Pueblos: Dos cosas muy feas: Almagro y la OEA
Por Orestes Martí.
Las Palmas de Gran Canaria 2020-11-06
Creemos que a nuestros amables lectores no hay que aportarles
mucha información sobre la Organización de Estados Americanos, más
conocida -y bastante repudiada por los pueblos- por sus siglas en español
-aunque quizás debería ser en inglés-: “O.E.A”.
De la “fealdad” y las “hazañas” históricas de la OEA, se encargó de informar
-entre otras muchas publicaciones- la Enciclopedia ECURED y de cantarle, el
trovador popular Carlos Puebla en “La O E A es cosa de risa”
De la de Almagro -especialmente sobre su accionar al frente de la fea-, no nos
alcanzaría este blog para enumerar su errático accionar; así que sólo vamos a
informar sobre su último fiasco: el de Bolivia; no sin antes informarles -a modo
de breve introducción- el material publicado por la Plataforma TeleSUR titulado
“¿Por qué exigen la renuncia de Luis Almagro de la OEA?”
A continuación, de opiniones del ex presidente boliviano Evo Morales:
La “demoledora” intervención del representante de México en la Organización
Y la siempre interesante “visión” de la joven Comunicadora rusa Inna Afinogenova,
en dos imperdibles vídeos.
Hoy día 6 de noviembre de 2020, la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa
Latina con un despacho desde Washington y titulado “Almagro después de la OEA”.
nos trae la información siguiente:
Renuncie o no a la secretaría general de la Organización de Estados Americanos
(OEA), el uruguayo Luis Almagro, de 57 años de edad, ya está pensando dónde
vivir si deja el cargo.
Ya sea porque culmine su mandato en 2024 o precipitadamente, de inmediato, como
exige un creciente reclamo de muchos países y personalidades en América Latina y
el Caribe.
El tema surgió tras la contundente victoria en primera vuelta del Movimiento al
Socialismo (MAS) en las elecciones generales de Bolivia, tal como ocurrió el año
pasado cuando la OEA cuestionó los resultados hasta provocar un Golpe de Estado
que instaló como presidente de facto a Jeanine Añez.
El odio de Almagro hacia el entonces presidente Evo Morales -y todo lo que su
gestión gubernamental de 14 años significó para millones de bolivianos- quedó
revelado, por segunda vez en un año, en comicios vigilados por cientos de
observadores, incluido un equipo de la OEA.
El titular del organismo regional no tuvo mejor idea que colocarse entre los
primeros en reconocer la victoria ‘masista’, representada por la fórmula de
Luis
Arce y David Choquehuanca.
Numerosas voces de la región reaccionaron de inmediato, tanto para felicitar a
líderes y seguidores del MAS como para recordar la positiva obra de
Evo Morales,
pero también para demandar la urgente renuncia de Almagro acusándolo de tener
las manos manchadas de sangre.
En términos similares se pronunciaron, entre otros, dirigentes políticos
bolivianos, venezolanos, mexicanos, argentinos y uruguayos y personalidades e
intelectuales de varios países del mundo.
Uno de los primeros fue el Grupo de Puebla, integrado por figuras políticas y exmandatarios latinoamericanos, el cual exigió la dimisión de Almagro,
especialmente por su papel desestabilizador de la democracia en Bolivia y otros
países del área.
Almagro respondió a esa agrupación con descalificaciones, al señalar que ‘no
tiene una dimensión oficial pública de nada, es un club de amigos ideológicos’.
Otros dirigentes latinoamericanos lo llamaron a someterse a un proceso de
reflexión y autocrítica para determinar si cuenta con la autoridad moral
necesaria para encabezar la OEA.
Recordaron que a lo largo de su primer mandato de cinco años (y lo que va del
segundo, asumido en elecciones sin contendientes), el otrora canciller del
expresidente José Mujica, se distanció deslealmente del popular líder uruguayo y
de partido, el Frente Amplio, que lo expulso de sus filas el 2018.
Es conocido que la OEA, fundada en 1948 en plena Guerra Fría, tiene una larga
historia de defensa de los intereses estadounidenses y de exclusiones, bloqueos
y agresiones a Estados miembros.
Uno de los casos más vergonzosos -aparte de la expulsión de Cuba en 1962- fue en
1982, cuando hizo silencio ante la ocupación militar por parte del Reino Unido
de las argentinas islas Malvinas.
Ahora Almagro encabeza el hostigamiento permanente contra el proceso bolivariano
de Venezuela, lo que llevó al gobierno de Nicolás Maduro a iniciar, en 2017, un
proceso de retiro de la OEA.
Según expertos, EE.UU. financia más del 50 por ciento del presupuesto de ese
organismo, incluido el abultado salario de Almagro, por lo que renunciar le
sería poco atractivo.
Criticado por su servilismo a Washington, muchos demandan, además de su
renuncia, que sea sometido a un proceso político y penal por los daños
perpetrados contra los pueblos de la región.
Si Almagro decide abandonar la OEA, lo acompañará el desprestigio y le será
difícil decidir dónde vivir, salvo que mantenga su residencia en Estados Unidos
al amparo de sus vínculos políticos.
Lo más irónico de todo quizás sea lo que el propio Almagro acaba de declarar a
Radio Universal, del Uruguay, sobre su renuncia: ‘Me gustaría retirarme como
Artigas, irme a tomar mate al Paraguay’, en referencia a José Gervasio Artigas
(1764–1850), conocido como el ‘Protector de los Pueblos Libres’ por su destacado
papel en las guerras de independencia hispanoamericanas. En el mundo existen
numerosas estatuas al respetado patriota uruguayo, incluyendo, casualmente, una
frente a la sede de la OEA en Washington.”
INFORMACIÓN RELACIONADA: Serie:
Pueblos: Bolivia en elecciones
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