Estados Unidos: La nueva doctrina “El Garrote de Monroe” (XIII) Por Orestes Martí
La nueva doctrina que se presenta de manera objetiva ante los latinoamericanos -y no sólo ante ellos, por cierto-,por parte del imperio del norte, no pudiera existir o al menos les sería muy difícil de materializar, sin contar con los “colaboradores necesarios” (que históricamente también han estado presentes en lo que los EE.UU. han definido como su “patio trasero”) y con el retorno a prácticas que ya se creían sobrepasadas por la historia.
Pero ...... la realidad se impone y ahí tenemos los ejemplos palpables de lo que ha venido sucediendo en la zona en los últimos tiempos -principal aunque no únicamente- a partir del golpe de estado a Manuel Zelaya en Honduras. Anteriormente ya hablamos brevemente -más bien enunciamos-, la Golpe en Honduras; no obstante por su indudable importancia, vamos a reproducir lo que recoge la Enciclopedia cubana ECURED bajo el subtítulo
Golpe de Estado. El 27 de junio la directora ejecutiva del Proceso de Encuesta de Opinión, Fedra Tibot, informa que las 15 mil urnas instaladas en el país están listas para la consulta. La tarea se cumplió gracias a la participación voluntaria de unas 45 mil personas. Por disposición presidencial las urnas serán custodiadas por organizaciones populares y la policía y no por el ejército.
El domingo 28 de junio militares fuertemente armados penetran por la fuerza en la residencia del presidente en horas de la madrugada, lo llevan hacia una base militar y de ahí lo trasladan a Costa Rica. Los golpistas desatan una represión feroz contra miles de manifestantes en la capital e instalan en el poder a un gobierno de facto encabezado por el hasta ahora presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti.
Micheletti decretó el toque de queda por 48 horas con posibilidad de ampliación, mientras se sucedían las protestas. Otra de las medidas tomadas fueron la prohibición de trasmisiones de cadenas internacionales dentro de Honduras.También fueron detenidos por fuerzas militares varios periodistas, quienes posteriormente fueron puestos en libertad. También se denuncia que las tropas secuestraron a los embajadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela y la canciller hondureña Patricia Rodas.
El Departamento de Estado y el Congreso de EEUU financiaron y asesoraron a los actores y organizaciones hondureñas que participaron en el golpe. El Pentágono entrenó, capacitó, financió y armó al ejército hondureño que perpetró el golpe y sigue reprimiendo al pueblo de Honduras. El embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, coordinó la expulsión del poder del presidente Manuel Zelaya, junto con el subsecretario de Estado Thomas Shannon y John Negroponte, quien trabaja actualmente como asesor de la Secretaria de Estado Hillary Clinton.
El golpe recibe la repulsa de la comunidad internacional y de organismos como la OEA, la ONU, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, el Sistema de Integración Centroamericana y el Grupo de Río.
El 29 de junio Zelaya anuncia su disposición de regresar a Honduras el 2 de julio, a pesar de que los golpistas amenazan con apresarlo. La presidenta argentina, Cristina Fernández, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, manifiestan su interés en acompañar a Zelaya en su retorno al país.
Se realizan manifestaciones de miles de personas en contra del gobierno de Micheletti. Durante las protestas contra el nuevo gobierno se producen muertos, decenas de heridos, y varias decenas de detenidos en los alrededores de la Casa Presidencial, ante la que protestaban cientos de personas.Uno de los últimos episodios que se advierten en la zona, en lo referente al despliegue del imperio y sus aliados en la misma es el Ecuador. Propongo a los lectores conocer una nueva amenaza denunciada por el expresidente Rafael Correa.
Rafael Correa denuncia “plan Cóndor 2” de vasallos de Washington
El expresidente ecuatoriano Correa considera una "estafa" el abandono de Unasur por su sucesor y alerta de un "plan Cóndor 2" para someter a Iberoamérica.
