Economía y desarrollo: Otra vez China
Por Orestes Martí
Las Palmas de Gran Canaria 2020-9-24
Por increíble que parezca a algunos
analistas todo hace indicar que la República Popular China no sólo se
recupera de los efectos de la pandemia sino que va tomando distancia de sus
más cercanos seguidores en materia de desarrollo económico.
Dos interesantes materiales vamos a compartir con nuestros amables lectores
y como de costumbre les recomendamos que no se queden ahí y que busquen más
información en otras fuentes confiables.
El primero es un despacho de la
Corresponsal jefa de Prensa Latina en China Yolaidy Martínez
Foto Prensa Latina |
Circulación dual, la fórmula de China para recalibrar su economía
Dos años de guerra comercial con Estados Unidos y una previsible crisis
mundial por la pandemia de Covid-19 incentivaron a China para reajustar
su política económica y buscar el crecimiento, pero más dependiente de
los negocios domésticos.
La segunda potencia del planeta apuesta ahora por la llamada
‘circulación dual’, una estrategia que concede mayor relevancia al
desarrollo del mercado interno y también a las alianzas con países y
regiones amigas.
El concepto es tema recurrente en comentarios de la prensa nacional y
extranjera, porque podría ser la esencia del plan económico 2021–25 que
conformará el Partido Comunista de China en octubre.
La idea es lograr en el próximo quinquenio el liderazgo en la innovación
de productos y servicios de alta tecnología, formar talentos, y cimentar
el dinamismo de las empresas en la disponibilidad de la fuerza laboral y
capacidad de consumo nacional.
Según los entendidos, esa táctica al mismo tiempo le valdría al país
para convertirse en centro de referencia mundial en lo económico y
tecnológico, con ventajas sobre competidores internacionales.
Pero no significaría abandonar los negocios con foráneos, y más bien se
espera continuar la apertura sin discriminación a empresas de aquellas
naciones y zonas unidas a China mediante el proyecto de la Franja y la
Ruta.
Varios análisis aseguran que así Beijing se anticipa al impacto del
descenso de la actividad comercial externa y también del desacoplamiento
económico que promueve Estados Unidos, cuyo gobierno se muestra más
agresivo en el afán de cortar cuatro décadas de intercambios
bilaterales.
Pero como todo lo nuevo, el patrón de doble circulación genera inquietud
-principalmente entre los inversionistas- sobre el futuro rol de China
en la economía global y no faltan las voces que incluso ven la
estrategia como un espejo de ‘Estados Unidos Primero’, del presidente
Donald Trump.
En ese contexto, muchos llaman la atención sobre las recientes
limitaciones a la exportación de 23 sistemas de alta tecnología
inventados aquí, pues en lo adelante las empresas con interés de
transferirlos al extranjero deberán obtener un permiso del Gobierno.
Otros análisis se centran en el mecanismo para sancionar empresas e
individuos extranjeros considerados no fiables por incurrir en actos que
socaven los intereses de soberanía, seguridad y desarrollo del país.
Por esa vía China castigará con multas, restricciones o prohibiciones
comerciales a aquellos que violen los principios del mercado al ‘cortar
las transacciones normales con compañías, organizaciones y ciudadanos
chinos’.
Pero según afirma el Gobierno, la doble circulación es una versión de la
política de reforma y apertura lanzada en 1979, que permitió al país
posicionarse como la segunda potencia del orbe.
El propio presidente Xi Jinping afirmó que China no buscará el
desarrollo a puertas cerradas y sí creará más espacio para la
recuperación económica global.
‘Por el contrario, tenemos el objetivo de impulsar, con el tiempo, un
nuevo paradigma de desarrollo en el que la circulación doméstica es el
pilar y las circulaciones doméstica e internacional se refuerzan
mutuamente’, dijo ante una videoconferencia de la ONU.
Consciente de los retos en una transición hacia el mercado interno, el
país se propone incentivar a los privados con menos tarifas, políticas
fiscales activas y la simplificación de servicios administrativos en
línea como los registros de marcas, aprobación de licencias de negocios,
solicitud de patentes y la acreditación.
Facilitará aún más el comercio transfronterizo, la inversión mediante
más cambios de divisas, la interconexión de mercados financieros, y
flexibilizaciones en la entrega y pago de créditos, bonos y préstamos al
empresariado.
Entre otros aspectos, se pondrá énfasis en la estabilización del empleo,
de los precios y las necesidades básicas de las zonas empobrecidas.
© Foto : Pixabay /
PublicDomainPictures |
El segundo, un artículo de
Alfredo
Zaiat, publicado en el sitio de Sputnik.
