lunes, 13 de noviembre de 2017

Orestes Martí Cobertura temática: Estudios económicos y desarrollo de la cooperación. Actualidad 2017-11


Cobertura temática:
Estudios económicos y desarrollo de la cooperación. Actualidad 2017-11
Orestes Martí
A continuación algunas noticias, comentarios, opiniones y posicionamientos de personalidades y fuerzas políticas y sociales contenidas en la "cobertura temática" sobre la actualidad económica y de cooperación a escala mundial.

(NOTA: Como en todas nuestras "coberturas", este documento es "actualizado", en función de lo que determine la propia actualidad del tema en cuestión)

¿No interesa América Latina? Negocios e inversiones de EE.UU. en la región
Por: Aníbal García Fernández CELAG

En A pesar de que los medios hegemónicos y el mainstream académico aseguren que América Latina y el Caribe ha dejado de ser importante para EE.UU., es evidente que los recursos estratégicos y el mercado latinoamericano, siguen siendo indispensables para la economía y el complejo industrial militar estadounidense.

Desde que Donald Trump asumió la presidencia de EE.UU., una de las noticias que causó mayor “preocupación" en América Latina y el Caribe es el recorte de la asistencia bilateral, en particular la que fluía por medio de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID)[1]. Esto condujo rápidamente a reforzar la tesis (siempre presente) de que América Latina no es importante para EE.UU.; sin embargo, también se podría argumentar, por un lado, que la presencia/interés de EE.UU. en América Latina y el Caribe nunca se circunscribió únicamente a la asistencia, sino que abarca aspectos comerciales, militares y de expansión de capital por medio de sus transnacionales.

Por otro lado, y en virtud de esta presencia más amplia, puede argumentarse que el recorte de la asistencia bilateral no implica una retirada de EE.UU. de la región, sino la apuesta a vías articuladas de modo más directo con el sector privado, pero siempre impulsadas por agencias del gobierno estadounidense, como el Banco de Importaciones y Exportaciones (EXIMBANK) –por definición, agencia oficial de crédito que asiste en el financiamiento de la exportación de bienes y servicios estadounidenses a mercados internacionales-[2].

Un mínimo rastreo sobre la Inversión Extranjera Directa (IED) de EE.UU. en la región, atendiendo a los países, sectores y empresas involucradas, permite visibilizar parte de la red de poder vinculada a intereses estadounidenses, que aunque nunca dejó de operar, tuvo que enfrentar obstáculos durante el auge de los procesos progresistas. No obstante, con la llegada de gobiernos de derecha a países como Brasil y Argentina, esta red adquiere legitimidad e impacto.

En lo que va del presente siglo, América Latina y el Caribe han experimentado un incremento sustancial en el flujo de inversiones directas. Según los últimos reportes del Banco Mundial,[3] la región recibió en el año 2000 poco más de 95 mil millones de dólares y para 2016 la cifra llegó a poco más de 268 mil millones de dólares, casi tres veces más que en 2000. Las exportaciones de bienes y servicios de Estados Unidos hacia la región se encuentran principalmente en México (231 mil millones de dólares), Brasil (30 mil millones de dólares) y Colombia (13 mil millones de dólares)[4].Considerando estos datos y el mencionado escenario de reforzamiento de las derechas en la región, es fundamental señalar los países hacia los que fluye la IED de EE.UU. y los proyectos a los que se dedican estos recursos.

Siguiendo los datos del Banco Mundial, los principales países receptores de IED en la región son Brasil (58%), México (18%), Chile (9%), Argentina (8%) y Colombia (4%). Estos 5 países concentran más del 90% de la IED total.

Dentro de ese gran espectro que es la IED, en varios países latinoamericanos el principal inversor es Estados Unidos, aunque en algunos otros como Bolivia, Chile y Uruguay son otros países los principales inversores. Considerando la IED de Estados Unidos hacia América Latina, los principales países receptores son México, Brasil, Argentina y Colombia. Estos cuatro países concentraron en 2015 el 84% de la IED proveniente de Estados Unidos, según datos de la CEPAL [5].

México

Para el EXIMBANK, México es su mercado más grande debido a la cantidad de exportaciones manufactureras hacia el país, seguido de Brasil y Colombia. Además de apoyar las exportaciones en dicho sector, EXIMBANK también apoya en los sectores de energía y sobre todo en energía eólica, minería y agroalimentos. En el rubro de energéticos, el EXIMBANK, durante la gestión del expresidente Obama, apoyó proyectos de PEMEX por más de 8 mil millones de 2009 a 2016 [6]

Destacan por lo menos tres aspectos: durante estos años, el gobierno de Obama se posicionó desde una retórica de lucha contra cambio climático; de todos los préstamos a empresas petroleras, PEMEX fue la que más se benefició y, por último, se consolidó la privatización de PEMEX y la entrada de capital privado en áreas estratégicas como exploración, extracción y comercialización.

