¡Que renuncien si hubo fraude en Venezuela!
Sin ningún grave incidente de violencia o violación de los derechos ciudadanos se acaban de celebrar las elecciones regionales en Venezuela para elegir los gobernadores que rigen los destinos de los veinte y tres Estados que integran la nación bolivariana.
Venezuela, dicho sea de paso es la nación del mundo donde más elecciones se han celebrado –han sido veinte y dos- desde que triunfara por primera vez en las urnas el Comandante Hugo Chávez Frías encabezando la Revolución Bolivariana. Y sin embargo tanto la recalcitrante oposición venezolana como la llamada gran prensa internacional- el País de España y el Herald en Español de Miami entre los primeros- califican a Venezuela como “feroz tiranía” donde no se celebran elecciones libres y el Presidente Nicolás Maduro es un violento “dictador comunista” . Pura bazofia derechista, digo yo.
Pero ahí están los hechos. De acuerdo a los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, de los 23 gubernaturas el Partido del gobierno chavista ganó 17, mientras que la oposición conquistó la victoria en cinco, quedando una última sin conocerse el resultado final en los momentos en que escribo estas líneas de El Duende para Radio-Miami. Sin duda que este resultado es un verdadero triunfo para los seguidores del Comándate Chávez. Y más que eso es una victoria para la democracia venezolana aunque como siempre la oposición no quiera ahora reconocer el resultado de las urnas y diga que en Venezuela se ha perpetrado un gran fraude electoral porque ellos perdieron estas elecciones.
Es el mismo jueguito de siempre. Cuando ellos ganan dicen que las elecciones fueron honradas. Y cuando ellos pierden, dan la perreta, comienza el pataleo y denuncian que hubo fraude.
¿Y si las elecciones fueron amañadas, como se explica la victoria de la oposición en cinco de los 23 Estados venezolanos? Si tuvieran vergüenza deberían renunciar a esas cinco gobernaciones, puesto que si hubo fraude electoral en estas elecciones regionales, también en esos cinco Estados que ellos ganaron, fue la trampa la que se impuso para burlar la voluntad popular.
Es la misma historia de siempre. “Lo que yo gano es mío y lo que el otro gana fue porque hizo fraude”. Es el cuento de “la buena pipa” de nunca acabar.
Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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