domingo, 22 de octubre de 2017

Concluyó el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Sochi.

Luis Mario Rodríguez Suñol
Cubadebate
  

Hasta la tarde de este sábado, el descanso tomó vacaciones en la ciudad rusa de Sochi, sede del XIX Festival Mundial de los Estudiantes, clausurado en el Palacio de Hielo Bolshói, donde miles de jóvenes del mundo respaldaron la declaración final de la cita juvenil, que contó con la presencia de Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa.


El llamado realizado por la juventud progresista mundial fue un pronunciamiento en contra del imperialismo, por la paz mundial y la igualdad. Su contenido abarcó las principales luchas que viven los pueblos y defendió temas claves sobre políticas públicas para los jóvenes del orbe.

Antes, en la jornada matutina, la delegación cubana había tomado la palabra en el festival, para desde la figura del Che, reafirmar el concepto guevariano de jamás darle un espacio al imperialismo.

Las voces de Aleida Guevara, hija del Guerrillero Heroico, y el doctor Jorge González, decodificaron el ejemplo del Che y lo tatuaron en la acción de los cientos de jóvenes del mundo presentes, para cerrar también, con broche cubano, el evento.

Durante estos días, la delegación de la Mayor de las Antillas participó en más de 35 espacios de intercambio, entre foros, paneles y conferencias previstas. Cuba brilló desde la elocuencia de sus oradores y la convocatoria multitudinaria que logró su presencia en cada salón del Main Media Centre, sede expositiva del Festival.

Susely Morfa, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba,  valoró la cita como un espacio donde se han alzado las voces de los jóvenes de todo el mudo para proclamar la paz, y donde Cuba sigue siendo referente para el mundo por su resistencia, firmeza, soberanía e independencia.

“Se ha logrado combinar el entusiasmo y la alegría con la responsabilidad, la madurez y la preparación de nuestros jóvenes, lo que demuestra la alta educación, general y cultural de la juventud cubana”, explicó.

Añadió además, que Fidel estuvo presente más que nunca, multiplicado en miles de jóvenes del mundo, dispuestos a seguir su ejemplo en las luchas justas que hoy vive la humanidad donde no se podrá ceder ni un tantico así al imperialismo.

La delegación cubana partirá mañana hacia Cuba con la garantía del deber cumplido y la mirada puesta en todo cuanto haya que cambiar para ser consecuente con el espíritu transformador que nos exigió el Che Guevara e inculcó Fidel con su ejemplo.

Si algo atrae a los participantes del XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes es que cada país tiene en esta cita su propia margarita, el símbolo que lo identifica. En uno de los pasillos del Main Media Center, desde la creatividad, el talento y la iniciativa nacional se pueden observar las diferentes muestras, e incluso interactuar con ellas.


Una margarita multiplicada
YUNIEL LABACENA ROMERO
CAUBAHORA


Hay margaritas de diferentes colores, tamaños y diseños. Primero y con mayor porte está la de Rusia, país sede del Festival y donde nació este símbolo en 1957, como parte de 6.o Festival Mundial. Luego le sigue la de Cuba, Jamaica, República Checa... y así sucesivamente.
La nuestra, por su contenido, es un libro inmenso de historia pues en sus cinco pétalos tiene fotografías de lugares trascendentales del país: el monolito donde se encuentran los restos de Fidel, el monumento a José Martí de la Plaza de la Revolución de La Habana, el cuartel Moncada, hoy convertido en escuela; la escultura del Che en el complejo histórico de Santa Clara y el yate Granma, custodiado por pioneros en un desfile del pueblo cubano.


Todas las fotografías se integran a una bandera cubana en el centro, dónde resaltan además como tronco principal de la flor los símbolos y atributos nacionales. Toda la margarita está sostenida sobre un mapa de Cuba, el cual tiene en diferentes cubitos otros elementos identificativos de nuestra tierra.