También financió a Abengoa S. A. la cual se encuentra actualmente en concurso mercantil y no hay certeza de cumplimiento de los proyectos que tiene con PEMEX en Oaxaca, donde también tiene proyectos eólicos [7]. Además, Abengoa fue financiada por el INFONAVIT, institución estatal mexicana que mediante los ahorros de los trabajadores otorga créditos hipotecarios a la clase trabajadora [8]. En el marco de la Iniciativa Mérida, se espera que el mercado energético de México hacia Centroamérica se expanda y se conecte con el de Estados Unidos, los proyectos de empresas privadas estadounidenses como Sempra Energy International y con apoyo de la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (OPIC) caminan en esa dirección [9].

Brasil

En cuanto a las energías renovables, el EXIMBANK también ha incrementado sus préstamos. Los mercados más grandes durante los últimos años son Brasil, México, Chile y Argentina, según el informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) [10]. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil, otorgaron un préstamo a doce años de alrededor de 750 millones de dólares para proyectos de energía renovable del sector privado, sobre todo a proyectos de energía solar, eólica, de biomasa [11].

A nivel regional, el 40% de las inversiones en energía renovables fluyen hacia Brasil,[12] por lo que es un sector que el EXIMBANK considera rentable y un mercado en expansión [13]. Estos proyectos se suman a los que tiene también el EXIMBANK desde 2012 [14] y 2013 [15], los cuales ascienden a préstamos arriba de los 48 mil millones de dólares, aplicables a doce años.

El principal proyecto que tienen es el desarrollo de Biogás en Novo Gramacho a cargo de Gas Verde S. A., una empresa con sede en California [16]. Este proyecto se suma también a otro en Paraná, Brasil, el cual comenzó desde 2001 en el que el EXIMBAK y la OPIC respaldaron los proyectos de infraestructura de Bechtel International Inc., empresa que también estuvo a cargo del soporte a la línea 4 del metro de Río de Janeiro [17].

Bechtel tiene también proyectos en Chile en minería [18] y suministro de agua potable [19]. En Perú están a cargo de “Las Bombas” (mina a cielo abierto), una de las minas más grandes de cobre, pues esperan que produzca 460 mil toneladas métricas de cobre en 2017 [20]. También han suministrado préstamos para financiar la manufactura de helicópteros que serían usados por Petrobras [21] y otro para Sikorsky Aircfrat la cual construyó helicópteros para brindar el servicio de Taxi Aéreo [22].

Argentina

Después de quince años de no operar en el país, el director del EXIMBANK, Fred P. Hochberg anunció que el financiamiento a corto y largo plazo se vuelve a abrir. Los proyectos en los que han expresado su interés son en las ramas energética, energía renovable y sobre todo hidroeléctricas, solar y eólica, además de proyectos agroindustriales, aeronáutica (aviones y helicópteros para su uso industrial y comercial) [23].

Desde el 11 de diciembre de 2015 que asumió Macri la presidencia hasta el 31 de marzo de 2017, los anuncios de inversión de Estados Unidos hacia Argentina alcanzaron los 58,600 millones dólares, de los cuales, 49 millones provienen de empresas estadounidenses [24]. Dichas inversiones se localizan en Buenos Aires, Santa Fe, Río Negro, Neuquén, Mendoza, San Luis, Córdoba, Tucumán, Jujuy y Salta.

El biodiesel es uno de los productos de exportación más importantes hacia Estados Unidos. En 2016 incrementó su exportación en casi 200% respecto al año anterior. En 2015 la IED proveniente de EU representó el 25% del total de Argentina y con las reformas económicas, el sector privado estadounidense espera poder continuar con el envío de exportaciones y de más inversión.

Colombia

En el caso colombiano, EXIMBANK ha apoyado varios proyectos destinados a brindar préstamos para exportadores estadounidenses que tienen contratos con Ecopetrol, la empresa petrolera de Colombia. Hay un préstamo a mediano plazo por 420 millones y otro préstamo a largo plazo por 459 millones de dólares [25]. Según datos de EXIMBANK estos préstamos serían utilizados por Ecopetrol para comprar productos y servicios de empresas estadounidenses en las áreas de exploración, producción, energía limpia y modernización de refinerías [26].

En 2001 hubo otro crédito por 2 mil millones de dólares para expandir la refinería de Cartagena [27]. Otro proyecto es para financiar la adquisición de helicópteros AugustaWestland que serían usados en la industria del petróleo y gas [28]. En este caso el prestamista fue Apple Bank de Nueva York.

Y no sólo es EXIMBANK, la Overseas Private Investment Corporation (OPIC) es otro organismo vinculado al gobierno estadounidense que tiene varios proyectos en América Latina en países como México, Colombia, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, sólo por mencionar algunos [29].

A pesar de que con la administración actual de Trump, los recortes para la asistencia para el desarrollo y asistencia militar fueron considerables en algunos países, la ruta de la asistencia y promoción de las inversiones no cesa y es probable que fluya directamente hacia el sector privado, aunque siempre impulsada por agencias vinculadas al gobierno estadounidense como el EXIBANK, OPIC y la United States Trade Representative (USTR), encargadas de apoyar el comercio de bienes y servicios de Estados Unidos con sus socios comerciales [30].