China toma la delantera: ¿por qué vuelve a crecer y no lo hace EEUU ni
Europa?
Mientras que en muchos países europeos aparece el temor a una
segunda ola de coronavirus, que volvería a castigar la débil
recuperación económica, y EEUU sigue con la doble crisis sanitaria y
económica a pocas semanas de las elecciones presidenciales, China emerge
como la potencia que terminaría el año de la pandemia con crecimiento
económico.
Como
se mencionó en un artículo anterior, a comienzos de este
año, el FMI esperaba un crecimiento del ingreso per cápita en más de 160
países, mientras que ahora más de 170, equivalente a casi el 90% de la
economía mundial, registrarán una caída en ese indicador.
¿Cuáles son los motivos para que el país origen del
COVID-19 pueda registrar una performance económica positiva
a contramano del resto?
Transformación digital
China recibió el primer gran golpe
económico por las medidas sanitarias de confinamiento. También ha sido
la primera en mostrar subas sostenidas de indicadores clave de la
economía.
Sin embargo, no han mejorado todos los sectores. Algunas actividades,
especialmente en el sector servicios, todavía no muestran síntomas de
reactivación.
Pese a ello, de acuerdo a la dinámica de
la pandemia en el resto del mundo y el ciclo económico
global, parece poco probable que China transite una larga recesión.
La pregunta que algunos economistas tratan de responder es por qué China
pudo generar tan rápida recuperación cuando gran parte de la economía
internacional sigue a los tumbos.
Una de las respuestas que ofrecen es la siguiente: la rápida
transformación digital de su economía.
Zhang Jun, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Fudan
y director del Centro de Estudios Económicos de China, un grupo de
expertos con sede en Shanghai,
explica que la economía digital de China estaba creciendo
con fuerza antes de la pandemia, y que con ésta se aceleró.
En 2018 ya representaba el 34,8% del Producto Interno Bruto (PIB),
porcentaje que fue creciendo año a año por encima del crecimiento del
Producto. La crisis del COVID-19 está destinada a reforzar esta
tendencia.
Inversión
Zhang Jun señala que a medida que la pandemia ha destruido algunas
empresas e industrias, también ha acelerado enormemente la adopción
de tecnologías digitales. Al no poder salir de sus hogares, las
familias adoptaron aplicaciones como JD.com, Meituan, Eleme y Pinduoduo
para hacer sus compras diarias de productos.
Mientras, las empresas aprovecharon las herramientas digitales, desde
plataformas de comunicación como
Enterprise WeChat y DingTalk hasta contratos electrónicos,
para mantener sus negocios en funcionamiento. A la vez, varios gobiernos locales
están implementando Alipay Health Code, una aplicación de teléfono móvil
que asigna a los usuarios un código de color que indica su estado de
salud. De esa manera, saben cuándo deben ser puestos en cuarentena,
cuándo pueden visitar espacios públicos de manera segura y cuándo pueden
viajar.
La transformación digital está modificando también a la industria
financiera de China. Con 562 millones de usuarios, las aplicaciones de
banca móvil eran la tercera categoría más grande de aplicaciones por
base de clientes, después de las aplicaciones de compras y vídeos
cortos, a fines de marzo. Las aplicaciones chinas de banca móvil ahora
tienen un promedio de 50 millones de usuarios activos mensuales.
El crecimiento de la economía digital de China también ha tenido un
impacto positivo en el empleo. La Academia de Tecnología de la
Información y las Comunicaciones de China informa que en 2018, la
economía digital creó 191 millones de puestos de trabajo y representó
una cuarta parte del empleo general, un aumento del 11,5% interanual.
Zhan Jun concluye que “China bien puede ser la única gran economía
que logre un crecimiento positivo este año. Esto se lo debe, en gran
medida, a una década de compromiso con una fuerte inversión en la
transformación estructural impulsada por la tecnología”.
Control
Otro de los factores para comprender la rápida recuperación de la
economía de China es que ha podido controlar el COVID-19. Desde el 16 de
agosto pasado no registra contagio local, y sólo se han detectados
importados, personas que han quedado inmediatamente controlados por la
estricta cuarentena de 14 días que se impone a quien arriba al país.
Este resultado en el frente sanitario y la estrategia de prevención
contrasta con la política encarada por Occidente. El saldo es elocuente:
China inició el camino de la reactivación, mientras que las economías de
EEUU y Europa siguen muy débiles.
Junto con la economía de Vietnam, la de China es la única que ya
crece. En el primer trimestre se derrumbó 6,8%, pero en el segundo
empezó a revertir esa tendencia y puede mostrar el ansiado dibujo de
reactivación en V.