Justamente, varios delegados de la Mayor de las Antillas acompañan cada jornada del evento progresista a nuestra margarita, para explicar a no poco curiosos su diseño y el significado de nuestras fotografías.

Cuentan que como parte de los preparativos de la 6.a edición del festival, que se celebró en Moscú, se convocó a artistas y diseñadores a un concurso para crear un símbolo que debía ser sencillo y expresara la idea del foro. Cientos fueron las propuestas y fue elegida la del pintor de carteles Konstantin Kuzguinov.

Por vez primera germinó la flor de cinco pétalos, uno por cada región del planeta, que representaría desde entonces la unión y amistad entre los jóvenes. Hasta 1989 —cuando el 13.o Festival celebrado en la República Popular Democrática de Corea— ese fue el logo de la cita. Luego cambiaría por una paloma, símbolo de paz.
Ahora regresa la margarita multicolor como continuidad de las tradiciones, de conexión de las generaciones, pero también con un toque diferente. Esta vez los píxeles de colores son un elemento trascendental del símbolo, como el signo del progreso tecnológico y de la comunión de la juventud del mundo en la época informativa.


Rusia: la estrategia para prevalecer
Yailín Orta, directora de Juventud Rebelde

Los símbolos son uno de los más poderosos patrimonios que configuran la subjetividad de los pueblos, porque estructuran el sentido de la vida, los modelos de felicidad y las expectativas, y establecen las bases imprescindibles sobre las que se erige el alma de cualquier nación.
Pensar el destino de un país y alimentar sus posibilidades infinitas, implica la asunción y reproducción consciente de esos componentes que forman parte esencial de la cultura de sus mujeres y hombres.

Bien dominan esta tesis quienes pretenden ser los dueños del mundo, los que ofrecen recetas para olvidar pasados y hacer relecturas ahistóricas de los procesos contemporáneos…, por eso las maquinarias bélicas no solo se presentan bajo el sello de los prototipos convencionales, sino que se pueden operar desde laboratorios de pensamiento dispuestos a desmontar las esencias que perfilan un país.

No es esta una verdad nueva, apenas descubierta, es la reafirmación de una urdimbre ensayada una y otra vez para someter a los que arriesgan y ponen su piel a favor de la emancipación, de los que entienden que su camino no tiene que repetir el mismo esquema o las lógicas de comportamiento que apuestan por la mundialización de una forma de vida que genera profundas desproporciones.

Discernir la necesaria búsqueda del desarrollo humano, pasa también por un complejo tejido de prácticas y articulaciones universales amenazadas por los intereses que aspiran a la homogenización de las sociedades, y reproducen sofisticadas formas de dominación que apelan al conjunto de posibilidades inimaginables que ofrecen las ciencias sociales.

Rusia puede dar fe de lo que supone la deconstrucción, pieza a pieza, de avances maravillosos, y del desmontaje dramático y desgarrador que entrañó la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

En los 90 del siglo XX, su vida previa parecía negada y los símbolos quedaron expuestos a la descalificación que sufrió el socialismo. De hecho, hubo quien asumió el riesgo de profetizar absurdamente el fin de la historia, como postulado concluyente de la cultura de la resignación.

Sin embargo, a contracorriente de aquel lamentable parteaguas, hoy podemos ver más claramente cómo este país se ha limpiado del polvo y el fango de los derrumbes, y traza un mapa de influencias en su búsqueda de futuro.

Si se atiende con detenimiento la recomposición de poderes en la geopolítica internacional, podría entenderse que no es un hecho fortuito que se haya celebrado aquí este Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que invita a las fuerzas que históricamente han sido las principales protagonistas de la renovación, de la creación y de la concreción de un cuerpo de ideas para la emancipación humana.

Es reveladora hasta en su concepción previa, en la que por primera ocasión se encontraron, en la antesala de esta fiesta, los delegados de más de 70 países de casi todos los continentes en la Reunión Ministerial Internacional de Responsables de las instituciones que se ocupan de la implementación de políticas para la juventud, en la que Cuba estuvo representada por Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas.