En un escenario de retorno de la derecha neoliberal, devota del libre comercio, es fundamental rastrear el flujo de las inversiones, visibilizar los sectores en los que se inserta y las empresas asociadas. A pesar de que los medios hegemónicos y el mainstream académico aseguren que América Latina y el Caribe ha dejado de ser importante para EE.UU., es evidente que los recursos estratégicos (hidrocarburos, metales, etc.), la biodiversidad, el agua, etc., y el mercado latinoamericano siguen siendo indispensables para la economía y el complejo industrial militar estadounidense.

También es un hecho, que desde esta región se han generado y siguen vigentes procesos que confrontan los lineamientos económicos, políticos y de seguridad planteados desde el gobierno/sector privado estadounidense. Y eso siempre será objeto de (pre)ocupación por parte de la potencia hegemónica.

[1] http://www.celag.org/recortes-la-usaid-se-retira-eeuu-america-latina/
[2] https://www.exim.gov/about
[3] https://data.worldbank.org/indicator/BX.KLT.DINV.CD.WD?end=2016&locations=ZJ&start=2000
[4] https://ustr.gov/countries-regions/americas
[5] http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/42024/4/S1700815_en.pdf
[6] http://www.exim.gov/what-we-do/project-structured-finance/transactions fecha de consulta: 21/10/2015
[7] http://www.exim.gov/news/ex-im-bank-authorizes-150-million-export-financing-for-energy-projects-latin-america
[8] http://www.proceso.com.mx/442407/dinero-del-infonavit-se-le-perdio-a-alejandro-murat
[9] https://ppi.worldbank.org/snapshots/project/los-ramones-gas-pipeline-phase-ii-norte-8409
[10]http://www.irena.org/DocumentDownloads/Publications/IRENA_Atlas_investment_Latin_America_2016.pdf
[11] http://www.iadb.org/es/noticias/comunicados-de-prensa/2016-12-15/inversiones-en-energia-renovable-en-brasil,11690.html
[12] https://alnavio.com/brasil-acapara-el-40-de-las-inversiones-en-energias-renovables-de-america-latina
[13] https://www.export.gov/article?series=a0pt0000000PAtOAAW&type=Country_Commercial__kav
[14] https://www.exim.gov/news/ex-im-bank-provides-486-million-financing-for-us-green-technology-exports-biogas-project-brazil
[15] https://www.exim.gov/news/firmgreen-inc-named-ex-im-bank-renewable-energy-exporter-year
[16] http://www.exim.gov/news/ex-im-bank-provides-486-million-financing-for-us-green-technology-exports-biogas-project-brazil
[17] http://www.bechtel.com/projects/metro-rio/
[18] http://www.bechtel.com/projects/los-pelambres-copper-mine/
[19] http://www.bechtel.com/projects/los-pelambres-copper-mine/
[20] http://www.bechtel.com/projects/las-bambas-copper-concentrator/
[21] https://www.exim.gov/news/ex-im-bank-approves-financing-export-helicopters
[22] https://www.exim.gov/news/ex-im-approves-757-million-financing-for-export-us-helicopters-brazil
[23] http://www.exim.gov/news/exim-reopens-for-business-argentina
[24] https://www.eleconomista.com.mx/economia/Estados-Unidos-principal-fuente-de-IED-de-Argentina-20170424-0048.html
[25] http://www.exim.gov/news/ex-im-bank-approves-nearly-1-billion-financing-back
[26] http://www.exim.gov/news/ex-im-bank-approves-nearly-1-billion-financing-back
[27] http://www.reuters.com/article/colombia-usa-refinery/us-eximbank-oks-2-8-bln-colombia-refinery-credit-idUSN0728653320110407
[28] http://www.exim.gov/news/ex-im-bank-approves-financing-for-sale-american-made-helicopters-for-use-colombias-offshore-oil
[29] https://www.opic.gov/opic-action/all-project-descriptions
[30] https://ustr.gov/countries-regions/americas



Arabia Saudí y otros cinco productores marcarán el rumbo al alza del mercado del crudo en 2018. Las tensiones geopolíticas en Irak, Irán, Libia, Nigeria y Venezuela marcarán el flujo de petróleo
DIEGO HERRANZ

El objetivo es situar el precio del barril de crudo por encima de los 70 dólares en las postrimerías de este año. Órdenes de Riad. Que es como decir el mariscal de la OPEP. De hecho, su cotización, ya desde hace mes y medio oscila por encima de la psicológica barrera de los 50 dólares. Para los tiempos que corren. Porque en la historia reciente, esa frontera se estableció, primero en los 100 dólares, tan sólo un par de ejercicios después de la crisis de las punto-com, a mediados de la década pasada y, con posterioridad, en plena crisis financiera, en el tránsito hacia el decenio actual, en los 150 dólares. Cota que llegó a superar holgadamente; incluso con las potencias industrializadas en depresión económica grave.