"De acuerdo con la ley ecuatoriana, para presentarse a elecciones hay que presentar un plan de gobierno firmado por el candidato, oficialmente entregado al consejo nacional electoral y eso es lo que hay que cumplir", señala Rafael Correa en una entrevista publicada este sábado por el portal Nodal.
En el caso del actual presidente de Ecuador, Lenín Moreno, el plan presentado para las presidenciales 2017 "claramente" incluía "apoyar la integración latinoamericana, apoyar la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y apoyar Unasur", recuerda el exmandatario, dos días después de oficializar Moreno la salida de esta última organización.
A juicio del expresidente, esa medida "merecería la revocatoria" del actual mandatario, quien actúa de esta manera por ser "un hombre sin convicciones" deseoso de "darle el gusto" y se "agencioso vasallo de Washington", para lo cual "va a apoyar todo lo que crea que es contra Venezuela", incluido socavar la Unasur.
Correa recuerda que entre 2008 y 2014 o 2015 Unasur trabajó "muy bien" con Gobiernos de distintas tendencias. "Hoy con esta avalancha reaccionaria, con este nuevo 'plan Cóndor dos' ya no se respeta nada, no hay límites ni escrúpulos. Se rompe la democracia, se rompe el orden constitucional, se rompen los derechos humanos", lamenta sin embargo.Ya otras muchas voces habían denunciado el comportamiento ruín y traicionero del "presidente" ecuatoriano. En una artículo publicado en ALAI, el analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la) Eloy Osvaldo Proaño escribió:La puñalada de Lenin Moreno a la integración sudamericanaEl gobierno de Lenin Moreno, uno de los cómplices más activos de las estrategias de Estados Unidos para aniquilar los organismos de integración latinoamericana y caribeña, convirtió a Ecuador en el segundo país que oficializa la decisión de suspender su participación en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Moreno denunció el Tratado Constitutivo de Unasur y así Ecuador se retiró del acuerdo de integración sudamericano, uniéndose al presidente colombiano Iván Duque, que el 27 de agosto de 2018 informó una decisión similar.
Una vez oficializada la separación, la sede de Unasur, que se encuentra en Quito (en la Mitad del Mundo), y cuyo inmueble fue donado por el gobierno ecuatoriano volverá a las manos del Estado, dejando sin edifico al organismo. En julio de 2018, Lenin Moreno anunció sus planes para el edificio, donde espera crear una universidad intercultural. También se retirará la estatua en honor al expresidente argentino Néstor Kirchner, en la entrada del complejo. La escritura de donación del predio data del 15 de diciembre del 2016 y en una de sus cláusulas se estipula la devolución del inmueble cuando Ecuador denuncie el Tratado Constitutivo o abandone el grupo.
“Ecuador dejará de participar en todas las actividades y compromisos del organismo e iniciar los procedimientos internos para la denuncia del tratado”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador, José Valencia, a su contraparte boliviana, Diego Pary, cuyo país está a cargo de la Secretaría Pro Témpore.
El 11 de marzo, cuando se cumplieron ocho años desde que el tratado entró en vigencia, el canciller José Valencia envió un oficio a su par de Bolivia, Diego Pari, quien ejerce la presidencia pro témpore de Unasur, donde le comunicó la decisión de Ecuador de “dejar de participar en todas las actividades y compromisos de Unasur, e iniciar los procedimientos internos para denunciar el Tratado”.
Igual decisión había tomado Colombia el 10 de agosto del año pasado, con el argumento de que ese organismo se había convertido en “una caja de resonancia de Venezuela”.
De esta manera, el gobierno de Lenín Moreno se convierte en el segundo que oficializa su retiro, uniéndose al presidente colombiano Iván Duque, que el 27 de agosto de 2018 informó una decisión similar. Desde abril de 2018, Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú suspendieron su participación, dejando a Venezuela, Bolivia, Guyana, Surinam y Uruguay como miembros activos.