El impulso proviene especialmente del sector industrial, que se expandió
4,8% desde el segundo trimestre. No obstante, en la primera mitad del
año, el PIB fue negativo de 1,6% con respecto al mismo periodo de 2019.
De todos modos, ha sido una caída sustancialmente menor al resto. Los
economistas Oscar Ugarteche y Jorge Zavaleta
precisaron que el PIB de la Unión Europa (UE) se desplomó
14,4% respecto del segundo trimestre de 2019 y América del Norte 10,8%
(Canadá, México y Estados Unidos).
Zhao Qinghe, del Buró Nacional de Estadísticas, indicó que “la
situación sanitaria está controlada y todo apunta a que el consumo
interno continuará creciendo”.
La estrategia para superar los costos de la pandemia es sencilla: China
confía en su propia fortaleza y no en la de la economía global para
superar la crisis.
Cautela
De todos modos, el Gobierno de Xi Jinping no tiene el objetivo de
exhibir la fuerza de la recomposición de su economía en medio de una
crisis global.
“La economía china ha logrado sobreponerse gradualmente del daño causado
por la pandemia en el primer semestre. Pero el crecimiento aún sufre
fuertes presiones externas a la baja porque el coronavirus continúa
teniendo un gran impacto en la economía global. La mayor parte de las
variables continúan en territorio negativo, así que todavía queda un
largo camino hasta que podamos recuperar lo que nos quitó la pandemia,
aunque hemos demostrado que su impacto es controlable”, indicó el
portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, Liu Aihua, durante la
presentación de los datos del segundo trimestre.
Es evidente que China está saliendo fortalecida de esta crisis. Según
IHS Markit, las exportaciones chinas representaron el 20% del total
global entre abril y junio, siete puntos porcentuales más que en el
mismo período de 2019.
EEUU
En tanto, el retroceso de Occidente se ha acelerado con el
coronavirus, pero desde antes estaba perdiendo peso relativo en la
economía mundial a favor del crecimiento de Eurasia.
Ese proceso se ha acentuado en la última década con un incremento de la
desigualdad notable. Eduardo Crespo, Tiago Appel y Gonzalo Fernández,
del Grupo Geopolítica y Economía desde el Sur Global,
afirman que el caso paradigmático de esa caída es EEUU.
Pese a que es una potencia con recursos y capacidades muy importantes
para mejorar las condiciones de vida de su población, el salario real
hoy es más bajo que hace 40 años.
Por ejemplo, el empleado medio debe trabajar el doble de años que tres
décadas atrás para pagar el precio de una vivienda promedio.
Esos tres especialistas ofrecen datos contundentes de la crisis al
interior de EEUU: entre 1999 y 2015, la tasa de suicidios aumentó 24% y
disminuyó la esperanza de vida de los estadounidenses blancos de mediana
edad.
Otro dato: desde la década del 70 hasta
la crisis de 2008, la productividad creció en forma
progresiva; no así los salarios reales. Estas cifras explican el
incremento de la desigualdad.
Europa
Por su parte, Europa registra un sendero de mayor retroceso. Yanis
Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia, apunta que la crisis del
euro que estalló hace una década se ha mostrado durante mucho tiempo
como un enfrentamiento entre el frugal Norte de Europa y el derrochador
Sur. De hecho, en el fondo había una feroz guerra de clases que dejó a
Europa, incluidos sus capitalistas, muy debilitada en relación con
Estados Unidos y China.
“Peor aún, la respuesta de la Unión Europea a la pandemia, incluido el
fondo de recuperación de la UE, está destinada a intensificar esta
guerra de clases y asestar otro golpe al modelo socioeconómico de
Europa”, sentencia.
Xavier Vives, catedrático de Economía y Finanzas del IESE Business
School, agrega que mientras que Estados Unidos y China se adelantan cada
uno en busca del dominio global en la economía digital y otras
tecnologías de vanguardia, Europa se está quedando cada vez más
rezagada; incluso Alemania.
Siglo XXI
La dinámica de la coyuntura de la economía global muestra a China está
saliendo fortalecida de la pandemia.
El movimiento económico estructural en las dos décadas transcurridas de
este siglo es que la potencia asiática fue expandiendo su relevancia en
el escenario internacional.
El
coronavirus sólo ha acelerado esa tendencia que está girando
el centro de gravedad de la economía mundial de Occidente hacia Asia.
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Franz J. Hinkelammert, Henry Mora Jiménez Red FICP Canal de la Red de la Federación Internacional de Comunicadores Populares ESTA ES UNA PUBLICACIÓN DE LA RED DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE COMUNICADORES POPULARES (RedFICP)
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