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Rusia: Putin y la paz caliente
Por Antonio Rondón Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Rusia. |
Moscú (PL) El presidente Vladimir Putin mostró una Rusia dispuesta a dar el salto tecnológico para superar su atraso y con la defensa garantizada, ante quienes prefieren vivir en una paz caliente en sustitución de la guerra fría.
Nosotros estamos ante un momento trascendental, en un cambio de nuestra civilización y debemos tomar decisiones cruciales, consideró Putin al pronunciar su discurso anual ante la Asamblea Federal rusa el 1 de marzo.
La prioridad de nuestro país es garantizar la prosperidad y mejores condiciones de vida para el ciudadano ruso, aclaró el jefe de Estado, quien explicó cómo se debía lograr ese objetivo.
Putin defiende la tesis de que es necesario tomar el pulso de las transformaciones en el orbe, sobre todo las tendencias económicas, con un galopante avance tecnológico que amenaza con dejar en el mayor atraso a quien sea incapaz de seguir esa corriente.
'Quien utilice y saque provecho de esa ola de desarrollo tecnológico será impulsado hacia adelante, pero quien sea incapaz de hacerlo, quedará ahogado por esa propia ola', consideró.
La vía para responder a ese reto será un asunto decisivo para Rusia, declaró el mandatario, quien estimó que en los últimos años se logró la unidad nacional y la estabilidad en casi todos los aspectos de la vida.
Pero la estabilidad es solo la base, pero no precisamente la garantía de un desarrollo ulterior. De ninguna forma podemos conformarnos con lo alcanzado, en especial, cuando muchos problemas no están resueltos.
El atraso se convierte en uno de nuestros principales enemigos y nuestra principal amenaza, pues es una enfermedad que roe desde dentro la sociedad, reduce posibilidades económicas y finalmente lleva a la pérdida de la soberanía, alertó.
LAS TAREAS
Putin considera que entre los aspectos clave para garantizar la preservación del ciudadano ruso y su prosperidad está la eliminación de la pobreza. En 2000 llegaba al 40 por ciento de la población y en 2013 se redujo a 10.
Sin embargo, la crisis de 2015-2016 elevó nuevamente la cifra de personas en el límite de pobreza hasta llegar a 20 millones. Ese monto es inaceptable y por eso será necesario reducir en dos veces el ejército de pobres en esta nación y aumentar los ingresos reales, comentó.
Debemos y tenemos potencial para quedar entre las primeras cinco economías del mundo a mediados de la próxima década, para ello será necesario aumentar en 1,5 veces el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de los rusos.
Al finalizar la venidera década, Rusia debe integrar el club de los países con una esperanza de vida de 80 y más años. En 2000, apenas llegábamos a 65 años (los hombres a 60) y en 2017 logramos ascender a 73 años, pero todavía nos falta, explicó.
Propuso Putin un programa integral para el desarrollo de ciudades y poblados, y para ello encomendó duplicar los gastos en seis años, con el objetivo, entre otros, de formar una sólida clase media, explicó.
El mandatario estimó que, para mejorar la prosperidad de los ciudadanos rusos, con el incremento de la oferta del fondo habitacional, es necesario llegar a la construcción anual de cinco millones de metros cuadrados, por encima de los tres millones de 2017.
Para ello, el estado duplicará los desembolsos en la construcción y mantenimiento de carreteras. Serían unos 11 billones de rublos (alrededor de 194 mil 140 millones de dólares) en seis años, por encima de los 6,4 billones (112 mil 954 millones de dólares) del periodo 2012-2017, subrayó.
En seis años la tarea consistirá en duplicar las exportaciones sin relación con la materia prima para llegar a un monto equivalente a 250 mil millones de dólares.
PARIDAD ESTRATÉGICA
Putin dio a conocer la respuesta rusa a los desafíos lanzados durante los últimos 15 años a Rusia, tras la salida de Estados Unidos del Tratado de Defensa Antimisil (DAM).
Cuando en el año 2000 conocimos de las intenciones de Estados Unidos de abandonar el DAM hicimos todo tipo de llamados a conservar esa piedra angular para la estabilidad estratégica mundial, firmada en 1972, recordó el jefe de Estado ruso. Pero en 2002, la Casa Blanca anunció su salida unilateral de un acuerdo que limitaba la defensa antimisil a Moscú, por la parte rusa, y a la base de cohetes balísticos Grand Force, por la norteamericana.