La decisión se realiza seis meses después de que el mismo canciller descartó públicamente que su país abandonaría el organismo durante una rueda de prensa donde, a su vez, anunció el retiro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). Pero, según los analistas, el auxilio financiero solicitado al Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó condicionado al desmantelamiento de la integración regional,
Para el ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, con este acto “firman la sentencia de muerte del organismo”, en momentos que los presidentes de Chile y Colombia, Sebastián Piñera e Iván Duque propusieron la creación de un nuevo bloque denominado Prosur, que hasta ahora no recibió mayores adherentes.
Piñera criticó que el 'exceso' de ideología llevó al 'fracaso' de Unasur y su propuesta alienta a un Prosur que siga los mandatos “¿desideologizados?” de Washington, que ha perdido influencia, incluso en la Organización de Estados Americanos (OEA), obligando a los gobiernos cómplices con sus políticas injerencistas a crear el Grupo de Lima, antesala del proyecto de Prosur.
Las circunstancias políticas operadas en la región no admiten la existencia de un organismo integrista sudamericano en el cual EU no tenga injerencia. Ante la ausencia total de una institucionalidad que permita una mínima coordinación a los gobiernos de derecha implantados en la región ha surgido la iniciativa de sustituir a la Unasur por un nuevo organismo denominado Prosur que no auspiciará ni promoverá la profundización de la integración regional.
Su objetivo, según palabras de los presidentes Iván Duque y Sebastián Piñera: “será un organismo de coordinación suramericana en defensa de la democracia, la separación de poderes y la economía de mercado. Prosur será un foro para el desarrollo de América del Sur, libre de ideologías y sin burocracia”. Duque fue más allá con su propuesta: no solo buscará la defensa de la democracia en la región sino que también buscará “que termine la dictadura de Venezuela y llegue a su final Unasur y para que también se construya un mejor escenario de cooperación con los países de la región”.
De todas formas, el retiro de Ecuador no será inmediato ya que el artículo 24 del Tratado Constitutivo de Unasur, señala que la denuncia surtirá efectos una vez transcurrido el plazo de seis meses desde la fecha en que la notificación haya sido recibida por el Depositario. A su vez, la Constitución ecuatoriana del 2008 señala que las denuncias a tratados internacionales deben pasar obligatoriamente por la Asamblea Nacional, paso que Moreno quiere obviar.
Las condiciones para que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) pueda volver a trabajar por la integración latinoamericana ya no existen: esa fue la explicación que dio Lenin Moreno, en su sorpresivo anuncio. Lo que dinamitó al proyecto fue la falta de acuerdos entre sus integrantes para designar a un nuevo Secretario General, en lugar del expresidente colombiano Ernesto Samper, quien terminó su gestión a principios del 2017.
Moreno, en su mensaje al país, comentó que por “varios medios” diplomáticos se buscó solucionar esta situación, pero no hubo resultados. A su juicio, el problema es que “Unasur se transformó en una plataforma política que destruyó el sueño de integración que nos vendieron”, en medio de una perorata antivenezolana.
“Algunos mandatarios irresponsables se encapricharon por nombrar a sus amigos a esa secretaría, nuevamente replicando los peores vicios del socialismo del XXI. Por eso, en la práctica, las puertas de la organización se han cerrado”, enfatizó el Presidente.
No se puede emitir una opinión sobre el futuro del Prosur. Brasil, pese a tener coincidencias ideológicas con quienes auspician esta reunión, mira con cierta reticencia esta iniciativa, ya que si el objetivo de la propuesta es cambiar un organismo por otro, basados en criterios de orden ideológico, parecería que la propuesta debería ser considerada como menor y errada.
Lo que queda en claro es que la apuesta de Colombia, Chile y Ecuador es destruir a cualquier organismo de cooperación, de coordinación política o integración regional que sea autónomo de los mandatos de Washington.
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