Pero, ahora, lo que estaba en juego es la propia supervivencia de la OPEP, cuyo gran objetivo es mantener la cotización en una horquilla adecuada a los intereses del cartel energético, que es casi sinónimo de decir, al dictado de Arabia Saudí, principal productor mundial. Y Riad ha puesto la profética cifra de los 70 dólares por barril encima de la mesa para el inicio de 2018. Un desafío que parece cercano, a juzgar por los contratos de futuro que se cierran, a dos meses vista, en el mercado energético estas semanas.

La empresa no es baladí. Después de un bienio con un valor de mercado próximo a 35 dólares, las arcas de sus socios se han visto más que mermadas. A lo que hay que unir un elenco notable de tensiones geoestratégicas globales, como el conflicto nuclear de Corea de Norte, regionales, del mismo tenor, con Irán, o específicos, como los cambios en el establishment saudí para tratar de consolidar el poder y liderazgo de Mohamed bin Salman, conocido como MBS en los círculos diplomáticos occidentales. El millennial heredero del trono wahabí.
Varias personas pasean en el interior de un mercado en Riad.REUTERS/Faisal Al Nasser
El poder del heredero wahabí

La mano de MBS ha mecido la reciente purga en el establishment de Riad, y que ha supuesto el cese de once príncipes, de la rama Saud del anterior monarca, el difunto Rey Abdulá, cuatro ministros en ejercicio y varias decenas de ex titulares de carteras y de empresarios del país. El principal de estos últimos, Alwaleed bin Talal, también de sangre azul y una de las más suntuosas fortunas del planeta. Todos ellos, acusados de corrupción. Y la práctica totalidad, vinculados a la floreciente y generosa industria petrolífera.

El príncipe heredero no sólo es el hijo predilecto del Rey Salman. Es a quien el monarca ha cedido todo el poder para que pilote la reconversión del país. En todos sus ámbitos. Desde el económico hasta el político y de seguridad.

El consenso entre los observadores políticos sobre la emergente figura de MBS, al que catalogan de “auténtico hombre fuerte” del régimen de Riad -pese a la creciente oposición social hacia su paulatina acumulación de funciones, de resortes del Estado y de petrodólares sin control- incide en el sello personal del príncipe, no sólo en la guerra fratricida en el país de las luchas dinásticas, las rivalidades tribales y las disputas políticas, eclesiásticas y económicas por excelencia. Detrás de su alargada sombra también está el patrocinio saudí en el conflicto bélico de Yemen, que ha llevado a Riad a elevar sus gastos militares hasta poner en riesgo la salud de sus otrora saneadas finanzas y de emprender una crisis diplomática de alto voltaje con Qatar, de la mano del resto de los emiratos del Golfo Pérsico, hasta señalar a Irán -su rival geoestratégico en la región- con quien rompió relaciones en 2016 y a quien culpa de auspiciar desde Yemen el envío de un misil de medio alcance que fue interceptado cerca del aeropuerto de la capital saudí.

Aprovechando el respaldo de la Casa Blanca, que también ha desempolvado la crisis nuclear con Teherán y que desea que Irán pierda influencia en una de las zonas más convulsas del mundo. Pero, además, MBS es el instigador de la decisión oficial de enterrar el ciclo del petróleo barato, el diseñador de los multibillonarios proyectos de infraestructuras y de las reformas estructurales encaminadas a modernizar la economía y, especialmente, el auspiciador de una triple alianza, la que pretende sellar con China y Rusia al margen -o, cuanto menos, con el beneplácito inicial y de facto- de EEUU, su histórico aliado.

China entra en la escena saudí

Los lazos de Riad con Pekín y con Moscú se han fortalecido en las últimas semanas. Aunque la frenética actividad diplomática saudí también ha dejado entrever un despliegue de intereses por el resto de los mercados emergentes de Asia … y Japón. Busca un nuevo equilibrio de poder en el mundo, menos expuesto a Occidente, y más proclive a su lado oriental. Con el petróleo por bandera. Al fin y al cabo, su cartera de clientes se inclina cada vez más hacia el Este. En una etapa en la que la energía parece haberse consolidado como arma de acción política hacia el exterior.

China ya no disimula su intención de atraer a la industria de hidrocarburos saudí a su órbita de influencia. El régimen de Pekín quiere acceso preferente a las inversiones en infraestructuras saudíes y disponer de cualquier derecho de tanteo en la venta del 5% de la petrolera Aramco. Para ello, está dispuesto a acabar con la compra de crudo de la OPEP, al que vetó hace años por su negativa -sostenida desde Washington a cambio de equipamiento militar de alta tecnología- a utilizar las ventas bilaterales de gas y petróleo en yuanes en vez de en dólares. 

Esta maniobra elevaría sustancialmente el actual pedido, de aproximadamente la tercera parte de la energía que consume la segunda economía y el principal importador de crudo del mundo que está en constante crecimiento desde hace más de tres décadas. En los cálculos geopolíticos de Pekín, de largo alcance, coexisten varias declaraciones de intenciones.

