 | Mirada internacional:
Unión Europea (Cobertura sobre una entidad "a la baja") Orestes Martí |
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Riña de gallos a muerte en la Unión Europea
Javier Benítez |
La última cumbre del año de la Unión Europea estuvo marcada por una
guerra intestina que el presidente del Concejo Europeo, Donald Tusk le
declaró al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Dinamitó
la montaña de buenas costumbres de solidaridad del bloque y la avalancha se
llevó por delante a los más poderosos en el primer round.
La Unión Europea se ha convertido en 'El Club de la pelea'. El resquebrajado bloque ha escenificado un cierre de año donde los picotazos de los gallitos pequeños estremecieron y dejaron temblando a los gallos con más cresta del corral. Los han acorralado. Así quedó demostrado en la última cumbre del año del bloque que tuvo lugar en Bruselas los días 14 y 15 de diciembre, en la que también participó el Reino Unido.
Política comunitaria de Defensa y Seguridad Común, y la inmigración, fueron los temas más urgentes que se pusieron sobre la mesa, donde se desnudaron diferencias como cráteres. En esos debates se abrió el suelo debajo de los pies de Bruselas, Berlín, París, y de todos quienes se alinean con ellos. Así, los aportes de las partes de nuevos elementos sobre sus posiciones faltaron sin aviso. A cambio, anunciaron un acuerdo en diferido para la reforma del sistema de asilo en junio de 2018.
Ante el incendio que se preveía incontrolable, el mismo jueves 14 de diciembre el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, firmó una editorial publicada por el diario El País de España, que desde el título fue un brindis al sol, y a la vez un diagnóstico: "Arreglemos el tejado de Europa mientras brilla el sol".
"El pasado mes de marzo, la Unión Europea celebró su sexagésimo aniversario en Roma. Con dicho motivo, pudimos reunirnos y rememorar lo que hemos conseguido gracias a nuestra Unión, pero también nos permitió mirar hacia el futuro y reflexionar sobre la forma en que Europa puede seguir cumpliendo sus promesas para las generaciones venideras. Esta es la lógica que subyace en el Libro Blanco de la Comisión Europea sobre el futuro de Europa así como en el debate que ha suscitado".
Así dice un fragmento del texto que se parece mucho a un tratado de ciencia ficción. Y la clave está donde dice "es la lógica que subyace en el Libro Blanco de la Comisión Europea", porque el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, desató una guerra intestina y directa contra el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
De paso, el combate mortal es contra todo el establishment del bloque, — con Berlín a la cabeza —, sus buenas costumbres y principios de solidaridad, atacando la cuota de refugiados y tomando posición de parte del grupo de Visegrado, integrado por República Checa, Hungría, Eslovaquia y… Polonia.
Y es que dos días antes de la editorial de Juncker publicada en El País, lo que es lo mismo decir dos días antes del comienzo de la cumbre, Donald Tusk envió una carta a los líderes de la UE para preparar o embarrar el terreno de juego de la Cumbre. "La cuestión de las cuotas obligatorias (de refugiados) ha demostrado ser altamente divisiva y el enfoque ha recibido una atención desproporcionada a la luz de su impacto sobre el terreno; en este sentido, ha resultado ser ineficaz" escribió el polaco.
Unas palabras que en el menor de los casos levantó la indignación de las autoridades europeas, cuando no la furia, como en el caso del comisario Dimitris Avramopoulos.
"El documento de Tusk es inaceptable, es antieuropeo y niega e ignora todo el trabajo que hemos hecho los últimos años de forma conjunta. El papel de Tusk es defender la unidad europea y los principios europeos. Este documento que ha enviado lo que hace es socavar uno de los pilares principales, el principio de solidaridad. Europa, sin solidaridad, no puede existir".
Al respecto, el economista José Luis Carretero Miramar, miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión, opina que esto demuestra que "todo lo que son las líneas fundamentales para el futuro de la Unión", está quebrado.
