España: lengua y trabalenguas. Por Esopo
Es cierto que la familia de los Esopo es muy antigua, incluso me decían mis antepasados que se perdía en la noche de los tiempos y que en algún momento se fundía en un tronco común con lo que entonces se conocía como “el hechicero de la tribu”; el más famoso de nuestra antiquísima familia -y el único que la historia reconoce, desgraciadamente- fue aquel esclavo cuya figura goza de gran popularidad, pero que se ha visto rodeado de tantas leyendas que a nosotros mismo se nos hace difícil establecer de manera clara, seria y precisa cualquier dato seguro sobre él; claro que el habló de “la lengua” en su famoso discurso y no de los trabalenguas, que parece no se habían inventado aún (digo yo)..
Sin embargo, a través del tiempo, los Esopo hemos estado hablando mier… er… filosofando sobre temas de gran trascendencia incluyendo el adecuado empleo de los trabalenguas, entendiendo como tales a la explicación enciclopédica más conocida y aceptada de que “son oraciones o textos breves, con palabras llamativas al oído en cualquier idioma, creados para que su pronunciación en voz alta sea difícil de decir, con frecuencia son utilizados bien como un género jocoso de la literatura oral o bien como ejercicio para desarrollar una dicción ágil y expedita”.
En mis años infantiles uno de mis más allegados antepasados -un panadero filósofo- me enseñó aquello de “el cielo está engrabalantintangulado, el que lo desengrabalantintangulice, gran desengrabalantintangulador será”.
Ya se hablaba entonces -cuando la transmisión era prácticamente boca-oído-boca, en un bucle o lazo algorítmico interminable tipo "while"(1)- de lo que con posterioridad y gracias al desarrollo tecnológico logré leer en la hoy imprescindible Red de redes: es decir de los BENEFICIOS DE UTILIZAR TRABALENGUAS CON NIÑOS; copio y pego (que es más fácil y es textual)
Los trabalenguas son perfectos para jugar con los niños y lo más importante de todo es que aprenden a la vez que juegan. ¿Por qué? Porque además de aumentar el vocabulario, pueden mejorar la pronunciación. En resumen:
1. Mejor pronunciación. Los trabalenguas permiten un mayor desarrollo en la pronunciación en las palabras. 2. Mejorar memoria. Si un niño no se aprende un trabalenguas, es imposible que consiga decirlo. Por eso, aprenderlo es una obligación y ese proceso fomenta una mejora retención de la información en la memoria. 3. Aprender los fonemas de las palabras. Se ejercita la vocalización sin apenas darse cuenta, ya que el juego es muy divertido. 4. Amplio vocabulario. Con los trabalenguas, los niños conocen más palabras que pueden apuntar a su vocabulario.
Cuando fui un poco mayorcito, es decir un joven Esopo, en mis largas noches de estudios esotéricos y profunda meditación, aprendí ese otro trascendental trabalenguas que reza: “Pancha plancha con cuatro planchas ¿con cuantas planchas Pancha plancha?”
Ahora ya soy un viejo Esopo y de familia pronunciada por cierto; ahora vivo en una “democracia” un poco mas ¿moderna? que aquella en la que le tocó vivir al más famoso de la familia… incluso tengo derecho al voto, cosa que no podían hacer todos los de aquella democracia griega. Y -mire usted por dónde- precisamente en esta época luminosa de democracia burguesa me acaban de enseñar un nuevo trabalenguas que quedará inscrito en los anales de la historia: “En las elecciones, elegimos, elegibles legisladores, pero si los elegibles legisladores elegidos en las elecciones no se ponen de acuerdo para legislar; entonces ¿Para qué elegimos elegibles legisladores?”
Bueno, los dejo para seguir en mis profundas reflexiones pues mucho me temo que este último trabalenguas no podrá ser utilizado adecuadamente con fines lúdicos y mucho menos con niños y porque un amigo me ha dicho que antes de que los legisladores elegidos en las lecciones se pongan de acuerdo para legislar primero tendrán que ponerse de acuerdo para formar Gobierno o de lo contrario habrá que elegir de nuevo y ….y ….. creo que otra vez estoy cayendo en un lazo algorítmico, pero "do while"…
NOTAS: (1) una secuencia que ejecuta repetidas veces un trozo de código, hasta que la condición asignada a dicho bucle deja de cumplirse. Los tres bucles más utilizados en programación son el bucle while, el bucle for y el bucle do-while. (2) El bucle repetir comprueba la condición de finalización al final del cuerpo del bucle, y si ésta es cierta continua con el resto del programa, a veces esto resulta más adecuado.
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