La primera, garantizar a Riad que cualquier incremento de su producción será bienvenido en el efervescente mercado de consumo energético chino. Y Arabia Saudí posee las mayores reservas del planeta, con permiso de Venezuela. Con esta maniobra el Reino saudí taparía, a medio plazo, parte del agujero de 200.000 millones de dólares en el que se evalúa su déficit presupuestario desde el colapso del crudo, a comienzos de 2015.

Una segunda táctica, al calor de una serie de acuerdos bilaterales anunciados entre la primavera y el verano pasados, para incrementar las inversiones mutuas en varios sectores, entre ellos el de la energía, pero también el de la construcción y el comercial, para atender los nichos de negocios de la reedición de la Ruta de la Seda, el proyecto impulsado desde Pekín, para impulsar los flujos de mercancías y de capitales entre Occidente y Oriente y entre el Norte y el Sur, y los programas de modernización de las infraestructuras saudíes, que prevén aumentos de la inversión foránea desde el 3,8% del PIB hasta el 5,7%, lo que supondría inyecciones adicionales de 12.000 millones de dólares cada año hasta 2030. Y para los que Riad y Pekín ya han suscrito un fondo inversor conjunto dotado inicialmente de 20.000 millones de dólares.

En tercer lugar, ofertas concretas de PetroChina y Sinopec por la adquisición de una parte (o la totalidad) de los 2 billones de dólares en los que se valora la venta del 5% de Aramco y para que el fondo soberano saudí que el príncipe heredero pretende dotar con otros 2 billones de dólares invierta en participaciones de empresas chinas.

Finalmente, la alianza estratégica del recién reelegido secretario general del Partido Comunista Chino y presidente del país más poblado, Xi Jinping, con Riad pasa por suministrar material bélico a un país que soporta la mayor factura de los gastos militares de los emiratos del Golfo en sus incursiones aéreas y terrestres en Yemen y que suponen desembolsos de 197.600 millones de dólares cada año desde 2012, el 12% del total global. Y, de paso, abrir otro foco de rivalidad con EEUU, que acaba de sellar un pacto militar con Riad por valor de 110.000 millones de dólares.

La conexión rusa y asiática

Pero la grieta en el sistema de petrodólares instaurado por Richard Nixon y el Rey Faisal en 1973 no es sólo china. Rusia también participa de este viraje. El reciente viaje del Rey Salman a Moscú se ha saldado con una propuesta de adquisición del sistema antimisiles ruso S-400 y una serie de memorándums de entendimiento; es decir, de acuerdos de cooperación industrial y militar por un montante de 3.000 millones de dólares. Además de pactos de trasferencia tecnológica de la rusa Sibur para construir una planta petroquímica en Arabia Saudí y de Gazprom y Aramco para incrementar la capacidad de extracción de ambas petroleras. Conversaciones para reducir la producción de crudo en otros 1,8 millones de barriles diarios y elevar así los precios sin dañar las ventas saudíes a Asia y, por supuesto, la concesión a Rosneft, con la que las multinacionales del sector chinas han realizado intercambio de acciones, como socio estratégico de la petrolera estatal saudí, vital para reservar una porción del pastel privatizador.

En parecidas jugadas se maneja MBS en India, de forma aislada o de la mano de Rosneft o de la china Sinopec, principalmente, con Essar. En joint-ventures para la construcción de refinerías, como la del puerto de Vadinar, clave para aumentar la capacidad exportadora de la compañía rusa hacia el mercado indio, incrementar en más de 3.500 las estaciones de servicio del país o reestructurar con sus brazos financieros la astronómica deuda de la corporación india.

La lista de acuerdos recientes abarca países asiáticos como Taiwán, Corea del Sur o Japón, y un elenco de petroleras que van desde Petronas a Pertamina. El lobby energético asiático, pues, se ha instalado en Riad. Con acciones triangulares con Pekín y Moscú.

Mural con la imagen del rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud
La ‘revolución silenciosa’ saudí

MBS ya dejó algunos retazos de sus intenciones ‘reales’ con la revelación de la llamada Visión Saudí 2030. Una especie de contrato social con el que pretende, en un horizonte algo superior a un decenio, cambiar la fisonomía de una nación fundada en 1932 bajo un acto de legitimidad entre la Casa Saud y el clero wahabí, que no comulga precisamente con algunas de sus ínfulas modernizadoras. Su objetivo, en el orden económico, es meridianamente nítido: acabar con la crudo-dependencia; poner el epitafio a la dictadura de los hidrocarburos, el maná financiero de este petro-Estado. Después de un trienio, el último, en el que el precio del barril de crudo ha descendido un 60%, lo que ha contribuido, casi en igual medida que el gasto militar en Yemen, a la generación de un déficit fiscal del 15% del PIB. Los ingresos por petróleo aportan el 90% del presupuesto, casi todo por sus ventas al exterior, y representan más de la mitad de su PIB.

