miércoles, 11 de octubre de 2017

El Duende: El problema es de los norteamericanos

El problema es de los norteamericanos 
por El Duende
Traducido desde el más allá por Max Lesnik

Radio Miami

Según dicen encuestas realizadas últimamente, en Estados Unidos una sustancial mayoría de los norteamericanos –más del 60 por ciento de ellos- están seriamente preocupados por el destino de su país y del mundo por los pasos que ha dado el Presidente Donald Trump tanto en el manejo de los asuntos de política interna como también en cuanto a la política exterior de su gobierno desde que el magnate inmobiliario llegó a la Casa Blanca.

La preocupación por supuesto es mucho mayor en el resto del mundo donde no son pocos los que hacen memoria de lo que ocurriera en Alemania en el año 1933 cuando Adolfo Hitler llegara al poder con el apoyo entusiasta de una buena parte de los electores alemanes racistas que se decian ser patriotas y que se creyeron el cuento de que el líder nazi iba a hacer a Alemania grande y dueña del destino del mundo.

Salvando las distancias en cuanto a personajes, países y situaciones lo cierto es que la preocupación es grande a lo largo del planeta puesto que Estados Unidos es el país ,militarmente más poderoso de la tierra y no se trata de una guerra convencional lo que está en juego, sino una devastación total con armas atómicas que las de Hiroshima y Nagasaki fueron un mero ensayo minúsculo del Armagedón que pudiera desatarse con una simple orden irresponsable del inquieto y temperamental vecino de la Casa Blanca.

Así las cosas más vale no perder el sueño y esperar que sean los propios norteamericanos los que enderecen el entuerto creado por ellos cuando eligieron con sus votos al Presidente Donald Trump para que dirigiera el destino de su país.

Trump jugó por las reglas del sistema electoral de Estados Unidos y con ellas ganó limpiamente las elecciones presidenciales. Si ahora hay problemas con Trump ese problema es de los norteamericanos que lo eligieron presidente de su país, aunque si las cosas salen mal todos pagaremos las consecuencias.

La ignorancia es audaz y peligrosa. Y más aún cuando el elegido para regir el destino de la nación más poderosa del mundo está montado en una bestia que tiene colmillos atómicos.



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