Artículos de Andrés Gómez
Director de Areitodigital
OTRA VEZ LOS VENDEPATRIAS EN MIAMI
Andrés Gómez, director de Areitodigital
Miami.- Recientemente recibí a través de una entrañable amiga habanera una nota que según me explicó estaba publicada en Facebook. Por su extraordinaria importancia para nosotros, cubanos, y no cubanos, empeñados en defender al asombroso pueblo de Cuba en estos turbios tiempos de pandemias y Bloqueo, aquellos que realmente odian al pueblo de Cuba y a su Revolución, que hoy como ayer, antier, y antes de antier, en Miami exigen al gobierno estadounidense que invada a Cuba, como hicieron en nefasta alianza en abril de 1961. Y felices, como hoy, se desgañitaban entonces en las calles de Miami para que se consumiera la hecatombe nuclear sobre la Isla en octubre de 1962.
Desconozco quién es la feliz autora o autor de este trabajo, pero para ella o él, mi más profundo agradecimiento. Para todos ellos y ellas, que piden la invasión de Cuba, desde Miami, vendepatrias de siempre, las siguientes palabras:
“Cuando pidas que otro país invada tu país, no lo pidas desde ese otro país, pídelo estando allí, en tu país, para que aprendas a callar los gritos de sus niños, para que sepas consolar el desespero de las madres, para que aprendas refugiar a los ancianos, para que aprendas a brindar tu hombro para que tus hermanos mutilados se apoyen para caminar, pídelo desde allí, desde tu país, para cuando toda esa invasión termine, si aún quedas con vida, busques dentro tu pedacito de tierra bañado en cenizas y humo, plagado de todo, de irreconocibles escombros encontrar una flor, una simple flor, roja, blanca, amarilla, que puedas poner sobre el pecho ya sin vida de tu ser más querido…
Y si no es mucho pedirte, cuando pidas la invasión de tu país a otro país, no lo hagas desde allí, desde ese otro país, desde tus lujos, pídelo estando en tu país, junto a tus hermanos para que sepas como suena, al llegar, un misíl…¿vale?”
JÍ, JÍ, JI…! (I)
Por Andrés Gómez, director AreitodigitalEste artículo fue originalmente publicado en la Revista Areíto en mayo de 1990, en el número 7, de su Segunda Época. [Hace ahora 30 años]. Su subtítulo es: Como los Cambios en lo que fue la Comunidad Socialista Europea han Exacerbado los Ánimos en Miami.
Recientemente hemos sido testigos como en Miami se han exaltado los ánimos de algunos por los eventos que han tenido lugar en Cuba recientemente. Estos disturbios en Cuba es meta de los enemigos del pueblo cubano quienes son los sostenedores de la genocida política de Bloqueo. Bloqueo que impide el desarrollo económico de nuestro país y en estos tiempos tenebrosos de pandemia, acuciada Cuba por la falta de recursos financieros, desemboca esta situación en la carencia de alimentos, medicamentos, materias primas y otros factores esenciales para la vida y la paz en la Isla.
Algunos de nosotros hemos vivido suficiente tiempo en Miami para saber que esta exaltación de ánimos es inherente a una histeria política que es un fenómeno cíclico del ambiente contrarrevolucionario miamense.
Por eso, para ayudar esclarecer que esto es así decidí volver a publicar este interesante artículo.
El ocho de febrero pasado [1990] el gobernador republicano de la Florida, Bob Martínez, quien por cierto aún no ha aprendido a hablar el castellano, nombró por decreto ejecutivo la Comisión por una Cuba Libre. La comisión, la cual está compuesta por 12 miembros, nueve de ellos hinchados y prósperos cubanoamericanos, tiene el propósito de presentar un plan de emergencia al gobernador para aplicarse en este estado una vez se derrumbe la Revolución Cubana. Esta útil comisión está presidida, sorprendentemente, por Jorge Mas Canosa, presidente de la Fundación Nacional Cubanoamericana. El honorable panel estudiará los posibles efectos económicos, sociales y políticos que ese derrumbe ocasionará en la Florida. Otra ingeniosa característica de esta comisión es que continuará existiendo aún después del derrocamiento del gobierno revolucionario cubano.