El heredero saudí ya ha iniciado la andadura de su road map. Entre otras medidas, ha reducido los subsidios a la gasolina, la electricidad y el agua, y ha impuesto in gravamen, por IVA, y tasas sobre bienes de lujo y bebidas azucaradas que, en conjunto, añadirán unos 100.000 millones de dólares a las arcas a partir de 2020, según sus cálculos. Dice que para “ejercer presión tributaria a las clases más pudientes”. Mensaje para reconciliarse con la creciente oposición social interna hacia su persona. En especial, de los fieles wahabíes reacios a cualquier señal modernizadora. De ahí que haya depuesto al príncipe Miteb bin Abdulá como responsable de la Guardia Nacional y al hasta ahora titular de Economía y Planificación, Abdel Fakesh, por dos afines a su causa, el también miembro de la Casa Real, Khalid bin Ayyaf, pero de la familia Muqrin, y el número dos del ministerio, Muhamed Al Tuwaijri, que ya ha jugado un papel activo en la política económica y fiscal de la agenda Visión Saudí 2030. Control hermético sobre la seguridad y las finanzas.

El otro repóquer en juego en la OPEP

Pero Arabia Saudí no es el único factor que puede ejercer de detonante de un encarecimiento de los precios del crudo. Hay, al menos, otros cinco focos de tensiones.
Irak. Acapara los mayores riesgos de suministro a corto plazo. El sorprendente tamaño de los pozos petrolíferos de Kirkuk ya ha ocasionado volatilidades en el precio del crudo. Las últimas estimaciones hablan de que los pozos Bai Hassan y Avana pueden tener una capacidad extractiva de, al menos, 275.000 barriles diarios. Aunque, de momento, el mercado piensa que sólo podría alcanzar dicho ritmo de forma provisional. A la espera de conseguir inversiones tecnológicas de las grandes petroleras para consumar su objetivo de suministro. Conversaciones de negocios que, aseguran fuentes conocedoras de las mismas, están avanzadas y podrían suponer la puesta en el mercado de 400.000 barriles diarios procedentes de estos campos. Irak representa el factor productivo a corto plazo más trascendental en el sector energético. Porque sus campos del sur también se acercan a su potencial productivo, de 600.000 barriles diarios.

Irán. Es, quizás, el gran interrogante sobre la mesa de análisis del mercado de la energía global. Su situación es de suma fragilidad. El riesgo de que EEUU imponga nuevas sanciones a Irán, tras el deterioro de las relaciones declarada y reconocida por la Administración Trump, a cuenta de la carrera nuclear del estado persa, es una opción más que real. Como también las dificultades que tendría la Casa Blanca para hacer cumplir a Teherán con las imposiciones que tenga pensado instaurar. Con o sin ayuda de sus aliados internacionales, que está por ver. En especial, en la tarea de bloquear las exportaciones de crudo. El secretario de Estado, Rex Tillerson, ha llegado a asegurar que Washington bloqueará cualquier acuerdo de negocios entre compañías europeas e Irán. Goldman Sachs estima que, en el peor escenario geopolítico, varios cientos de barriles de crudo diarios estarían en riesgo de participar en la oferta del mercado. Mientras da por hecho que la sanción estadounidense sobre el crudo iraní alcanzará, al menos, el millón de barriles por día. Como ocurrió en los años previos a la firma del acuerdo nuclear entre el régimen de Teherán y la Administración Obama.

En cualquier caso, la amenaza iraní no tiene visos de que pueda ponerse en marcha, al menos, en lo que queda de año.
Una llama de fuego sale de un planta petrolífera en Irán. REUTERS/Raheb Homavandi
Libia. El socio norteafricano de la OPEP está exento de cualquier acuerdo del cártel hasta que logre recuperar sus niveles de extracción perdidos tras la revolución árabe. El pasado año ya se comportó según las pautas previstas para su sector energético por el mercado. Una señal de la paulatina vuelta a la normalidad. De hecho, casi ha triplicado sus números. De 300.000 barriles al día en agosto de 2016 ha pasado de producir algo más de 850.000 en la actualidad. Incluso en algunas semanas se ha aproximado al millón de barriles. Sin embargo, los riesgos de deterioro de algunas de sus plantas y pozos petrolíferos, dañados por la violencia del conflicto libio de los años precedentes, hacen todavía complicado que Trípoli logre alcanzar la cifra de 1,25 millones de barriles diarios, que se le reclama desde el mercado y, mucho menos, los 1,6 millones de los años previos al estallido de la revuelta social. Pese a ello, Libia supone otro factor de riesgo sobre el precio del crudo. Precisamente por las oscilaciones de cálculo de su producción. También por las dudas sobre su inestabilidad política y sobre la certeza de sus cálculos extractivos.

