Desarrollo y cooperación TPP Orestes Martí |
TPP-11, historia de desencuentros ¿con final
feliz?
Por Fausto Triana tgj/ft |
Santiago de Chile, 7 mar (PL) El Acuerdo
Progresivo y Global de Asociación Transpacífica (CPTPP por sus siglas en inglés)
será rubricado en breve en esta capital, en medio de opiniones encontradas.
El también llamado TPP-11 tiene no pocos detractores dentro de la sociedad civil, pero los expertos y gobiernos de los 11 países firmantes coinciden en que en realidad es uno de los pactos más audaces y beneficiosos alcanzados en el mundo.
Será de cualquier forma una suerte de bofetada sin manos a Estados Unidos y en particular a su presidente, Donald Trump, quien apenas asumir la Casa Blanca en 2017 rechazó la permanencia de su país en el entonces Acuerdo de Cooperación Transpacífico.
Trump hizo el anuncio en enero del pasado año, lo mismo que su salida del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, pero sin dudas no calculó que los 11 restantes miembros del tratado buscarían seguir adelante sin Washington.
Los primeros cabildeos del TPP ocurrieron en 2002, pero cobró cuerpo 10 años más tarde cuando la administración de Barack Obama asumió el liderazgo y se sumaron al grupo Canadá y México.
La idea original era en verdad, quitarle protagonismo a China como coloso del comercio mundial. Sin embargo, con los nuevos vientos hasta Beijing ha tomado parte eventualmente en algunos encuentros y quiere hasta colaborar con el TPP.
Este jueves la ceremonia de firma del arreglo del cual son parte además Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam, Perú, Chile y Brunei será hasta cierto punto un premio a la tenacidad.
Chile, que no se rindió y en marzo de 2017 promovió una cita apremiante en Viña del Mar, y Japón, uno de los colosos de la economía del orbe, que cerró filas para no dejar fenecer al pacto, rebautizado como TPP-11.
Atractivos como el e-commerce (comercio electrónico), la propiedad intelectual e industrial, el internet de las cosas, la corrupción, y la preservación de los patrones culturales y laborales destacan en el convenio.
En conjunto, los 11 del CPTPP representan el 13,5 por ciento del PIB mundial, unos 10 billones de dólares con 480 millones de habitantes.
Según el canciller chileno, Heraldo Muñoz, es 'el acuerdo de libre comercio más importante, grande, de altos estándares que se haya firmado a nivel mundial (...) puede dar una señal cuando hay países que quieren cerrar fronteras e imponer medidas proteccionistas'.
El CPTPP mantiene las regulaciones originales pero excluye disposiciones de resguardo de la propiedad intelectual impuestas por Estados Unidos y que habían generado un fuerte rechazo en la sociedad civil.
Dentro de alrededor de 60 días, después que lo ratifiquen seis de sus 11 miembros, entrará en vigencia con lo cual la dinámica de Chile, México y Perú tendrá notables beneficios.
El también llamado TPP-11 tiene no pocos detractores dentro de la sociedad civil, pero los expertos y gobiernos de los 11 países firmantes coinciden en que en realidad es uno de los pactos más audaces y beneficiosos alcanzados en el mundo.
Será de cualquier forma una suerte de bofetada sin manos a Estados Unidos y en particular a su presidente, Donald Trump, quien apenas asumir la Casa Blanca en 2017 rechazó la permanencia de su país en el entonces Acuerdo de Cooperación Transpacífico.
Trump hizo el anuncio en enero del pasado año, lo mismo que su salida del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, pero sin dudas no calculó que los 11 restantes miembros del tratado buscarían seguir adelante sin Washington.
Los primeros cabildeos del TPP ocurrieron en 2002, pero cobró cuerpo 10 años más tarde cuando la administración de Barack Obama asumió el liderazgo y se sumaron al grupo Canadá y México.
La idea original era en verdad, quitarle protagonismo a China como coloso del comercio mundial. Sin embargo, con los nuevos vientos hasta Beijing ha tomado parte eventualmente en algunos encuentros y quiere hasta colaborar con el TPP.
Este jueves la ceremonia de firma del arreglo del cual son parte además Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Vietnam, Perú, Chile y Brunei será hasta cierto punto un premio a la tenacidad.
Chile, que no se rindió y en marzo de 2017 promovió una cita apremiante en Viña del Mar, y Japón, uno de los colosos de la economía del orbe, que cerró filas para no dejar fenecer al pacto, rebautizado como TPP-11.
Atractivos como el e-commerce (comercio electrónico), la propiedad intelectual e industrial, el internet de las cosas, la corrupción, y la preservación de los patrones culturales y laborales destacan en el convenio.
En conjunto, los 11 del CPTPP representan el 13,5 por ciento del PIB mundial, unos 10 billones de dólares con 480 millones de habitantes.
Según el canciller chileno, Heraldo Muñoz, es 'el acuerdo de libre comercio más importante, grande, de altos estándares que se haya firmado a nivel mundial (...) puede dar una señal cuando hay países que quieren cerrar fronteras e imponer medidas proteccionistas'.
El CPTPP mantiene las regulaciones originales pero excluye disposiciones de resguardo de la propiedad intelectual impuestas por Estados Unidos y que habían generado un fuerte rechazo en la sociedad civil.
Dentro de alrededor de 60 días, después que lo ratifiquen seis de sus 11 miembros, entrará en vigencia con lo cual la dinámica de Chile, México y Perú tendrá notables beneficios.
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