Coincidiendo con la celebración en los EE.UU. del Día de los Inocentes, el 1 de abril último [1990] quince organizaciones contrarrevolucionarias cubanas se reunieron en Miami para presentar sus planes institucionales a aplicarse en una Cuba pos revolucionaria. Presentes estaban representantes de la Junta Patriótica Cubana, Cuba Independiente y Democrática, Alpha 66, el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), la Fundación Nacional Cubanoamericana, la Brigada 2506, Municipios Cubanos en el Exilio, Movimiento Demócrata Cristiano, Comité Cubano Pro Derechos Humanos, y el Partido Independentista Cubano. Indiscutiblemente, la crema y nata de la Reacción.
La víspera del Día de los Inocentes, el 31 de marzo un grupo de antiguos sindicalistas cubanos se reunieron en Miami con representantes de la AFL-CIO, la federación sindical norteamericana, con el propósito de elaborar un plan para la reorganización del movimiento sindicalista en Cuba, también a aplicarse en una sociedad cubana pos revolucionaria.
Como si esto no fuera poco, una nueva organización política, el Centro de la Democracia Cubana, dirigida por el ocurrente profesor, Enrique Baloyra, se sumó a un montón de intelectuales quienes en 1988 exigieron la realización de un plebiscito contrarrevolucionario en Cuba.
UNA NUEVA COMPARSA
Más que una comparsa, la situación política del Miami cubano durante los últimos meses, se asemeja más a una ópera bufa. Lo bufo caracteriza lo ridículo y lo grotesco, y desgraciadamente es esto lo que ha ejemplificado el ambiente político miamense durante los últimos cinco meses.
Desgraciadamente, porque en esta ciudad viven muchas personas que se preocupan por la suerte que sus familias y amistades puedan correr en Cuba, y porque se desperdicia una oportunidad en cuanto al papel que la emigración pudiera en ayudar a facilitar al desarrollo político y económico del pueblo cubano. Y también en tiempos de tantos cambios y confusión, como el que el mundo entero ha vivido durante los últimos meses, es cruel en engañar a sabiendas sobre lo que ocurre en Cuba. Reavivando las ansias de un regreso triunfalista ilusorio, como la han hecho, por motivaciones personalistas y de lucro, la dirigencia y la prensa contrarrevolucionarias.
La histeria política revanchista es un fenómeno cíclico del ambiente contrarrevolucionario cubano. De hecho, este ambiente se nutre de estos períodos de histeria para sobrellevar el resto del tiempo. Vivir treinta y un años de derrotas no es fácil. Aunque treinta y un años es más fácil de sobrellevar, que lo que será sobrellevar la suma de todos los demás años que se seguirán agregando. Si estos largos años han sido difíciles para la contrarrevolución ¿podrá uno imaginarse lo terrible que será el futuro?
La euforia contrarrevolucionaria de un regreso triunfalista caracterizó el período del exilio de los años 60. Entonces se repetían con bastante frecuencia. No los suscitaban solamente hechos extraordinarios como fueron la invasión norteamericana en abril de 1961 por la península de Zapata, la gran Crisis de Octubre en 1962, el aislamiento de Cuba logrado por los EE.UU. durante esos años, la invasión norteamericana de la República Dominicana en 1965, el fracaso de la Zafra de los Diez Millones en 1970, sino también rumores recurrentes de los éxitos de innumerables atentados contra Fidel y Raúl, y supuestas decisiones de nuevas agresiones militares contra los cubanos por parte de Washington, durante aquellos años de la escalada intervencionista norteamericana en la América Latina y en la Indochina.
Después de la consolidación del proceso revolucionario cubano, y de la derrota norteamericana en Viet Nam en la década de los años 70, no hubo oportunidades de una envergadura mayor para justificar la euforia en Miami. Durante esos años la contrarrevolución se concentró que no lograron nunca la euforia el presentimiento de la inminencia de una debacle revolucionaria en Cuba.