La concreción de los sueños y esperanzas de los más nuevos en las agendas estatales de los Gobiernos, fue el marco de exposición y debate sobre una construcción social alternativa, en el mismo escenario en el que se celebra el centenario del triunfo de la Revolución de Octubre, hecho extraordinario en la historiografía mundial al que también se le dedican los espacios en el Parque Olímpico de Sochi que han convocado a una cifra superior a los 20 000 jóvenes de más de 150 naciones.

Estos números tampoco son para despreciar, y a la mirada de un cubano suelen ganar en magnitud cuando pulsa lo que significa la logística que asegura las intensas jornadas, que van desde la alimentación, la transportación, el personal desplegado para la orientación y atención de los participantes, hasta el obsequio de un móvil a cada delegado e invitado al evento.

Pero preste atención al siguiente detalle, todo este riguroso, delicado y diligente esmero no lleva en sí el signo del gasto, sino el rédito de la inversión. La mirada positiva, la impresión cercana y entrañable que comienza a delinearse posicionan a Rusia en otro nivel de afectos y aceptación en los que tienen la edad del futuro, cuando la guerra de símbolos sigue su camino subrepticio en el terreno de las mentes.

Si se repara en el regalo de los móviles, con línea incluida libre de pago, se comprende la aguda certeza de emplear en este contexto a las redes sociales como ese otro planeta al que se ha desplazado la tierra en un juego de espejos refractarios. Sume por un momento a los más de 20 000 usuarios y deténgase a imaginar el asombroso resultado que dará la adición de sus amigos y de los amigos de estos, que entrarán virtualmente a esta geografía a través de las emociones.

La sede del Festival tampoco debe haber sido escogida al azar. Sochi es una ciudad diseñada y concebida para los grandes acontecimientos —anótese como cercanos megaeventos los 22dos. Juegos Olímpicos de Invierno, en 2014 y el Mundial de Fútbol en 2018, en el mismo parque que acoge al Festival—, con un paisaje que parece trabajado a mano, detalle a detalle, por las manos sensibles de un artista.

En ese armonioso entramado también se inserta la campaña visual del 19no. Festival, toda una reverencia al buen gusto y a la modernidad, al anchuroso desarrollo tecnológico y a la automatización, en la que alcanzaron las notas de más alto relieve la concepción de la gala inaugural: un espectáculo electrizante por su belleza y sensibilidad, en una noche de cielo coronado por la chispeante y colorida profusión de formas pirotécnicas.     

El discurso de bienvenida del presidente Vladimir Putin igualmente generó confianza, empatía y seguridad, y más que reafirmarlo como el más sólido posible candidato a las presidenciales, lo presentó como líder mundial con un carisma y una autoridad indiscutibles, en tiempos en los que una de sus contrapartes internacionales hace gala de gestos y poses despreciables por grotescas y absurdas.

Estas elementales lecturas paralelas de la dramaturgia de un espacio en el que los cubanos no dejaron de defender su programa, comprometido con las causas nobles de los pueblos y de los olvidados a partir del fundamento ético de su Revolución, me llevaron a reflexionar sobre los aprendizajes que este país ha asumido con vigor para que otros errores no le vuelvan a ajustar las cuentas.

La plataforma estratégica de Rusia, a ojos vistas, trasciende el marketing político, y tiene el valor de redimensionar la cultura de la que es hija su pueblo para afrontar los desafíos que les plantea este tiempo, apuntalados por los valores imprescindibles que dimanan de ella. Conocen con profundidad que negar estas potencialidades implicaría abrirles las puertas a los enemigos que los acechan.



Llega a su fin la fiesta de la juventud en Sochi
Noticiero de la Televisión Cubana
El XIX festival mundial de la juventud y los estudiantes en Sochi ha reunido, según los organizadores, a unos 25.000 representantes de 188 países, unos 5.000 por encima de lo previsto.





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