miércoles, 9 de octubre de 2019

China, la ruta, América Latina, Cuba. Por Orestes Martí.


China, la ruta, América Latina, Cuba.
Por Orestes Martí.
Aunque la principal atención de nuestros lectores está dirigida a las relaciones chino-norteamericanas, en las que se anuncian nuevas negociaciones (1), no es ocioso recordar que también hay otras muchas personas que dirigen sus miradas a un espectro un poco mayor, aunque a veces también lo focalizan en determinados asuntos/temas.

Hace unos meses leímos un interesante trabajo titulado ¿Qué países de América Latina forman parte de la Nueva Ruta de la Seda de China? en el cuál, entre otras cosas se leía; "La influencia del gigante asiático crece cada vez más en el continente suramericano donde se han encargado de financiar trenes, puertos y carreteras en el marco del surgimiento de la Nueva Ruta de la Seda…… Esta ruta comercial tiene como fin vincular a China con Medio Oriente, Europa, África y América Latina. Prácticamente con todos los continentes donde ahora, el país asiático tiene una fuerte influencia…. Inicialmente, Suramérica no era viable en la visión de Jinping, dada la influencia que EE UU ejercía sobre la región. Pero con los constante cambios de Gobiernos izquierdistas y la llegada de Trump –totalmente desinteresado en la región- el Gobierno chino ha empezado a entablar cada vez más relaciones con varios países importantes del continente en su extremo sur. Entre ellos, ya suma a Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Chile, Panamá, Costa Rica, Perú y Cuba….".


El pasado 21 de septiembre del presente año, publicamos el trabajo Otra vez China: el posible mayor tratado de libre comercio (TLC) del mundo y también hicimos referencia a lo publicado por la Agencia Informativa Latinoamericana "Prensa Latina" en su despacho desde Beijing: China y Asean por expandir negocios e inversiones en cumbre bilateral.

Algunas personas nos han preguntado en varias oportunidades si el área latinoamericana también estaría presente en la iniciativa "Ruta de la seda", que promueve el gigante asiático y en especial el primer país en reconocerla casi inmediatamente después del triunfo de su proceso insurreccional: Cuba.

Por tal motivo, hemos creído oportuno brindar -de forma íntegra, como de costumbre-, un interesante e inquisidor trabajo, publicado por el sitio CUBADEBATE, ayer día 8 octubre 2019 con el título "La Ruta de la Seda y La Habana" bajo la firma de Luis A. Montero Cabrera.

La Ruta de la Seda
La globalización de la que tanto se ha escrito comenzó en realidad hace unos 60 mil años, cuando parece que algunas tribus de homo sapiens se desplazaron sistemáticamente al norte de su África originaria. Puede que hayan usado balsas por el Nilo, o se hayan desplazado por tierra a través del istmo de Suez, o se hayan lanzado a las corrientes del estrecho de Gibraltar.

Cuando la especie surgió, el clima de lo que hoy llamamos Eurasia era muy fríamente inhóspito para nuestros abuelos. Hubo que esperar muchas decenas de miles de años para que resultaran una alternativa atractiva para aquellos seres que eran probablemente tan inteligentes como nosotros hoy en día, pero estaban mucho menos informados de cómo hacer las cosas. Llegaron incluso a poblar primero Australia que Europa, a pesar de la lejanía y las evidentes barreras marítimas que eso representó.

Durante esos milenios en los que fuimos asimilando nuevos asentamientos y maximizando nuestras potencialidades de obtener o producir lo que necesitábamos para sobrevivir fue creciendo también la cantidad de información propia y ajena que cada humano almacenaba y usaba. El comercio, como forma desarrollada de esa supervivencia, hizo que se intercambiaran bienes para satisfacción de las partes. Los viajes permitieron que ciertas mercancías exóticas para un grupo humano le fueran accesibles, aunque vinieran de lugares remotos. Se podían obtener bien por intercambio directo o también a partir de un invento revolucionario: el dinero, que es la mercancía universal.

Con esta carta de crédito, un comerciante no tenía que cargar con voluminosos bienes para cambiarlos por lo que necesitaba en donde fuera. Lo que sirviera de dinero era casi siempre más fácil de transportar. Si se certificaba su validez podía cambiarse por cualquier recurso en cualquier parte. El oro y otros minerales escasos y de interés por todos resultaron idóneos para que un comerciante veneciano pudiera adquirir bienes en una feria pekinesa. Y también para traerlos de vuelta a su origen adriático con el fin de venderlos de nuevo, sacando la mayor ganancia posible del servicio de su gestión y transporte de vuelta.

