domingo, 24 de noviembre de 2019

Pánico inducido Por Orestes Martí


Pánico inducido
Por Orestes Martí
Pedro Santana Rodríguez, director de la Revista Sur de Colombia recientemente escribió el artículo “El paro del 21 de noviembre y la disputa por la legitimidad de la protesta”, que fuera publicado por el sitio de “ALAI”.
Entre otras cosas, decía Santana “Convocado por las centrales sindicales, las organizaciones campesinas, indígenas, afrocolombianas, las organizaciones estudiantiles y de pensionados entre otras y con el respaldo de artistas, columnistas de opinión y muy diversos sectores de la sociedad civil, llegamos a la fecha en medio de una disputa por la legitimidad de la protesta que indudablemente se encuentra amparada en la constitución política de Colombia que en su artículo 37 la consagra. La protesta es un derecho constitucional que debe ser reconocido y garantizado por el Estado. No obstante en Colombia este derecho encuentra serias limitaciones por parte del poder que como en este caso busca por todos los medios deslegitimarla”.
“Desde su convocatoria realizada el pasado 2 de octubre ante los anuncios del gobierno de presentar por lo menos dos proyectos: uno en materia de pensiones con el propósito de establecer en Colombia un sistema único de ahorro individual y marchitar el sistema de prima media basado en la solidaridad intergeneracional, y por otro lado un proyecto de reforma laboral regresivo estableciendo el contrato por horas, o por días, cotización a salud y pensiones también por días, salario del 75% del salario mínimo para jóvenes menores de 28 años, mujeres mayores de 57 años y hombre mayores de 62 años. El mismo día del anuncio del paro de 24 horas dado a conocer por el Comando Unitario, el expresidente y ahora senador Álvaro Uribe Vélez, radicaba en el senado de la República el proyecto de ley que contempla estas reformas en materia laboral.
“Desde entonces el gobierno asumió la estrategia de deslegitimar la protesta aduciendo que no ha presentado ni tiene proyectos definidos en estas materias; con el correr de los días señaló que cualquier proyecto en estas materias debería ser concertado en la Comisión de Concertación, organismo consagrado también en la Constitución en donde toman asiento las centrales sindicales, los gremios empresariales y el Gobierno, el propio Duque concurrió a una de las reuniones de la Comisión para afirmar al final de la misma que es allí donde se discutirán los proyectos. La realidad es que con el anuncio del Paro y de las marchas el gobierno echó atrás en su estrategia, temeroso de que en Colombia se pueda presentar una movilización social como las que se presentan actualmente en el Ecuador y en Chile. Así que el paro anunciado logró por lo menos que el Gobierno en cabeza del presidente se echara atrás en el propósito de precarizar aún más las condiciones laborales de los trabajadores y las pensiones de miseria que pagan los fondos privados de pensiones basados exclusivamente en el ahorro individual, triunfo parcial que dependerá en el futuro de la fortaleza de la movilización que al momento de escribir estas notas comienza a desarrollarse en el país y que seguramente por los sectores que se han sumado será multitudinaria en muchas regiones de Colombia.
“En esa disputa por la legitimidad de la protesta el gobierno y el partido que ejerce hegemónicamente el gobierno, el Centro Democrático, han movido dos argumentos para tratar de deslegitimar la protesta. El primero argumentar que la protesta corresponde a una estrategia de desestabilización del Gobierno de Duque promovida desde el Foro de Sao Paulo que como todos sabemos es un Foro de debate y discusión creado por partidos de la izquierda sin estructuras ni capacidad para actuar de común acuerdo en la región, es un foro de discusión, sin mayor capacidad operativa en los distintos países, no obstante el Centro Democrático quiere presentar a este Foro como el instigador y organizador de la protesta de este 21 de noviembre negando de paso la capacidad y la legitimidad de los movimientos sociales colombianos para convocar y realizar una protesta que tiene origen en las pretensiones del Gobierno de Duque de profundizar en medidas del modelo neoliberal aconsejadas además por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y la OCDE que lo han hecho de manera pública en sus “recomendaciones” recientes al gobierno.
El segundo argumento es el de mover el miedo a los actos de violencia que podrían presentarse en el desarrollo de las marchas, se señala que la protesta está infiltrada y derivará en actos vandálicos. En las redes sociales circulan videos de encapuchados que amenazan con la destrucción de bienes públicos como estaciones del metro en Medellín o estaciones de transmilenio en Bogotá. Se busca entonces generar miedo para inhibir a la gente a salir a la protesta. El día previo, este miércoles, fueron allanadas y detenidas una veintena de locales y personas que tuvieron que ser dejadas en libertad por los jueces pues no encontraron las armas y los artefactos que según las autoridades de policía que las practicaron se encontraban en esos lugares. Todo ello se adobó por parte del Gobierno con un decreto presidencial de orden público que faculta a los alcaldes para imponer restricciones a la movilización ante posibles perturbaciones del orden público. Todo ello encaminado de manera antidemocrática a desestimular la protesta ciudadana”…...