Nosotros estamos ante un momento trascendental, en un cambio de nuestra civilización y debemos tomar decisiones cruciales, consideró Putin al pronunciar su discurso anual ante la Asamblea Federal rusa el 1 de marzo.
La prioridad de nuestro país es garantizar la prosperidad y mejores condiciones de vida para el ciudadano ruso, aclaró el jefe de Estado, quien explicó cómo se debía lograr ese objetivo.
Putin defiende la tesis de que es necesario tomar el pulso de las transformaciones en el orbe, sobre todo las tendencias económicas, con un galopante avance tecnológico que amenaza con dejar en el mayor atraso a quien sea incapaz de seguir esa corriente.
'Quien utilice y saque provecho de esa ola de desarrollo tecnológico será impulsado hacia adelante, pero quien sea incapaz de hacerlo, quedará ahogado por esa propia ola', consideró.
La vía para responder a ese reto será un asunto decisivo para Rusia, declaró el mandatario, quien estimó que en los últimos años se logró la unidad nacional y la estabilidad en casi todos los aspectos de la vida.
Pero la estabilidad es solo la base, pero no precisamente la garantía de un desarrollo ulterior. De ninguna forma podemos conformarnos con lo alcanzado, en especial, cuando muchos problemas no están resueltos.
El atraso se convierte en uno de nuestros principales enemigos y nuestra principal amenaza, pues es una enfermedad que roe desde dentro la sociedad, reduce posibilidades económicas y finalmente lleva a la pérdida de la soberanía, alertó.
LAS TAREAS
Putin considera que entre los aspectos clave para garantizar la preservación del ciudadano ruso y su prosperidad está la eliminación de la pobreza. En 2000 llegaba al 40 por ciento de la población y en 2013 se redujo a 10.
Sin embargo, la crisis de 2015-2016 elevó nuevamente la cifra de personas en el límite de pobreza hasta llegar a 20 millones. Ese monto es inaceptable y por eso será necesario reducir en dos veces el ejército de pobres en esta nación y aumentar los ingresos reales, comentó.
Debemos y tenemos potencial para quedar entre las primeras cinco economías del mundo a mediados de la próxima década, para ello será necesario aumentar en 1,5 veces el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de los rusos.
Al finalizar la venidera década, Rusia debe integrar el club de los países con una esperanza de vida de 80 y más años. En 2000, apenas llegábamos a 65 años (los hombres a 60) y en 2017 logramos ascender a 73 años, pero todavía nos falta, explicó.
Propuso Putin un programa integral para el desarrollo de ciudades y poblados, y para ello encomendó duplicar los gastos en seis años, con el objetivo, entre otros, de formar una sólida clase media, explicó.
El mandatario estimó que, para mejorar la prosperidad de los ciudadanos rusos, con el incremento de la oferta del fondo habitacional, es necesario llegar a la construcción anual de cinco millones de metros cuadrados, por encima de los tres millones de 2017.
Para ello, el estado duplicará los desembolsos en la construcción y mantenimiento de carreteras. Serían unos 11 billones de rublos (alrededor de 194 mil 140 millones de dólares) en seis años, por encima de los 6,4 billones (112 mil 954 millones de dólares) del periodo 2012-2017, subrayó.
En seis años la tarea consistirá en duplicar las exportaciones sin relación con la materia prima para llegar a un monto equivalente a 250 mil millones de dólares.
PARIDAD ESTRATÉGICA
Putin dio a conocer la respuesta rusa a los desafíos lanzados durante los últimos 15 años a Rusia, tras la salida de Estados Unidos del Tratado de Defensa Antimisil (DAM).
Cuando en el año 2000 conocimos de las intenciones de Estados Unidos de abandonar el DAM hicimos todo tipo de llamados a conservar esa piedra angular para la estabilidad estratégica mundial, firmada en 1972, recordó el jefe de Estado ruso. Pero en 2002, la Casa Blanca anunció su salida unilateral de un acuerdo que limitaba la defensa antimisil a Moscú, por la parte rusa, y a la base de cohetes balísticos Grand Force, por la norteamericana.
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