martes, 6 de agosto de 2019

InfoCom: avances y retrocesos Por Orestes Martí


InfoCom: avances y retrocesos
Por Orestes Martí
No hay duda alguna que en la Actividad Científico Informativa y las "herramientas" que ésta utiliza, se presentan -como en toda ciencia- avances y retrocesos. Los primeros vinculados al desarrollo y las aplicaciones que contribuyen a desarrollo de la sociedad en su conjunto; los segundos, a la aparición de "efectos no deseados" en todo el proceso, en este caso específico con la aparición de enfermedades.

Hoy vamos a tratar de abundar en ambos "universos" y para ello, compartiremos dos interesantes materiales: el que para Firmas Selectas de Prensa Latina, escribiera Frei Betto, bajo el título "Redes caníbales" y el último programa de Atomun, del Canal TeleSUR
Caníbal es todo aquel que devora a individuos de su misma especie. Para hacerlo, necesita dominar a la presa. Tornarla indefensa. Entonces trata de devorarla. Ese es el rostro alarmante de las redes digitales, tan útiles para facilitar nuestra intercomunicación. Al igual que los vehículos -aviones, autos, motos- que resultan útiles para movilizarnos más rápidamente y, sin embargo, son utilizados para llevar a cabo actos terroristas como el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York; las redes digitales tienen su lado sombrío.

Si no sabemos usarlas adecuadamente, devoran nuestro tiempo, nuestro humor, nuestra civilidad. De ahí mi resistencia a llamarlas redes sociales. La sociabilidad no siempre supera a la hostilidad. Incluso devoran nuestro sueño, pues hay quienes ya no logran desconectar el Smartphone a la hora de dormir. Devoran también nuestra capacidad de discernimiento, en la medida en que nos tribalizan y nos confinan a una única visión del mundo, sin apertura a lo contradictorio ni tolerancia para quien adopta otra óptica.

La medicina ya está atenta a una nueva enfermedad: la nomofobia. El término surgió en Inglaterra, derivado de no-mobile, esto es privado del aparato de comunicación móvil. En síntesis, es el miedo a quedarse sin celular. Es la enfermedad adictiva más reciente, que estudian actualmente los terapeutas. Hay quien permanece horas en las redes, naufragando más que navegando.

El rostro caníbal del celular devora también nuestro protagonismo. Es el celular el que, mediante sus múltiples herramientas y aplicaciones, decide el rumbo de nuestras vidas. El diluvio de informaciones que cae una y otra vez sobre cada uno de nosotros, casi todas descontextualizadas, nos conduce ineluctablemente al territorio de la posverdad. Tocan nuestra emoción y, vertiginosas, neutralizan vuestra razón. No hay dudas de que la mayoría de nosotros es incapaz de ofender gratuitamente a un desconocido en la panadería de la esquina. Pero en las redes muchos endosan difamaciones, acusaciones sin fundamento y calumnias ¡Las famosas fake news!

El celular está exigiendo también una pedagogía adecuada para su buen uso. Corremos el riesgo de dar un paso atrás en el proceso civilizatorio.

Hace más de 70 años, mi cofrade Dominique Duberle, escribió a propósito de la cibernética: “Podemos soñar con un tiempo en el que una máquina de gobernar supla la hoy evidente insuficiencia de las mentes y los instrumentos habituales de la política” (Le Monde, 28 de diciembre de 1948).

El Leviatán cibernético previsto por el fraile dominico francés hoy tiene un nombre: Google, Facebook, WhatsApp, etc. Esas corporaciones devoran todos nuestros datos para que los algoritmos los transmitan a las herramientas incapaces de vernos como ciudadanos. Para ellas, somos meros consumidores. Es la era del Big Data.

Las redes digitales devoran incluso la realidad en la que nos encontramos insertados. Nos desplazan hacia la virtualidad y activan en nosotros sentimientos nocivos de odio y venganza. El príncipe encantado se transforma en monstruo. Los valores humanitarios se destejen, la ética se disuelve, la buena educación se descarta. Lo que importa ahora, con esta arma electrónica en las manos, es trabar la batalla del “bien” contra el “mal”. Eliminar con un clic a los enemigos virtuales después de crucificarlos con injurias que se multiplican mediante el hipervínculo, el video, la imagen, el sitio web, la etiqueta, o simplemente una palabra o una frase.

He ahí lo que pretende cada emisor: lograr que lo que posteó se haga viral. El adjetivo se deriva de virus, un sustantivo empleado en la biología que proviene del latín y significa “veneno” o “toxina”. ¡Se crea así la pandemia virtual! Es necesario leer rápido este correo o zapp, porque aguardan por mí otros tantos. Y de ser el caso, responder con un texto conciso, aunque vulnere todas las reglas de la gramática y la sintaxis. Según la investigadora Maryanne Wolf, accedemos diariamente como promedio a 34 gigabytes de información, lo que equivale a u n libro de 100 mil palabras. Sin tiempo suficiente para la absorción y la reflexión.

Corremos el riesgo de dar un paso atrás en el proceso civilizatorio. A menos que las familias y las escuelas adopten algo similar a lo que acompañó el advenimiento del automóvil, cuando se percibió la necesidad de crear autoescuelas para educar a los conductores. El celular está exigiendo también una pedagogía adecuada para su buen uso.
Plataformas virtuales: la acumulación originaria de Silicon Valley
Mario Enrique De León
Las corporaciones de Silicon Valley se hicieron de las jugosas ganancias que generan los medios conectivos, posterior a una serie de inversiones públicas -que fueron de la mano con el desarrollo de fuerzas productivas empleadas en centros de investigaciones especializados (público y privado) de EE.UU.-, con el propósito de construir una red de redes de telecomunicaciones, para conectar una multiplicidad de ordenadores dentro de este territorio.InfoCom:
Anglicismos y guerra cultural: Deepfakes
Por Orestes Martí
Como todos sabemos, los anglicismos​ son préstamos lingüísticos del idioma inglés a otro idioma, aunque algunos autores afirman que “su uso está justificado si no existe una palabra equivalente en la lengua meta que traduzca un término específico del inglés”; otros se preguntan, pero…¿por qué los utilizamos en castellano cuando sí que existen términos equivalentes que hemos utilizado toda la vida?; mientras otros aseguran que es una forma de “guerra cultural”.
InfoCom: Hiperconectividad y redes sociales integradas
Por Orestes Martí
Resulta obvio afirmar que el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), han permitido que en la actualidad millones de personas posean un dispositivo móvil -sea tableta, teléfono o cualquier otro medio- que les permite estar en contacto de forma permanente con otras personas y “cosas”.
Algunos especialistas hablan del término “hiperconectividad” con cierta alarma, mientras que otros aseguran que en un principio el hombre creó los dispositivos, pero -se preguntan- ¿los dispositivos determinarán al hombre? y ¿Hasta qué punto la hiperconectividad no está desplazando la comunicación humana, para imponer el modo de comunicación “de los aparatos”?
5G, la tecnología liderada por China que puede cambiar el mundo
Tras analizar las imágenes de ultrasonido llegadas en vivo y alta definición, los cirujanos de la provincia china de Sichuan sospecharon que el paciente podía tener el bazo dañado y dieron instrucciones precisas a los paramédicos a más de 200 kilómetros de distancia.
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