Durante muchos siglos la seda de China se cambió por oro y otras mercaderías monetizables. El procesamiento y producción de este exquisito tejido, de origen proteico y producido por arañas, solo era bien conocido allá. Sin embargo, era ambicionado por las personas más solventes de Europa. Así surgió un factor de globalización comercial y financiera que determinó la vida de muchos, incluyendo la mayoría de los ancestros de los que hoy habitamos Cuba. La expedición de Colón tenía como motivación última, al menos aparentemente, competir con la ruta y el cinturón de la seda que unía el oriente chino con el occidente europeo.

Como los humanos somos muy ingeniosos e innovadores, a la vez que temerarios, una vez establecidos los asentamientos europeos en América, se comenzó a ampliar aquél cinturón terrestre y las rutas marinas que se habían comenzado siglos antes en Eurasia y África. Ahora se trataba de usar la esfericidad del planeta y arribar a las mercancías asiáticas por el occidente. Durante casi tres siglos funcionó entonces un largo camino para las mercancías europeas occidentales a Asia y las asiáticas de vuelta. Implicaba muchos azares y aun así resultaba sostenible.

La llamada "Flota de Indias" movilizó una formidable armada de galeones que enlazaban periódicamente primero Sevilla, usando la navegabilidad del Guadalquivir para esos buques, y después Cádiz para remontarse a través de un inmenso Atlántico hacia el Caribe. Su operación en nuestro Mediterráneo americano era compleja. Cuando venían lo hacían fundamentalmente a Cartagena, hoy en Colombia, o Portobelo que estaba al norte de Panamá, en el Caribe.

El regreso a la península tenía una escala larga de avituallamiento y agregación inevitables nada menos que en La Habana. Nuestra posición geográfica privilegiaba que la Corriente del Golfo ayudara a los buques en su retorno europeo. También, la excelente condición de seguridad multifacética de la bahía se prestaba de maravillas para la logística, la construcción y el mantenimiento de los buques que estaban sometidos a tan riesgosa travesía de regreso.


Habrá que divulgar los numerosos estudios que deben existir, o hacerlos, acerca de lo que esta aventura de la historia comercial del mundo significó como una de las razones de nuestra idiosincrasia nacional, de nuestra hermosa diversidad, y de nuestra cultura multidimensional.
Para completar la nueva ruta de la seda de los siglos XVI al XVIII, la aventura atlántica complementaba a otra desde Asia. La llamada "Flota del Pacífico" iba y venía a Manila en las islas que hoy se llaman Filipinas, hasta Acapulco, en la entonces Nueva España después de atravesar ese inmenso océano. Sus mercaderías se transportaban entonces por tierra, a través de Puebla, para llegar a Veracruz en el Golfo de México y de ahí a La Habana, para ser reembarcadas en la Flota de Indias. Por supuesto que también funcionaba en dirección contraria para mercancías europeas destinadas al extremo oriental de Asia.

La República Popular China es hoy la gran propulsora de un proyecto global del "Cinturón y la Ruta de la Seda" que cubre inversiones y desarrollo en los países involucrados en estas globalizadoras aventuras del primer y segundo milenio de nuestra era. El lugar histórico en ella que debe tener Cuba, y nuestra Habana de cinco siglos, es tan determinante como el de Estambul en Europa.


Una reflexión actual acerca de estos orígenes también nos lleva a muchas conclusiones lógicas que, aunque evidentes, a veces se olvidan. Si algún privilegio tenemos de la naturaleza es nuestra situación geográfica con relación a las cadenas de comercio y transporte mundial de personas y mercancías. Los panameños gozan de algo similar y lo usan a fondo.

Es cierto que nuestros intentos están claramente sesgados por el bloqueo al que se nos ha sometido desde hace décadas por querer ser libres. Pero, ¿hemos usado realmente todas nuestras posibilidades dando facilidades máximas para que el ingenio y la iniciativa de los cubanos aprovechemos esta ventaja en bien de nuestro orden social, que es justo por definición? ¿Qué está ocurriendo de forma espontánea ahora mismo en nuestro país con el importante comercio informal que florece y del que toda la sociedad cubana solo se beneficia marginalmente y unos pocos notablemente? ¿Resulta la excelente iniciativa del puerto libre del Mariel lo suficientemente atractiva para lo que fue concebida? ¿Manipulan nuestros bancos todos los valiosos flujos financieros que presumiblemente circulan por nuestro país en los bolsillos de las personas? ¿Están las inversiones y regulaciones portuarias y aeroportuarias de nuestra Patria y sus proyecciones futuras a escala con esta oportunidad de ser llave del Golfo y centro distribuidor natural de personas, mercancías y finanzas de este mundo global en esta región del mundo?

