viernes, 28 de junio de 2019

Derechos humanos: Pederastia: abusos a menores en la Iglesia católica. México y España. Por Orestes Martí


Foto: Toma de pantalla
Derechos humanos: Pederastia: abusos a menores en la Iglesia católica.
México y España.
Por Orestes Martí

Según explica Oscar Castillero Mimenza -PSICOLOGÍA CLÍNICA. Diferencias entre pedofilia y pederastia- "La pedofilia se refiere a la atracción sexual por menores y la pederastia al abuso sexual infantil".
"El abuso sexual infantil es un delito severo que tiene graves efectos en el desarrollo psicológico de los menores. La mayoría de la gente emplea indistintamente los términos “pedófilo” y “pederasta” para referirse a quienes realizan este tipo de actos, considerándolos sinónimos.
Sin embargo, aunque profundamente vinculados ambos conceptos no se refieren exactamente a lo mismo ......

"Definiendo la pedofilia. La pedofilia o paidofilia es una parafilia, es decir, un trastorno de la inclinación sexual que se caracteriza por la presencia fantasías recurrentes y productoras de un elevado nivel de excitación sexual en el que el objeto de deseo es un objeto, personas o entes no consintientes o una situación de humillación y sufrimiento propio y ajeno. La experimentación de dichas fantasías puede conllevar su realización y/o sentimientos de intenso malestar para quien las padece. En el caso concreto de la pedofilia, el objeto de deseo o lo que provoca la atracción sexual son niños o niñas prepúberes. Concretamente se puede considerar una cronofilia, debido a que hay una gran diferencia entre la edad del sujeto y la del objeto de deseo. Para su diagnóstico es necesario que el sujeto sea mayor de dieciséis años de edad y que la víctima u objeto de deseo sea al menos cinco años menor. Por norma general el pedófilo buscará el contacto con su objeto de deseo, recurriendo con frecuencia a imágenes pornográficas y autoestimulándose en base a sus fantasías, pero no tiene por qué intentar mantener relaciones sexuales.
"¿A qué llamamos pederastia?. En lo que respecta a los pederastas, son considerados como tales aquellos individuos en que las fantasías propias del pedófilo han sido llevados a la realidad. Es decir, la pederastia es el cometimiento de un abuso sexual a menores. Dentro de este abuso entra toda aquella conducta en que el menor es usado como objeto sexual por un individuo con el que existe una relación de desigualdad en lo referente a edad, poder o madurez. Se trata de una práctica delictiva penada por ley que puede provocar repercusiones graves en el desarrollo psicosocial y sexual presente y/o futuro del menor atacado. Aun si la relación sexual es consentida por el menor, si éste se sitúa por debajo de la edad de consentimiento sexual el acto en sí será considerado abuso, catalogándose como violación. No se tiene en cuenta como tal la vinculación sexual consentida entre sujetos al final de la adolescencia con individuos de como mínimo trece años".....


Exsacerdote mexicano Alberto Athié: "Para la Iglesia no es relevante el daño a los niños abusados, sino que no afecte su imagen"
Pamela Quibec

"La Iglesia no tiene manera ni de comprender la problemática de la pederastia ni de explicarla adecuadamente", lamenta el activista mexicano Alberto Athié, que en el 2003 renunció tras veinte años de sacerdocio negándose a ser obispo a cambio de callar la pederastia del fundador de la Legión de Cristo Marcial Maciel. ¿Cómo se explican los abusos sexuales en la Iglesia católica? ¿Cuál es la diferencia entre los sacerdotes pederastas y los violadores en la calle? Véalo en Entrevista, de RT.
El exsacerdote mexicano Alberto Athié echa la mirada atrás para hablar de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, que hace décadas que son conocidos por la opinión pública pero que aún constituyen el principal problema de la institución. Y así, lo primero que aparece en su mente es el nombre de Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo.

Este exsacerdote, que cuando descubrió los secretos que guardaba la curia decidió quitarse la sotana, trabajaba en una de las zonas más pobres y violentas de la Ciudad de México, Iztapalapa. Fue allí donde conoció a Juan Manuel Hernández Amenábar, quien le contó los abusos que el padre Maciel había cometido no solo en contra de él, sino de varios de sus compañeros. "Luego conocí por lo menos ocho", explica Athié.

Con ese caso fue consciente de los abusos que estaban teniendo lugar en el seno de la Iglesia. En 1997, después de varios años, surgió la noticia pública de los exlegionarios de Cristo que denunciaban a Marcial Maciel como un abusador. La jerarquía católica mexicana, a través del arzobispo de México, Norberto Rivera, negó los hechos denunciados y respaldó a Maciel.