A DESEMPACAR LAS MALETASJI, JI, JI…! (II)
Andrés Gómez, director de Areitodigital
Viene del anterior…. Para ayudar esclarecer que esto es así decidí volver a publicar este interesante artículo. (continuación del I)
Los hechos que ocurrieron en La Habana en relación a la ocupación de la embajada del Perú por miles de cubanos ansiosos de emigrar en abril de 1980, y el éxodo de 125 mil cubanos por el puerto del Mariel en los cuatro meses subsiguientes precipitaron, sobre todo en abril y mayo de ese año, la más aguda percepción de catástrofe revolucionaria que Miami recordara desde octubre de 1962.
En abril de 1980, caravanas contrarrevolucionarias recorrieron innumerables veces las calles de la ciudad celebrando el fin de la Revolución, y el dirigente Auténtico, Manuel Antonio de Varona, émulo de Matusalén, preparó sus maletas para el viaje que lo conduciría a la mítica presidencia de la república burguesa.
Pasaron los días del Mariel, y se desempacaron nuevamente las maletas. Pero la euforia reaccionaria regresó con la presidencia de Ronald Reagan, sobre todo, durante los primeros dos años. El 20 de mayo de 1982 fue el momento de júbilo del espíritu Plattista de la contrarrevolución. Ese día, en Miami, la dirigencia contrarrevolucionaria se vistió de gala para recibir triunfalmente al presidente Reagan, el que iba a arrebatar a Cuba su Revolución. Miles se botaron a las calles a gritarle vivas al nuevo jefe de los Rough Riders llegando en el delirio a visualizarse haciendo lo mismo en las calles de La Habana. Pero la realidad tercamente volvió a imponerse, y después de un tiempo, volvieron a desempacarse las maletas.
LAS EXCELSAS MALETAS
Ocurrieron sucesos importantes entre 1982 y 1985, por ejemplo, la invasión norteamericana de Granada en octubre de 1983, y la salida al aire de Radio Martí en mayo de 1985, pero ni aún estos, tuvieron trascendencia para suscitar la visión de la debacle revolucionaria en Cuba.
Muy diferente ha sido el impacto en esta visión de los extraordinarios acontecimientos en la Europa central y oriental, y en la propia Unión Soviética durante 1989. También los extraordinarios acontecimientos ocurridos en Panamá y Nicaragua desde diciembre pasado [1989] a la fecha.
No sólo contribuía a la histeria generalizada el derrumbe –molto vivace- de los gobiernos de las democracias populares, sino que parecía que la propia Unión Soviética se descosía. Si esto sucediera Cuba entonces quedaría completamente vulnerable.
Los enemigos de la Revolución Cubana se dispusieron a colocarse en posiciones oportunas, bien para contribuir a dar calor a una decisión por parte del gobierno norteamericano de optar por una alternativa militar contra Cuba, o para estar en una buena posición para cuando la debacle revolucionaria ocurriera en la Isla.
Primero entre ellos ha sido un personaje ambicioso y mezquino, quien a la larga resultaría haber sido mediocre: Jorge Mas Canosa. Mas Canosa es de la estirpe de Fulgencio Batista –con toda la ambición y codicia del general; aunque sin la astucia del coronel; ni toda la habilidad del sargento. Este señor, autodesignado presidente (aunque él está en mejor posición de saber los secretos de la Casa Blanca que nosotros) de una república reaccionaria en Cuba, dio a conocer que había preparado sus excelsas maletas para el regreso revanchista.
EL DESVARÍO
La histeria aumentaba semana por semana a final de 1989, Miami hervía en la expectativa de una hecatombe en Cuba. Esta vez había causa para preocuparse por la Revolución Cubana. Los efectos de los cambios en la URSS y los otros países europeos que componían el mercado común de los países socialistas dejaban a Cuba expuesta en el campo económico. El gobierno soviético parecía abrumado por todas las dificultades que confrontaba e incapaz de garantizar sus compromisos tradicionales con la Revolución Cubana.
La situación internacional era propicia para que se volviera a considerar seriamente en Washington una agresión militar contra Cuba. Aumentaron la tensión y la expectativa. La invasión y ocupación militar yanqui en Panamá, y dos meses después la derrota del sandinismo en las elecciones generales en Nicaragua.
