para bien
y para mal. Ya estamos mal acostumbrados y mal hechos, y hay muchos
intereses con poder. Sí creo que es posible que todo esto nos ayude a
reflexionar sobre la libertad y la transparencia”……..
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