Pues parece ser que este “segundo argumento” ha sido puesto en práctica, a juzgar por lo que ha denunciado desde Colombia la ex senadora Piedad Córdoba y publicado la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina
Pánico inducido, denuncian en Colombia
“Bogotá, 23 nov (Prensa Latina) Varias voces denuncian hoy en Colombia lo que consideran pánico inducido, como una estrategia para deslegitimar la protesta pacífica contra políticas del gobierno del presidente Iván Duque.
“Ustedes creen que con 20 mil policías que hay en Bogotá más quién sabe cuántos soldados, ¿y no cogieron a ninguno de los ‘vándalos’ que se ‘estaban metiendo’ a los conjuntos (residenciales)? ¿Ni uno? ¡No nos crean tan pendejos! Esto fue #PanicoInducido, expresó a través de Twitter la exsenadora Piedad Córdoba.
“Los mandaban a entrar a los conjuntos, patear puertas, romper vidrios y se iban. Luego la gente atemorizada compartía los videos en su WhatsApp y se viralizaban. ¡Miles de familias aterradas pasaron la noche en vela! ¡#PanicoInducido es un delito!, enfatizó.
“Cronología del pánico inducido: 1) Gobierno ‘prende alarmas’ antes de la marcha pacífica y anuncia exageradas medidas (cierre de fronteras; acuartelamientos; toque de queda; militarizaciones; 2) Posterior a exitosa marcha pacífica desatan vandalismo simultáneo, organizado y planeado, manifestó por su parte Roy Barreras, de la Comisión de Paz del Senado.
“Barreras señaló que el partido de gobierno, Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe, culpa a la movilización social pacífica ‘del caos’, y que sus voceros invitan a los ciudadanos a la autodefensa ‘en unidades residenciales’, empiezan a justificar una ‘conmoción interior’ y proponen armas de fuego ‘para todos’.
“Señores del partido Centro Democrático no se equivoquen. No van a lograr que el país ‘clame por el regreso de Uribe’ recreando fantasmas ni asustando a la gente maximizando o inventando enemigos. El país marchó (en el paro nacional del 21 de noviembre último) con los ojos abiertos hacia el futuro no hacia el pasado, remarcó.
“Por su parte, el senador Iván Cepeda expresó que hay múltiples evidencias de que sujetos que promueven acciones vandálicas y violentas están actuando con respaldo de miembros de la Policía. Estas situaciones se deben investigar y esclarecer con urgencia, apuntó.
“Pido a la ciudadanía me envíe toda información que pueda dilucidar la naturaleza de los ataques vandálicos: simultaneidad, origen y composición de los grupos de atacantes, eventuales vínculos con miembros de la Fuerza Pública, focalización en ciertos conjuntos residenciales, precisó.
“Al respecto, Duque rechazó hoy las afirmaciones ‘que están tratando de insinuar que es la Fuerza Pública la que promueve el vandalismo’.
“Medios locales de prensa reportaron la víspera alteraciones del orden público, saqueos y hechos vandálicos en algunos puntos del país, sobre todo en la capital colombiana.
“Tales hechos tuvieron lugar después de que cientos de miles de colombianos se volcaran a las calles el 21 de noviembre como parte de un paro nacional en rechazo a políticas del gobierno, contra la violencia y por la vida.
“Si bien en su mayoría las protestas transcurrieron de manera pacíficas, en varios lugares se registraron disturbios y represión policial.
“Los organizadores del paro resaltaron el espíritu pacífico de esas movilizaciones al tiempo que rechazaron las acciones violentas que siguieron a las marchas.
“Adicionalmente, la ciudadanía completó dos noches consecutivas manifestándose pacíficamente a través de cacerolazos al tiempo que en las redes sociales digitales los usuarios se unen al llamado de continuar acciones de protestas, pero sin violencia.
“Este jueves en algunos puntos de Bogotá, las personas se reúnen para la tercera jornada de cacerolazos.
Colombia 21N por la Asamblea Constituyente de la paz
Horacio Duque
La base de la actual crisis que sacude al Estado, el gobierno y la sociedad nacional es el quiebre de las instituciones publicas y de su funcionamiento como herramientas de la gobernanza y gobernabilidad.
En ese sentido, es la paz el punto de referencia que condiciona el resto de variables del sistema social. Cuando se inició la Mesa de negociaciones en La Habana, y desde 2016 con la construcción de la paz, el impacto ha sido mayúsculo. Cuando se intenta destruir este proceso por fuerzas reaccionarias y de ultraderecha el efecto francamente es cataclísmico y demoledor, si examinamos con detenimiento la sin salida en que esta Colombia con el incapaz gobierno de Iván Duque que ha sido desbordado totalmente por los acontecimientos recientes.
Colombia El Paro Nacional ya derrotó a Duque pero… ¿tocará al Régimen?
Fernando Dorado
Sin haberse realizado, el paro nacional ya derrotó a Duque. Con la sola sombra de la movilización social, el gobierno se echó atrás y negó que fuera a presentar la reforma laboral y de las pensiones o que estuviera pensando en reducir el salario mínimo.
El ministro de Hacienda fue el gran sacrificado, quedó como el malo de la película y Duque temblando de miedo dijo: “Yo no fui”. “¿De qué me hablas, viejo?”, es su frase predilecta.
La marcha en Colombia: Los argumentos contra ella la justifican
Juan Alberto Sánchez Marín
A ningún gobierno en ninguna parte le agrada que se lleven a cabo marchas en su contra, sobre todo, cuando se trata de la expresión de un descontento social generalizado hacia él y sus medidas. Menos aún, si se trata de una convocatoria amplia, de carácter nacional, en donde confluyen sectores diversos e incluso encontrados, que se agrupan para expresar la molestia, precisamente, contra las políticas que son la bandera gubernamental. Por eso no le complace mucho la marcha de hoy al presidente colombiano Iván Duque.
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