Todos los medios informativos: la radio, los diarios, la televisión han bombardeado constantemente a la población con su visión del Armagedón en Cuba. Es como si quisieran hacer de trompetas ante las murallas de Jericó. Pero Cuba no es Jericó y sus murallas no son de barro.//
EL ARTÍCULO ORIGINAL CONTINUARÁ — — — — — (Fin de los trabajos de Andrés)
Desconozco quién es la feliz autora o autor de este trabajo, pero para ella o él, mi más profundo agradecimiento. Para todos ellos y ellas, que piden la invasión de Cuba, desde Miami, vendepatrias de siempre, las siguientes palabras:
“Cuando pidas que otro país invada tu país, no lo pidas desde ese otro país, pídelo estando allí, en tu país, para que aprendas a callar los gritos de sus niños, para que sepas consolar el desespero de las madres, para que aprendas refugiar a los ancianos, para que aprendas a brindar tu hombro para que tus hermanos mutilados se apoyen para caminar, pídelo desde allí, desde tu país, para cuando toda esa invasión termine, si aún quedas con vida, busques dentro tu pedacito de tierra bañado en cenizas y humo, plagado de todo, de irreconocibles escombros encontrar una flor, una simple flor, roja, blanca, amarilla, que puedas poner sobre el pecho ya sin vida de tu ser más querido…
Y si no es mucho pedirte, cuando pidas la invasión de tu país a otro país, no lo hagas desde allí, desde ese otro país, desde tus lujos, pídelo estando en tu país, junto a tus hermanos para que sepas como suena, al llegar, un misíl…¿vale?”
JÍ, JÍ, JI…! (I)
Por Andrés Gómez, director AreitodigitalEste artículo fue originalmente publicado en la Revista Areíto en mayo de 1990, en el número 7, de su Segunda Época. [Hace ahora 30 años]. Su subtítulo es: Como los Cambios en lo que fue la Comunidad Socialista Europea han Exacerbado los Ánimos en Miami.
Recientemente hemos sido testigos como en Miami se han exaltado los ánimos de algunos por los eventos que han tenido lugar en Cuba recientemente. Estos disturbios en Cuba es meta de los enemigos del pueblo cubano quienes son los sostenedores de la genocida política de Bloqueo. Bloqueo que impide el desarrollo económico de nuestro país y en estos tiempos tenebrosos de pandemia, acuciada Cuba por la falta de recursos financieros, desemboca esta situación en la carencia de alimentos, medicamentos, materias primas y otros factores esenciales para la vida y la paz en la Isla.
Algunos de nosotros hemos vivido suficiente tiempo en Miami para saber que esta exaltación de ánimos es inherente a una histeria política que es un fenómeno cíclico del ambiente contrarrevolucionario miamense.
Por eso, para ayudar esclarecer que esto es así decidí volver a publicar este interesante artículo.
El ocho de febrero pasado [1990] el gobernador republicano de la Florida, Bob Martínez, quien por cierto aún no ha aprendido a hablar el castellano, nombró por decreto ejecutivo la Comisión por una Cuba Libre. La comisión, la cual está compuesta por 12 miembros, nueve de ellos hinchados y prósperos cubanoamericanos, tiene el propósito de presentar un plan de emergencia al gobernador para aplicarse en este estado una vez se derrumbe la Revolución Cubana. Esta útil comisión está presidida, sorprendentemente, por Jorge Mas Canosa, presidente de la Fundación Nacional Cubanoamericana. El honorable panel estudiará los posibles efectos económicos, sociales y políticos que ese derrumbe ocasionará en la Florida. Otra ingeniosa característica de esta comisión es que continuará existiendo aún después del derrocamiento del gobierno revolucionario cubano.
Coincidiendo con la celebración en los EE.UU. del Día de los Inocentes, el 1 de abril último [1990] quince organizaciones contrarrevolucionarias cubanas se reunieron en Miami para presentar sus planes institucionales a aplicarse en una Cuba pos revolucionaria. Presentes estaban representantes de la Junta Patriótica Cubana, Cuba Independiente y Democrática, Alpha 66, el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), la Fundación Nacional Cubanoamericana, la Brigada 2506, Municipios Cubanos en el Exilio, Movimiento Demócrata Cristiano, Comité Cubano Pro Derechos Humanos, y el Partido Independentista Cubano. Indiscutiblemente, la crema y nata de la Reacción.