Nigeria. Su diagnóstico es similar al de Libia. También se encuentra exento del recorte de cuotas decretado por la OPEP para impulsar el precio del crudo por su alta tensión política, con efectos de difícil cuantificación social y económica. Aunque en los últimos meses la violencia ha bajado en el Delta del Níger. Como consecuencia del alto el fuego decretado el pasado año. Aun así, la producción de crudo se encuentra en niveles reducidos de 1,2 millones de barriles diarios en 2016 y de 1,8 millones de barriles en la actualidad. Mientras la paz social se mantenga frágil, la capacidad extractiva nigeriana se resentirá. Y los grupos rebeldes revelan su frustración con las conversaciones de paz iniciadas con el gobierno. El rebote de la producción de crudo nigeriano no está, pues, asegurado.
El logo de la compañía estatal venezolana de petroleo, PDVSA, junto a un mural de Hugo Chávez.REUTERS/Carlos García Rawlins
Venezuela. Otro de los interrogantes que los inversores manejan en sus precios de contratos de futuro. Venezuela también está inmersa en una agitación civil de alta intensidad. El pasado mes de septiembre, produjo 1,89 millones de barriles por día, lejos de los 3,2 millones de finales de los años noventa del siglo pasado e, incluso, de los casi 2,4 millones de barriles de 2015. Sin liquidez en las arcas del país, la estatal PDVSA ha paralizado sus proyectos de inversión y tiene serias dificultades para mantener sus actuales cuotas extractivas. Por si fuera poco, informes del sector constatan un deterioro de la calidad del crudo venezolano. El crudo bruto no acaba de salir sin las impurezas exigidas por los estándares internacionales. Y el yugo de los acreedores sobre la creciente y desorbitada deuda de la petrolera venezolana presiona cada vez con mayor fuerza. La posibilidad de quiebra crece por momentos. Todos estos componentes contribuyen a poner en duda la capacidad productiva de crudo del país.


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El gigante ruso del gas Gazprom terminó el 4 de noviembre la construcción de dos tramos del gasoducto Turk Stream en el territorio de Rusia e inició la construcción del primer ramal en la zona económica exclusiva de Turquía. De este modo, la construcción del Turk Stream ha pasado a la fase irreversible, analiza el periodista Dmitri Lékuj.

En su artículo para Sputnik Lékuj destaca que hace poco, incluso quienes se oponían al Turk Stream y al Nord Stream 2 —los estadounidenses—, reconocieron indirectamente que no se puede impedir su construcción.

Así, por ejemplo, según un documento publicado en el sitio web del Departamento de Estado de Estados Unidos, las sanciones por la construcción de gasoductos rusos de exportación se aplicarán "solo a los proyectos lanzados el 2 de agosto de 2017 o más tarde".

Es decir, ni el Nord Stream 2 ni ningún ramal del Turk Stream deberían ser penalizados, dado que la mayoría de las inversiones en estos proyectos se realizaron antes de esa fecha.

El gasoducto ruso-turco tendrá consecuencias indirectas, asegura el autor del artículo. Por ejemplo, los mismos alemanes en ningún caso eludirán construir el Nord Stream 2 para sacar todo el provecho de llegar a ser el centro principal del gas ruso suministrado a Europa.

"Tanto los alemanes como los turcos comprenden muy bien sus beneficios, por lo tanto, es probable que el ritmo de implementación de los proyectos de gas conjuntos con Rusia solo aumente", pone en relieve Lékuj.

No obstante, en el proyecto también habrá perdedores. Primero que nada será Ucrania, cuyo gasoducto se convertirá en una pila de metal inútil, ya que tan pronto como se construya solo la primera línea del Turk Stream, Kiev será privado de ingresos anuales por valor de 500.000 millones de dólares, según aseguró el jefe de Naftogaz, Andréi Kóbolev.

También serán los búlgaros quienes saquen a relucir los tiempos en los que el gasoducto se llamaba Meridional y en sus tuberías había imágenes de dos banderas, la rusa y la búlgara.

"Como ha mostrado la historia, solo la bandera rusa es un elemento constante en la ecuación. Y el segundo elemento puede cambiar", resume el analista.


El ex primer ministro ucraniano Mikola Azárov ha explicado los motivos del declive de la economía ucraniana. Según el político, el Acuerdo de asociación de Ucrania y la UE es la razón principal del aumento de los precios de los alimentos y de las tarifas de los suministros en el país.

"Los medios, llenos de escritorzuelos mercenarios, lograron engañar a los ciudadanos de Ucrania y hacerles creer que la firma del Acuerdo de asociación con la UE sería lo mismo que la adhesión de Ucrania a la UE, y luego 'fluiría el dinero' y todos se harían ricos", escribe Azárov en su cuenta de Facebook.

Han pasado cuatro años desde la ratificación del acuerdo, pero los ucranianos no se han hecho ricos. Muchos perdieron sus empleos y los precios de los alimentos y los suministros se dispararon.

Azárov recordó que Moldavia está en la misma situación después de que sus autoridades firmaran también un acuerdo con la UE en 2009. Como resultado de la ratificación, Ucrania y Moldavia se convirtieron en los países más pobres de Europa.

En 2015, analistas de Credit Suisse estimaron La renta per cápita mensual de un adulto ucraniano en 1.437 de dólares. Los moldavos estaban por encima, con 3.104 per cápita.



A principios del próximo año, a más tardar, Moscú cerrará con Nueva Delhi el contrato para el suministro de 200 helicópteros ligeros Ka-226, dijo a Sputnik el director generl del grupo Helicópteros de Rusia.


