América Latina: la confrontación. Bolivia
Por Orestes Martí
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Las protestas y bloqueos de los últimos días en varios departamentos de Bolivia son parte de un plan opositor para erosionar al gobierno del presidenteEvo Morales, denunció hoy el sociólogo Juan Carlos Pinto.
‘Yo creo que lo que estamos viviendo no es circunstancial, no es que se les ha ocurrido el decir fraude, era siempre una de las jugadas (…), cómo horadamos a un gobierno que tiene tantas cualidades ante el mundo y ante la población’, afirmó Pinto en el espacio Polémica, del canal estatal Bolivia TV.
Editor de la revista de análisis geopolítico La Migraña y exdirector del Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático, el politólogo recordó que el referendo del 21 de febrero de 2016 sobre una modificación de la Constitución Política del Estado dio un impulso a los opositores.
Añadió que a partir de ese momento, la oposición comenzó a generar estrategias con vistas a las elecciones generales del 20 de octubre del año en curso con el objetivo de desestabilizar a un gobierno que en 14 años de gestión se ha caracterizado por la estabilidad económica, política y el consenso social.
Bloqueos de vías y protestas que incluyeron actos vandálicos, incendios de instalaciones públicas y agresiones con un matiz racista comenzaron desde el 21 de octubre, después que el candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, denunció un supuesto fraude electoral, hasta ahora no demostrado, e instó a la población a tomar las calles.
Estas acciones desembocaron en la muerte de dos personas por disparos de armas de fuego en el departamento de Santa Cruz durante un ataque de la Unión Juvenil Cruceñista contra la localidad de Montero.
Pinto mencionó como un segundo carril de la oposición las declaraciones de paro emitidas por los denominados comités cívicos contrarios al proceso de cambio que lidera Morales, los cuales establecieron una alianza que hoy ‘tiende a quebrarse’ por disconformidades.
Lamentó el sociólogo que muchos jóvenes respalden estos planes con movilizaciones, carentes de una información clara sobre lo que sucede en el país, y que incluso participen en la aventura de golpear y agredir a la población.
Observó el académico, asimismo, que en Bolivia persiste en algunos sectores un sentimiento de racismo y discriminación, pese a la vigencia de la Ley 045 contra este flagelo, la cual según expresó ‘tapó bocas, pero no pensamientos’. Pinto opinó que los jóvenes que protestan están cansados de ver la imagen de un indígena como representante de este país suramericano, y les parece más adecuado ‘un barboncito e intelectual que los represente, porque esta idea de racismo sigue en el tapete histórico’.
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Por otra parte, Página 12 reportaba desde la República Argentina, que Renunció el encargado de auditar la votación en Bolivia.
Renunció Arturo Espinosa, jefe de la misión enviada a Bolivia por la Organización de Estados Americanos (OEA) para auditar el escrutinio electoral. Espinosa había publicado un artículo de opinión sobre las elecciones en Bolivia donde criticó a Evo Morales. “He decidido retirarme de la auditoría para no comprometer su imparcialidad. Debí informar a la OEA sobre las manifestaciones públicas previas acerca del proceso electoral de Bolivia”, escribió Espinosa en su cuenta de Twitter. El jefe de la misión había llegado este jueves a La Paz junto a los primeros técnicos enviados por la OEA para determinar la legalidad del escrutinio. Su renuncia se dio poco después de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) diera el cómputo final de las elecciones del 20 de octubre. Allí ratificó la reelección de Morales, con el 47,08 por ciento de los votos, seguido por el ex presidente Carlos Mesa, con 36,51 por ciento. De acuerdo a la ley, por la diferencia de más de 10 puntos sobre Mesa, Morales ganó en primera vuelta las elecciones.
Hoy, Morales ha rememorado los engaños al pueblo por parte de las transnacionales.Prensa Latina lo ha informado de esta forma:
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, recordó cómo las transnacionales en el país engañaban al pueblo en complicidad con los gobiernos neoliberales.
‘Como hoy, 2006, se informó que según una auditoría, además de cobrar tarifas excesivas, Aguas del Illimani incumplía su contrato y no realizaba inversiones’, ejemplificó el mandatario en su cuenta en Twitter.
Mediante la red social, Morales reflexionó que ‘las transnacionales engañaban al pueblo en complicidad con los gobiernos neoliberales. Ahora el agua es un derecho humano’, destacó, e incluyó un reporte del periódico La Prensa de la época.
En primera página el medio titula Auditoría revela que AISA (Aguas de Illimani S.A., subsidiaria de la empresa francesa SUEZ, antes Lyonnaise des Eaux) no cumplió metas e invirtió poco, lo cual, entre otras, condujo a levantamientos populares contra la privatización del agua.
La primera de estas protestas aconteció en Cochabamba en abril de 2000 y la segunda en El Alto, en enero de 2005 aún con el gobierno del candidato opositor en las elecciones del pasado 20 de octubre por Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, que llevó a la terminación de las dos concesiones.
La respuesta con la constitución de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), sin embargo, fue criticada por interrupciones de abastecimiento, errores de facturación, subidas de tarifas y falta de preparación para situaciones de desastre o emergencia.
El 15 de febrero de 2008, dos años después de la victoria del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Evo Morales, el presidente manifestó que ‘el agua no puede ser un negocio privado porque (si se convierte en una mercancía) se estaría violando los derechos humanos. El recurso agua debe ser un servicio público’, enfatizó.
El nuevo jefe de Estado creó un Ministerio de Agua y nombró como primer ministro de agua a un líder de las protestas en El Alto contra Aguas de Illimani, además como Vice-Ministro de Servicios Básicos a Luis Sánchez-Gómez Cuquerella, un activista de la lucha contra la privatización en Cochabamba. |
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