La víspera del Día de los Inocentes, el 31 de marzo un grupo de antiguos sindicalistas cubanos se reunieron en Miami con representantes de la AFL-CIO, la federación sindical norteamericana, con el propósito de elaborar un plan para la reorganización del movimiento sindicalista en Cuba, también a aplicarse en una sociedad cubana pos revolucionaria.
Como si esto no fuera poco, una nueva organización política, el Centro de la Democracia Cubana, dirigida por el ocurrente profesor, Enrique Baloyra, se sumó a un montón de intelectuales quienes en 1988 exigieron la realización de un plebiscito contrarrevolucionario en Cuba.
UNA NUEVA COMPARSA
Más que una comparsa, la situación política del Miami cubano durante los últimos meses, se asemeja más a una ópera bufa. Lo bufo caracteriza lo ridículo y lo grotesco, y desgraciadamente es esto lo que ha ejemplificado el ambiente político miamense durante los últimos cinco meses.
Desgraciadamente, porque en esta ciudad viven muchas personas que se preocupan por la suerte que sus familias y amistades puedan correr en Cuba, y porque se desperdicia una oportunidad en cuanto al papel que la emigración pudiera en ayudar a facilitar al desarrollo político y económico del pueblo cubano. Y también en tiempos de tantos cambios y confusión, como el que el mundo entero ha vivido durante los últimos meses, es cruel en engañar a sabiendas sobre lo que ocurre en Cuba. Reavivando las ansias de un regreso triunfalista ilusorio, como la han hecho, por motivaciones personalistas y de lucro, la dirigencia y la prensa contrarrevolucionarias.
La histeria política revanchista es un fenómeno cíclico del ambiente contrarrevolucionario cubano. De hecho, este ambiente se nutre de estos períodos de histeria para sobrellevar el resto del tiempo. Vivir treinta y un años de derrotas no es fácil. Aunque treinta y un años es más fácil de sobrellevar, que lo que será sobrellevar la suma de todos los demás años que se seguirán agregando. Si estos largos años han sido difíciles para la contrarrevolución ¿podrá uno imaginarse lo terrible que será el futuro?
La euforia contrarrevolucionaria de un regreso triunfalista caracterizó el período del exilio de los años 60. Entonces se repetían con bastante frecuencia. No los suscitaban solamente hechos extraordinarios como fueron la invasión norteamericana en abril de 1961 por la península de Zapata, la gran Crisis de Octubre en 1962, el aislamiento de Cuba logrado por los EE.UU. durante esos años, la invasión norteamericana de la República Dominicana en 1965, el fracaso de la Zafra de los Diez Millones en 1970, sino también rumores recurrentes de los éxitos de innumerables atentados contra Fidel y Raúl, y supuestas decisiones de nuevas agresiones militares contra los cubanos por parte de Washington, durante aquellos años de la escalada intervencionista norteamericana en la América Latina y en la Indochina.
Después de la consolidación del proceso revolucionario cubano, y de la derrota norteamericana en Viet Nam en la década de los años 70, no hubo oportunidades de una envergadura mayor para justificar la euforia en Miami. Durante esos años la contrarrevolución se concentró que no lograron nunca la euforia el presentimiento de la inminencia de una debacle revolucionaria en Cuba.
A DESEMPACAR LAS MALETASJI, JI, JI…! (II)
Andrés Gómez, director de Areitodigital
Viene del anterior…. Para ayudar esclarecer que esto es así decidí volver a publicar este interesante artículo. (continuación del I)
Los hechos que ocurrieron en La Habana en relación a la ocupación de la embajada del Perú por miles de cubanos ansiosos de emigrar en abril de 1980, y el éxodo de 125 mil cubanos por el puerto del Mariel en los cuatro meses subsiguientes precipitaron, sobre todo en abril y mayo de ese año, la más aguda percepción de catástrofe revolucionaria que Miami recordara desde octubre de 1962.