Poder a cambio de silencio. Cuando Rivera se negó a escuchar sobre los casos de abusos sexuales recopilados, Athié no renunció en aquel momento porque tenía actividades de responsabilidad importante. Según relata el exsacerdote, su abandono de la sotana llegaría poco después, cuando el cardenal Ratzinger, quien luego sería el papa Benedicto XVI, le dijo: "Yo te hago obispo si tú te callas y no sigues hablando". Cuando manifestó que no estaba de acuerdo, recibió por respuesta que debía marcharse de la ciudad y del país. Así fue como el activista dejó todas sus responsabilidades y posteriormente también el sacerdocio, para no plegarse a guardar silencio ante los delitos que tenían lugar en el seno de la Iglesia.
Marcial Maciel en el centro del problema en México. Este exsacerdote mexicano sostiene que conoció "a nueve víctimas de Marcial Maciel que coincidían en sus versiones de la forma en que abusaba de ellos", y que incluso llegó a identificar a cerca de 100 víctimas que querían dar su testimonio. "Hoy conocemos mejor el modelo que diseñó el padre Maciel, que sigue todavía vigente", dice Athié, que cree que su patrón se basaba en el dominio y el sometimiento.
El entrevistado distingue así entre los abusadores ocasionales y los abusadores que someten paulatinamente con manipulaciones de tipo religioso, como el fundador de los Legionarios de Cristo, que comenzaba sus abusos diciendo a los niños que tenía dolores muy fuertes en el vientre y que el papa Pío XII le había autorizado que le masturbara un menor.

Ante todo, la ocultación. Este activista opina que, en caso de acusaciones de sacerdotes por abuso sexual, la Iglesia manipula la información o a las víctimas para reducir los daños hacia la institución. Además, le parecen lamentables las afirmaciones de algunos dirigentes eclesiásticos que han tratado de echar parte de la culpa de lo sucedido a los niños.

Afirma que el papa Juan Pablo II protegió muchísimos casos de pederastia hasta que ya no pudo controlarlos, que no corregía la situación, sino que la ocultaba. Y opina lo mismo de los dos papas que lo han sucedido: "Para la Iglesia no es relevante el daño a los niños cometido sexualmente por estas personas que tienen conductas depravadas, sino que no se sepa, que no afecte, que no lastime la imagen de la Iglesia".

"La Iglesia no tiene manera ni de comprender la problemática por sí misma, ni de explicarla adecuadamente, sea Ratzinger que Francisco, ninguno de los dos la entiende, aunque ambos protegieron y protegen todavía casos de pederastia", sostiene como base del problema Athié.


¿Tiene el PSOE intención de investigar la dimensión de los abusos a menores en la Iglesia católica?
Xan Pereira

La Fiscalía General del Estado ha elaborado un informe en el que señala a la Iglesia española indicando que su respuesta ante los casos de pederastia es muy deficiente. En el texto se propone al Gobierno que tome medidas y sugiere la creación de comisiones nacionales independientes, al estilo de las de Australia u Holanda, para escuchar a las víctimas e indemnizarlas. Se trata de la primera reacción de los poderes públicos ante las crecientes denuncias de abusos en la Iglesia.

La actitud de la Conferencia Episcopal sigue siendo la de esperar. Ni siquiera ha creado, como ya exigió Roma en el plazo de un año, una oficina de atención a las víctimas, que pueda escuchar sus casos, investigarlos y, en su caso, indemnizarlas.

Como medida de presión ante esta situación, las diputadas de Izquierda Unida Roser Maestro y Eva García Sempere han registrado en el Congreso una batería de preguntas que dirige al Gobierno para que, entre otras cuestiones, aclare si “piensa realizar algún tipo de investigación para conocer la dimensión de los abusos a menores en la Iglesia católica”.

Se busca, de esta manera, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez, a la vista de lo ocurrido en otros países, diga públicamente si tiene intención de requerir a la jerarquía católica “que promueva la realización de un informe sobre abusos sexuales contra menores cometidos por sus religiosos, tal y como han hecho otros países europeos”.

Las parlamentarias de IU reconocen en su iniciativa que “no es fácil conocer la justa dimensión” de este grave problema, principalmente “porque ni la Conferencia Episcopal Española (CEE) ni las diócesis facilitan suficientes datos”.

Algo similar ha ocurrido en otros países de nuestro entorno, donde fue la Prensa la que comenzó a destapar delitos de esta naturaleza aunque luego, como pasó en Alemania, Holanda o Irlanda, las propias cúpulas católicas nacionales hicieron más tarde rigurosos informes y los respectivos gobiernos tomaron cartas en el asunto de forma decidida.

Roser Maestro y Eva García Sempere apuntan que, por lo visto hasta ahora, parece que “la Conferencia Episcopal no va a investigar nada”. Existe un breve informe de la Fiscalía General del Estado, solicitado por el Ministerio de Justicia, que concluye que las respuestas de las instituciones ante los casos de pederastia en la Iglesia son ‘insuficientes’, y aporta algunas propuestas, pero sin dar datos concretos.

En nuestro país, medios de comunicación como el diario ‘El País’ han hecho un compendio de los casos conocidos en los últimos años, a pesar del oscurantismo y la manifiesta ocultación por parte de la jerarquía eclesial. A día de hoy dicho recuento arroja 108 casos con, al menos, 357 víctimas desde 1986, lo que prácticamente iguala la cifra de todos los que se conocían hasta entonces.

García Sempere y Maestro completan su iniciativa parlamentaria, a la que el Gobierno debe responder por escrito, interrogando sobre “qué iniciativas va a poner en marcha para prevenir, detectar, perseguir y reparar este tipo de abusos en la Iglesia católica” y también si “piensa denunciar los Acuerdos con la Santa Sede para revisar todo aquello que contraviene las esencias de un Estado aconfesional”.

La pregunta es sencilla y los próximos días tendremos la respuesta: ¿Tiene el PSOE intención de investigar la dimensión de los abusos a menores en la Iglesia católica española?
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