La Unión Europea se ha convertido en 'El Club de la pelea'. El resquebrajado bloque ha escenificado un cierre de año donde los picotazos de los gallitos pequeños estremecieron y dejaron temblando a los gallos con más cresta del corral. Los han acorralado. Así quedó demostrado en la última cumbre del año del bloque que tuvo lugar en Bruselas los días 14 y 15 de diciembre, en la que también participó el Reino Unido.
Política comunitaria de Defensa y Seguridad Común, y la inmigración, fueron los temas más urgentes que se pusieron sobre la mesa, donde se desnudaron diferencias como cráteres. En esos debates se abrió el suelo debajo de los pies de Bruselas, Berlín, París, y de todos quienes se alinean con ellos. Así, los aportes de las partes de nuevos elementos sobre sus posiciones faltaron sin aviso. A cambio, anunciaron un acuerdo en diferido para la reforma del sistema de asilo en junio de 2018.
Ante el incendio que se preveía incontrolable, el mismo jueves 14 de diciembre el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, firmó una editorial publicada por el diario El País de España, que desde el título fue un brindis al sol, y a la vez un diagnóstico: "Arreglemos el tejado de Europa mientras brilla el sol".
"El pasado mes de marzo, la Unión Europea celebró su sexagésimo aniversario en Roma. Con dicho motivo, pudimos reunirnos y rememorar lo que hemos conseguido gracias a nuestra Unión, pero también nos permitió mirar hacia el futuro y reflexionar sobre la forma en que Europa puede seguir cumpliendo sus promesas para las generaciones venideras. Esta es la lógica que subyace en el Libro Blanco de la Comisión Europea sobre el futuro de Europa así como en el debate que ha suscitado".
Así dice un fragmento del texto que se parece mucho a un tratado de ciencia ficción. Y la clave está donde dice "es la lógica que subyace en el Libro Blanco de la Comisión Europea", porque el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, desató una guerra intestina y directa contra el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
De paso, el combate mortal es contra todo el establishment del bloque, — con Berlín a la cabeza —, sus buenas costumbres y principios de solidaridad, atacando la cuota de refugiados y tomando posición de parte del grupo de Visegrado, integrado por República Checa, Hungría, Eslovaquia y… Polonia.
Y es que dos días antes de la editorial de Juncker publicada en El País, lo que es lo mismo decir dos días antes del comienzo de la cumbre, Donald Tusk envió una carta a los líderes de la UE para preparar o embarrar el terreno de juego de la Cumbre. "La cuestión de las cuotas obligatorias (de refugiados) ha demostrado ser altamente divisiva y el enfoque ha recibido una atención desproporcionada a la luz de su impacto sobre el terreno; en este sentido, ha resultado ser ineficaz" escribió el polaco.
Unas palabras que en el menor de los casos levantó la indignación de las autoridades europeas, cuando no la furia, como en el caso del comisario Dimitris Avramopoulos.
"El documento de Tusk es inaceptable, es antieuropeo y niega e ignora todo el trabajo que hemos hecho los últimos años de forma conjunta. El papel de Tusk es defender la unidad europea y los principios europeos. Este documento que ha enviado lo que hace es socavar uno de los pilares principales, el principio de solidaridad. Europa, sin solidaridad, no puede existir".
Al respecto, el economista José Luis Carretero Miramar, miembro del Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión, opina que esto demuestra que "todo lo que son las líneas fundamentales para el futuro de la Unión", está quebrado.
 La
UE propone un nuevo esquema migratorio para reubicar al menos a 50.000
refugiados | |
 ©
AP PHOTO/ MARKUS SCHREIBERTusk recibe fuertes críticas por su propuesta de eliminar las cuotas de refugiados | |
 Además:
Grupo de Visegrado, a favor de defensa de fronteras y en contra cuotas
de refugiados | |
 ©
REUTERS/ FRANCOIS LENOIRComisión Europea rechaza las declaraciones de Tusk sobre la ineficacia de cuotas de refugiados | |
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