En abril de 1980, caravanas contrarrevolucionarias recorrieron innumerables veces las calles de la ciudad celebrando el fin de la Revolución, y el dirigente Auténtico, Manuel Antonio de Varona, émulo de Matusalén, preparó sus maletas para el viaje que lo conduciría a la mítica presidencia de la república burguesa.
Pasaron los días del Mariel, y se desempacaron nuevamente las maletas. Pero la euforia reaccionaria regresó con la presidencia de Ronald Reagan, sobre todo, durante los primeros dos años. El 20 de mayo de 1982 fue el momento de júbilo del espíritu Plattista de la contrarrevolución. Ese día, en Miami, la dirigencia contrarrevolucionaria se vistió de gala para recibir triunfalmente al presidente Reagan, el que iba a arrebatar a Cuba su Revolución. Miles se botaron a las calles a gritarle vivas al nuevo jefe de los Rough Riders llegando en el delirio a visualizarse haciendo lo mismo en las calles de La Habana. Pero la realidad tercamente volvió a imponerse, y después de un tiempo, volvieron a desempacarse las maletas.
LAS EXCELSAS MALETAS
Ocurrieron sucesos importantes entre 1982 y 1985, por ejemplo, la invasión norteamericana de Granada en octubre de 1983, y la salida al aire de Radio Martí en mayo de 1985, pero ni aún estos, tuvieron trascendencia para suscitar la visión de la debacle revolucionaria en Cuba.
Muy diferente ha sido el impacto en esta visión de los extraordinarios acontecimientos en la Europa central y oriental, y en la propia Unión Soviética durante 1989. También los extraordinarios acontecimientos ocurridos en Panamá y Nicaragua desde diciembre pasado [1989] a la fecha.
No sólo contribuía a la histeria generalizada el derrumbe –molto vivace- de los gobiernos de las democracias populares, sino que parecía que la propia Unión Soviética se descosía. Si esto sucediera Cuba entonces quedaría completamente vulnerable.
Los enemigos de la Revolución Cubana se dispusieron a colocarse en posiciones oportunas, bien para contribuir a dar calor a una decisión por parte del gobierno norteamericano de optar por una alternativa militar contra Cuba, o para estar en una buena posición para cuando la debacle revolucionaria ocurriera en la Isla.
Primero entre ellos ha sido un personaje ambicioso y mezquino, quien a la larga resultaría haber sido mediocre: Jorge Mas Canosa. Mas Canosa es de la estirpe de Fulgencio Batista –con toda la ambición y codicia del general; aunque sin la astucia del coronel; ni toda la habilidad del sargento. Este señor, autodesignado presidente (aunque él está en mejor posición de saber los secretos de la Casa Blanca que nosotros) de una república reaccionaria en Cuba, dio a conocer que había preparado sus excelsas maletas para el regreso revanchista.
EL DESVARÍO
La histeria aumentaba semana por semana a final de 1989, Miami hervía en la expectativa de una hecatombe en Cuba. Esta vez había causa para preocuparse por la Revolución Cubana. Los efectos de los cambios en la URSS y los otros países europeos que componían el mercado común de los países socialistas dejaban a Cuba expuesta en el campo económico. El gobierno soviético parecía abrumado por todas las dificultades que confrontaba e incapaz de garantizar sus compromisos tradicionales con la Revolución Cubana.
La situación internacional era propicia para que se volviera a considerar seriamente en Washington una agresión militar contra Cuba. Aumentaron la tensión y la expectativa. La invasión y ocupación militar yanqui en Panamá, y dos meses después la derrota del sandinismo en las elecciones generales en Nicaragua.
Todos los medios informativos: la radio, los diarios, la televisión han bombardeado constantemente a la población con su visión del Armagedón en Cuba. Es como si quisieran hacer de trompetas ante las murallas de Jericó. Pero Cuba no es Jericó y sus murallas no son de barro.//
EL ARTÍCULO ORIGINAL CONTINUARÁ — — — — — (Fin de los trabajos de Andrés)
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