La cultura y el conocimiento de la historia completa, la que no siempre alcanza sus justas conclusiones en los libros de educación básica, pueden ayudarnos a promover alianzas, a competir y a triunfar en el objetivo de construir una sociedad verdaderamente más justa, libre y democrática como tiene que ser el socialismo que nos decía Fidel.


Acuerdo entre Bolivia y China amplía cooperación técnica y económica
La Paz, 9 oct (Prensa Latina) Bolivia y China ampliaron su cooperación técnica y económica a partir de la firma de un acuerdo para la donación de equipos tecnológicos del país asiático para mejorar el control fronterizo de la nación andino amazónica.

El ministro de Relaciones Exteriores boliviano, Diego Pary, destacó la importancia de documento rubricado anoche que permitirá fortalecer la lucha contra el contrabando diseñada por el Gobierno nacional, publicó hoy el diario Cambio.

Pary explicó que Beijing donará equipos de escáner, detectores y drones para controlar el ingreso de camiones, maquinaria y productos en los puntos donde más ocurre ese delito, así como una 'importante' cooperación económica.

El presidente Evo Morales promulgó en abril de 2018 la Ley 1053 de Fortalecimiento de Lucha Contra el Contrabando, con el objetivo de endurecer los mecanismos de coordinación interinstitucional y de acción contra esa actividad ilegal.

Por otra parte, el jefe de la diplomacia boliviana condecoró al embajador chino aquí, Liang Yu, con la Orden Simón Bolívar en el grado de Gran Cruz al término de su misión en el país suramericano.

En más de tres décadas de amistad y cooperación, China, a través de su misión diplomática, realizó acciones en beneficio de nuestro país con el financiamiento de diversos proyectos, principalmente orientados a los sectores de transporte, infraestructura, comunicaciones, seguridad ciudadana y energía, resaltó Pary.

Asimismo, agradeció al diplomático asiático el apoyo de su país para enfrentar los incendios forestales en la región de la Chiquitanía, Santa Cruz de la Sierra, así como la suscripción de la Asociación Estratégica entre China y Bolivia como parte de la iniciativa de la franja económica y la ruta marítima de la seda del siglo XXI.

'Por todos estos lazos de amistad le transmito el saludo y agradecimiento del hermano presidente Evo Morales, del pueblo boliviano y el agradecimiento desde este ministerio (Relaciones Exteriores) porque hemos logrado grandes acuerdos, programas y proyectos', declaró durante un acto realizado en la Cancillería.

Por su parte, Yu destacó la coordinación con el Gobierno boliviano que implicó un mayor acercamiento entre ambas naciones y la ejecución de varios proyectos de cooperación e intercambio comercial de productos como la quinua, café, soya y carne bovina, comercializados actualmente en el mercado chino.


India y China realizarán segunda cumbre informal
Nueva Delhi, 9 oct (Prensa Latina) El presidente de China, Xi Jinping, visitará India del 11 al 12 de octubre para asistir a la segunda cumbre informal con el primer ministro, Narendra Modi, con quien debatirá sobre los nexos bilaterales y temas internacionales.

Esta es la segunda cumbre informal entre Modi y Xi. La primera se celebró en abril del año pasado en la ciudad china de Wuhan, lo cual permitió a ambos países normalizar las relaciones bilaterales tras un enfrentamiento militar de 73 días en el territorio bhutanés de Doklam en 2017.

La nueva cita entre India y China brindará una oportunidad para continuar los debates sobre temas generales de importancia bilateral, regional y global e intercambiar puntos de vista sobre la profundización de la Alianza para un Desarrollo más Estrecho India-China, dijo hoy una declaración del ministerio de Asuntos Exteriores.

La ciudad costera de Mamallapuram acogerá desde el viernes a ambos mandatarios. Es un sitio del patrimonio mundial con fuertes conexiones con China que también muestra el potencial turístico del sureño estado indio de Tamil Nadu.

Mamallapuram era el puerto marítimo de la dinastía Pallava que tenía lazos comerciales con la antigua China. El monje budista Bodhidharma viajó a China a través de Mamallapuram y contribuyó a la difusión del budismo en el gigante asiático.

El año 2019 marca el 70 aniversario de las relaciones diplomáticas entre China e India. El año pasado, el comercio entre ambas naciones alcanzó un máximo histórico de 95 mil 540 millones de dólares.

El primer ministro indio Modi y el presidente chino Xi Jinping se reunieron cuatro veces en 2018, comenzando con la cumbre informal de Wuhan en abril, seguida de reuniones bilaterales al margen de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), en Kirguistán, el Brics y el G20.

NOTA (1)
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