El Gobierno de Venezuela desmintió el incumplimiento del pago de la deuda de la estatal Corporación Eléctrica Nacional como afirmó su fiduciario Wilmington Trust hizo a través de un comunicado enviado a la Bolsa de Luxemburgo.

La Cámara de Diputados de México aprobó el presupuesto del año electoral 2018 por 5,27 billones de pesos (294.000 millones de dólares) en una cerrada votación del pleno.



Por Luis Díaz Allegue

Hace 106 años un jurado estadounidense decretaba la fragmentación de Standard Oil, que pertenecía a la familia Rockefeller, en 34 empresas independientes. Fue una de las primeras veces que se aplicaba la Ley Sherman (Anti-trust), la principal ley estadounidense destinada a eliminar los monopolios empresariales. Esta ley intentaba prevenir la acumulación de recursos y evitar que se controlara un mercado desde una sola empresa. Su intención no era proteger a los negocios del funcionamiento del mercado; sino proteger al público de abusos de poder.

Aunque ha pasado más de un siglo desde aquella fragmentación, la acumulación de recursos en el mercado, los monopolios y las malas praxis cometidas por empresas siguen al orden del día. En España tenemos varios ejemplos muy conocidos como el monopolio energético, el de telecomunicaciones y otros menos conocidos como el de líneas de autobús. Pero los mayores monopolios, ahora mismo están en el campo de las redes sociales y la comunicación.

El periodismo sufre este problema desde hace años: donde los periódicos tienen que lidiar con los algoritmos de Facebook, Google o Twitter para que sus artículos sean leídos, lo cual hace que, en el mejor de los casos, grandes cabeceras tengan que mezclar importantes noticias periodísticas con otras informaciones menos relevantes pero con potencialidad de ser “virales”. Aunque este quizá no sea el mayor de los problemas.

Es imposible negar que la nula barrera de entrada que tienen las redes sociales para subir contenido ha sido un paraíso de la libertad de expresión, dándole voz a medios, divulgadores científicos, políticos, causas justas, etc. Pero tampoco nunca ha habido tanta libertad para expresar ideas reaccionarias ni tanto aplauso confundiendo la libertad de expresión con la libertad de agresión.

Para hacer más visible el problema se puede buscar en google “inmigración masiva” y podemos ver como las dos primeras entradas son de Alertadigital o la Gaceta, dos periódicos online de extrema derecha, vociferando odio hacia los inmigrantes. Si buscamos “Feminismo” en YouTube, entre las tres primeras entradas encontraremos un video titulado La estafa del feminismo. No faltan ejemplos: Grupos de Facebook de odio al islam o las masivas y constantes campañas de amenaza que reciben personajes públicos en twitter.

El gran problema radica en que los logaritmos de las redes sociales están diseñados para enseñarnos más sobre aquellos temas que ya hemos visto. Esto hace que nuestro muro de Facebook o twitter vaya limitándose cada vez más, sumergiéndonos en una visión parcial del mundo. Esto ya lo explicaba Eli Pariser en su libro “El filtro burbuja” de 2011. Básicamente, teorizaba que las redes sociales mediante sus intentos de personalizar nuestras búsquedas nos muestran el mundo de una manera limitada, metiéndonos en un vórtice ideológico, en una “burbuja informativa” donde solo encontramos información que reafirma nuestras ideas. Internet debería de ser una puerta abierta al mundo. Sin embargo, parece que cada vez hace que nos metamos más dentro de nuestra propia cueva online.

Esto convierte las redes sociales en una maquinaria perfecta para la radicalización ya que los contenidos que difunden el odio no son discriminados. O, por lo menos, así había sido hasta este año. Son más que conocidos los intentos de Facebook por eliminar contenido que pueda afectar elecciones nacionales después de la evidente manipulación Rusa en las elecciones estadounidenses, o los intentos de Twitter por controlar los Bots que expanden mensajes de odio. Otro ejemplo es YouTube que el 1 de Agosto de 2017 publicó un nuevo “User Agreement” que le permite eliminar publicidad a contenido que promulgue el odio, lo cual corta la financiación de sus autores.

Estas medidas van en la buena dirección, pero abren una pregunta más importante: ¿Podemos los ciudadanos permitirnos dejar en manos de grandes corporaciones privadas lo que puede ser censurado y lo que no? Lógicamente, no todo el mundo va a estar de acuerdo en lo que tiene que ser censurado y lo que no, pero ahora mismo los únicos reguladores son los logaritmos secretos de las plataformas de internet. ¿No debería ser un proceso más abierto, transparente y democrático?

En un minuto se suben 400 horas de video a YouTube, se envían medio millón de tweets y se publican un millón de post en Facebook. Obviamente, no hay una manera perfecta de regularlo y evitar que se difundan mensajes de odio, pero esa regulación debería ser pública y estar abierta a debate.

La Ley Sherman anti-monopolios de estados unidos perseguía un objetivo básico: defender al consumidor de abusos de poder. Creo que no es un mal momento para plantearnos una legislación que evite el monopolio de la radicalización.

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